martes, 10 de abril de 2012

Verde para seguir y rojo para parar



Un Ford, no lo había visto. Una muchacha que cruza y varios que la vemos pasar. Una parada que no se usa y un autobús a cargar. Una canción otra canción. Un hombre espera la luz para comerciar. Unas gotas, pero no parece lluvia. Una molestia en la nariz y un dedo disponible para ayudar a la respiración. Unas galletas, no las quiero. Nacen ganas pero no nacen baños. Un pesar de poco sentir, tal vez un recuerdo por el lugar. Un poco de humo, pero sin ganas de toser. Verde para seguir y rojo para parar. Dos niños cruzan, no quieren cruzar. Una muchacha pasa y otra muchacha mira. Es verde pero no debo avanzar. Un Renault conocido, un quiosco y dos quioscos. A la izquierda, luego a la derecha, a la izquierda de nuevo y rojo para parar. Un muchacho, una muchacha, un beso. Un recuerdo, una risa para el momento. Una llamada, un policía, verde; seguimos. Un mensaje de voz, un mensaje de texto. Te amo, sonrisas para el momento. Una hora, una hora sin tiempo, una distancia, un destino cierto. Amarillo, sigo o me detengo. Una corneta, un insulto. Subo volumen al estéreo. Un par de canciones un canto a los adentros. Tiempo. Un estacionamiento. Luces. Un puesto. Un ticket en la cartera y recuento del dinero. Unos pasos, un peso. Algo de nervios. Una muchacha espera. Apago el teléfono. Una coincidencia, una lección del momento. Te amo ahora es te odio y presente ahora es recuerdo…

lunes, 9 de abril de 2012

Cuentos muy propios de lo ajeno…



Muchos lo cuentan y pocos cuentan con ello. El cuento, el que parece anécdota pero en vidas ajenas, el que parece pasado pero no precisa fecha, el que parece chisme pero con una extraña certeza. Ese cuento nos lo están contando. Una vez lo conté, lo hice con esa sabiduría muy propia de la suposición. Algunos escuchaban atentos, algunos otros objetaron luego…

Es difícil para el presente robar pasado cuando de éste no se aprende. No es fácil contarnos el futuro como un futuro presente. La duda es un obsequio que se procuran algunos excéntricos y la certeza, la certeza es muy propia de algunos medios contrapuestos…

Me seguirán contando el cuento de la certeza, de la duda, de los tiempos. Cuentos muy propios de lo ajeno…

domingo, 8 de abril de 2012

Para venderse se venda y para comprarse se compara…



La voluntad, como el honor, para venderse se venda y para comprarse se compara; como el orgullo, como la moral. Así se ofrecen y se ofertan los intercambios de cambio y no muy cambiarios. Hay que exhibir, hay que contraponer; la importancia tiende a importarse, así es más didáctico seguir seguidos. Así podemos llegar a ser poseedores y no propietarios del pertenecer…