jueves, 27 de marzo de 2014

La sublime reciclabilidad del pretexto…


Una palabra está mal dicha hasta que es aprobada para que exista, eso nos pone a maldecir mucho últimamente… se dice que el tabique está relacionado a la construcción y que, como muchísimas palabras de la lengua, viene del árabe… y ya para concretar materiales, pues nos sirve de apoyo para dividir espacios, pero sin la misma calidad que un muro real precisa para llamarse como tal. El pretexto sirve para tabicarnos, para crear divisiones débiles entre lo cercano y lo inminente, así va pasando el tiempo, al cual llaman cíclico por poder regresar a un mismo punto; y con un par de vivencias y un poco más de edad; es posible que nos tabiquemos de nuevo. Muy usado por cierto… ¿pero por qué? Será para repetir el ciclo, usando un poco de poesía; para prolongar el tiempo. Hay situaciones con ópticas similares, por ejemplo mientras se espera en una cola, la cual es siempre innecesaria y no obstante conveniente… ¿pero por qué? Porque prolongar el tiempo justifica a los pretextos. Simbióticamente. Mutualmente…  Sabemos que quien espera desespera tanto como con la excusa, que quien explica confunde cuando no convence, que cuando no lo logra ofende… ¿pero por qué? Porque prolongar el tiempo da poder así sea con pretextos, porque pretextar prolonga al tiempo del poder, porque al poder, al poder hay que prolongarlo y pretextarlo también…

lunes, 24 de marzo de 2014

Shukran


Palabra hermosa donde las haya, aquí en nuestro mundo occidental y en todos los rincones del mundo.

Shirán me la nombró hoy, junto a la parada del autobús, sentado como cada día allí estaba él, sobre esa mantita raída que le apartaba del frio y la dureza del suelo, la mirada triste, perdida, con ese cartel gastado por el aire y reseco por el sol, lo mismo que su piel arrugada y curtida.

Hace un tiempo, observé cómo un muchacho pasaba por su lado mientras fumaba un cigarrillo, acababa de encenderlo y Shirán le miró con timidez y deseo, el muchacho entendió que ese cigarro de mañana temprana lo había encendido para aquella persona y eso fue lo que hizo, se lo entregó de su boca a la de él y éste agradeció el gesto con una mirada cansada y al mismo tiempo casi feliz.

Se quedó grabado en mi mente ese instante y hoy al pasar junto a Shirán, el hombre que anuncia su pobreza en un trozo de papel, llamó mi atención, rebusqué en mi bolso y encontré un paquete de tabaco con cuatros cigarrillos y un mechero junto a ellos, me acerqué, estaba sentado sobre su pequeña manta y la cabeza inclinada, sus ojos estaban cerrados, como si durmiese, como si meditara en lo cruel que puede ser la vida en un país extraño, donde nadie te entiende y apenas te miran al pasar… me acerqué y le toqué el brazo, le entregué el paquete con los cuatro cigarrillos y él, mirándome, sonrió… sólo me dijo Shukran y agachó la cabeza levemente como signo de gratitud… vi llegar mi autobús y le eché el alto como cada día, solo que hoy había sido un día diferente, no sé si para Shirán, pero sí para mí.

Shukran es gracias, una de las palabras más bonitas que existen en cualquier idioma, en cualquier país… una de mis palabras favoritas con la que agradezco a la vida el poder estar en ella y sentir.

Hecho real. A las 16.15 de esta tarde de lunes.
V. Jaramillo

lunes, 17 de marzo de 2014

Piece


Paz en inglés también suena a pieza y pieza en español también es una canción, ésta a su vez es parte de un recital y con letras incluso se espera ovación… Queremos paz y queremos aplausos: la paz es el camino, ¿no? Bueno; he ahí la cosa, que no sé si pueda fungir de pieza, ¿hasta qué punto hablamos de paz y no de sumisión? Los organismos se engrasan con estos aceites nuevos que se recitan en fotos y redes sociales, los argumentos se han puesto muy resbalosos, de ahí que los líderes caen, quizás por petróleo; la economía se basa en piedras de aceite, pero como pensamos comestibles, la disidencia se avinagra… vienen tiempos de reciclaje y por lo tanto todo sirve y se rescata, las tres erres para seguir pretextando. Toda confrontación desea a un vencido, pero nadie tiene la valentía de no sentirse ganador… Se pujan lombrices de inconformidad pero que sea otro quien se arriesgue. La lucha se filtra por falta de mantenimiento en las vías, el mensaje medio llega y medio se pierde; la confusión por lo visto convence y muchos regresan a sus butacas a seguir viendo el show… Al final todos comentan, aprueban; desaprueban, los tiempos perfectos incluso condenan: ha pasado, pero había podido no pasar… A nadie le gustó el sumiso, ni el que se rindió, pero la paz eso – leí – aceptar que no se tiene la razón…

