viernes, 15 de julio de 2011

Difícil es a veces imaginar



Giraba la perilla de mi vista intentando verme: verme como me ven, verme como creen que me veo, pero me invadía la torpeza de no saberme imaginar y en lugar de hacerme cuerpo desde el ver de los espejos, hice piso del techo y comencé a caminar hasta toparme con el abismo, que por cierto; viendo así hay más abismos que lugares para afianzar los pies y los pasos. El camino de los techos se termina rápido, es decir; del piso, a eso me refería…

El techo se desvestía del gris y se adornaba con tierra en pequeñas porciones. Plantas y flores lucían como lámparas sin interruptor cercano para poder encenderlas.

Me sentí mareado, la claridad venía del fondo del precipicio y no lograba detallar lo que observaba. Algunas nubes paseaban, circulaban como vehículos de transporte público privado; bastaba con dejarse caer para zarpar sobre alguna de ellas, quería saber adónde iban a ver el atardecer, dónde pernoctaban; dónde conseguían el descanso, o quizás si tenían ganas de ser lluvia. Pero este problema de imaginar sin salirme de la realidad me impedía, me hacia abstenerme de dar ese paso; ese salto.

Quedé al borde con muchísimos pálpitos desobedientes. Las otras caras caminaban con los pies en el techo sin percatarse que  los veía; que los veía con miedo…

Se me empezaron a confundir los gestos, el lenguaje de los rostros. Los que sonreían parecían odiarse, los serios lucían como opresores de sus sonrisas. Vi ganas de llorar, pero no vi lágrima alguna; vi cómo había tanta soberbia en expresiones de humildad. La gente, boca abajo, hablaba, y así lo creo; de política y esta parecía una especie de afrodisiaco para las ganas de conversar…

Difícil es a veces imaginar. Esperaba que La Gravedad fuera cómplice para ver al menos algunas faldas, pero entre el miedo a las nubes y el mal ejercicio de ver como en los sueños; las faldas no caían.

Decidí armarme de valor y salté, y luego de un juego de abrir y cerrar de ojos y mucho vértigo; me encontré en un salón de clases sentado, con el piso en el piso y el techo en el techo; serio, como los demás; escuchando política y con pena de participar…

miércoles, 13 de julio de 2011

Esos días y momentos esos…




Días esos y esos momentos:


Esos días en los que me voy al sueño siendo papel 
y mis venas se brotan palabras; 
esos días en los que tu sangre es tinta 
y somos promesas en oraciones y versos…

En esos días 
aprendimos a leernos el calor del cuerpo, 
a invitar a la piel los besos; 
en esos días nos gusta jugar alientos…


Días esos y esos momentos…



miércoles, 6 de julio de 2011

Circunferencia…


Se desconocían las acciones porque conocían muy bien las intenciones. Su afán por formar un lado en un mundo sin cuadrados…

Un ambiente de trescientos sesenta grados, sin últimos ni primeros, sin vencedores ni vencidos. La noche siempre va a anunciar un nuevo día y por lo visto, se habrán de contar en grupos de veinte más cuatro. La Fe, como el Sol, es el centro que guía las tantas vueltas que se dan para llegar al horizonte de la vista y a la realidad de la imaginación…

Dormir,
soñar y despertar;
creer y volver a dudar…