martes, 10 de mayo de 2011

200



Esa mirada, 
esa mirada tuya y tan tuya; 
tan llena de esperanza, 
esperanza que abuena: 
como la hostia cuando al cuerpo regresa, 
como las sonrisas que nacen en la soledad…

Esos ojos, 
esos ojos míos y tan tuyos; 
tan llenos de gotas 
para la alegría: 
como las que sobre manzanas descansan…

Este placer, 
este placer tan nuestro: 
como tus labios formándome un beso, 
como tus manos dibujando mi cuerpo…

Tu voz, 
sí; tu voz. 
Tan mía, 
tan nuestra: 
como la percusión que implora y la melodía que emociona, 
como tu aliento cuando acalora mi ser al susurro, 
como la sabana; 
como ésta sábana. 
Como la paz del Sol en la cálida mañana…

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