miércoles, 12 de marzo de 2014

Ganado perdido


Sí, suavemente, así van mis labios alrededor de tu cuello, oyes de cerquita mi respirar así como también sientes mi corazón en tu espalda, sabes que acelero y qué acelera… Disculpe, ¿qué número tiene? no, hoy no dieron números, orden de llegada y tengo más de veinte adelante, ¿y cree que alcance? bueno, ya estamos aquí… Dónde me quedé, ah sí, acelero y acelera, te das la vuelta, quieres decir algo pero prefieres decirlo con tu cuerpo, levanto los brazos… ¿Tiene rato aquí verdad? por qué lo dice, es que lo vi estirándose, Sí, si tengo… Es tu turno y ahí empiezas a hacer de las tuyas con tus manos… Disculpe, veo que no me va a dar tiempo si sigo aquí esperando, ¿me puede cuidar el puesto? Claro Señorita – y así la imaginación se me fue cuando llegó la realidad que menos esperaba. Soñar no cuesta nada y más mientras espero, ahora me tocará hablar con el señor de atrás que desde hace rato quiere como buscar conversación – ¿Primera vez que le toca? sí hijo, me llamó la atención que lo veía sonreír mientras la muchacha de adelante se veía bastante estresada, sí, tenía otra diligencia aparte de esta cola, quizás por eso es mejor cuando dan números, y sin embargo, con lo del número parecemos ganado, bueno, de alguna forma de eso se trata el orden social ¿no? Haber evolucionado para convertirnos en el ganado que explotamos, mire puede ser, y será por eso que algunos abogan por el caos, lo irónico es que esto ya es bastante caótico. Mala gestión, ¿y cuál fue la buena? dígame usted que ha vivido más, no sabría decirle porque ahora que lo pienso, lo caótico, como usted dice, siempre ha estado; posiblemente no por colas, pero sí por alguna otra razón, no recuerdo época en la que no me quejara y no recuerdo pasado que no haya sido mejor, hay un nombre para eso, sí, y por lo menos no es un número aún. Por cierto ¿en qué pensaba? En que ojalá la imaginación se hiciese realidad de vez en cuando, en que eso de que si lo puedes imaginar lo puedes realizar no se me da muy bien, ¿y por eso se reía? No sabía que me reía pero sí; luego de un choque con lo real y luego de aprender a causa de ello, es mejor sonreír aunque el pasado haya sido mejor y aunque sepa que me voy a seguir quejando. Hay quienes lloran, bueno, hay quienes el pasado no les sonrió tampoco…

martes, 11 de marzo de 2014

Quinientos…


¿Qué es un ciclo? El portal definición punto de lo define como cierto periodo temporal que, una vez finalizado, vuelve a empezar. También se trata de la secuencia de etapas que atraviesa un suceso de características periódicas y del grupo de fenómenos que se reiteran en un cierto orden… eso a grandes rasgos… dos amigos debatían como actividad lúdica que sugiere catarsis: antes aquello para ahora esto, los podía que fueron pude y que ahora son no puedo, el paso de la exigencia a la petición; exhortamos, se dice mucho en estos días… paseaba una muchacha muy bonita y la plática cambió de tema, hablaron más los ojos mientras el tongoneo acontecía… volvimos al debate, grandes pensadores se nombraron, tanto análisis para llegar a meras citas cuyo peso pareciera haber pasado, una versión light de lo que fueron grandes estudios: escuelas económicas, hoy hay de todo un poco, gente sin capital repudiando a un socialismo que quienes lo siguen, siguen pensando a lo neoliberal, es aburrido, todo indica que nos limitamos tú a ver todo mal donde yo quiero ver todo bien, al final nuestros líderes no se pelean como acabamos de hacerlo nosotros, el café nos cayó mal por no haber callado a tiempo, ahora sentados frente a frente, ya de regreso a la oficina, decidimos por hoy no hablarnos… Me quedé pensando en la muchacha, falda larga, atractivamente larga, raro, raro para nosotros que disfrutamos el desnudo. Retomando el tiempo de los recuerdos y las referencias, el de nuestros abuelos fue duro, si seguimos subiendo por las ramas del árbol familiar, con seguridad encontraremos un inmigrante, somos un pueblo joven, hubo guerras de cuerpo a cuerpo, y la dificultad fue legada a muchos de nuestros viejos, los últimos trabajaron duro para que nuestro paso por la vida sea un tanto menos severo, nosotros, que estamos tan al día con las globalidades, posiblemente haremos de nuestros pequeños nuevos pensadores, los nuevos últimos serán como los antiguos dandis, sabían mucho pero hacían poco, ya hay algo de eso actualmente, por eso mi amigo y yo debatíamos, ambos asalariados con la misma tarifa; ambos premiados por la obtención de un título universitario, que no es más que el modo actual de lo nobiliario. De hecho, algo así leí por ahí; nobles sin fortuna que se sientan detrás de un escritorio a cambiar el curso del mundo, la república no es monarquía, pero sí que se mantienen aun esas Cortes… Pasó la jornada, y con ésta también pasó la rabia, nos fuimos por unos tragos, y quién sabe, también podríamos toparnos con otras faldas para admirar y fantasear…

jueves, 6 de marzo de 2014

La declaración del Presidente…


En vista de los tantos problemas y patrañas que han venido surgiendo por parte de los partidos políticos, hemos decidido, por unanimidad, convocar a La Asamblea Constituyente, para que delibere junto con el pueblo la nueva propuesta de elección presidencial… luego de eso llegaron los infortunios, se decidió acabar con las cúpulas, pusieron a la voluntad de un programa computarizado la elección del Presidente, y así fue, hace ya unos meses, después que me declararan el divorcio, esa misma tarde mientras asimilaba la buena nueva muy pero muy mala, usted ha sido electo Presidente de la República… no sabía qué hacer, quería encerrarme en algún cuarto de esta casa a llorar, a recordar, a hacer lo que muchos hacen cuando están tristes; cuestionarse, darle una bofetada al orgullo, humillarse, llamar para que te traten mal, rogar y arrastrarse y luego negarlo ante los amigos; eso quise, y estaba por empezar a hacerlo, iba a comenzar por el teléfono, pero tenía demasiadas llamadas, tantas que el aparato colapsó. Miles de felicitaciones, de apoyo desconocido que según, siempre estuvo ahí. Hasta ese miembro de la familia que no me hablaba, hasta ese – esa – me llamó… Me tocaron la puerta del cuarto, el timbre de la casa, ya el callejón donde vivía estaba lleno de periodistas de todos los canales, y bueno, así fue, el nuevo presidente del que habían recién prescindido como amante, como compañero. Me pedían sonreír y me pedían unas palabras, ya portaba unas pocas lágrimas que nunca pude terminar de llorar, creían que era por la emoción, como si esto yo lo pedí, como si yo era de esos ciudadanos comprometidos con alguna causa, no, yo estaba armando mi nuevo hogar – el que nunca estrené – ése por el que pedí aquel crédito más aquellas deudas. Me consiguieron un saco, entraron a la casa y me llevaron casi obligado. A todos los conocía de vista, claro, eran los aun ministros y diputados, todos a mi alrededor, hablando entre sí y conmigo, al mismo tiempo, yo ni entendía, empecé a decir que si y que no según el tono en que lo preguntaban. Fui al baño, obviamente no sabía donde quedaba, me senté un rato, le escribí a un amigo, estaba en línea, pero no conmigo, no sé, siempre pensé que entre él y mi mujer algo surgiría, eran como parecidos, eso me carcomía, pero me tocaron la puerta, Presidente, hay que revisar los convenios… Empezó mi gestión, curiosamente los malos no lo eran tanto, resulta que había muchos de esos: memorandos de entendimiento, y sí, pues nos entendíamos muy bien con el supuesto enemigo, con todo el mundo en realidad, la crisis, bueno, era inevitable, todos aquí querían algo y presionaban por ello, al final tenía que ceder, que si este está con no sé quién, que si aquel maneja tales consorcios, este otro es el socio en secreto del que se la pasa criticando, y al final pues, todo el mundo estaba conectado, como los seis grados de separación, así, unos con otros, tal cual, entre todos, defalcaron al Estado… Yo me excluyo, pero no por honesto, no, con los días empecé a darle trabajo a los amigos, incluso a ése, al que se quedó con mi mujer, puse a muchos en muchos cargos, pero a ninguno lo puse de jefe, eso sí lo tenía claro, si los quería ayudar, no podían estar a la cabeza de algún instituto, habría caído en nepotismo. Viajé, hice contactos, hasta traje al país la banda que tanto me gustaba, olvidé decirles que era músico antes de ser Presidente, pero no viene al caso, ustedes me están juzgando por otros cargos, yo no tuve la culpa, la culpa la tuvo el Parlamento, fueron ellos quienes eligieron al presidente al azar – con un programa de computadora – yo qué iba a saber, ese día me enteré que me divorciaba, que me dejaban por un amigo… y bueno, ya destituido pues, no tengo más qué declararles, estar repitiendo este cuento cada mes es fastidioso, como fastidioso es también que la gente me señale, yo siempre quise ser famoso, pero por músico, no por corrupto…

miércoles, 5 de marzo de 2014

La alegría y la tristeza pueden andar unidas, no son como el agua y el aceite…




“Las palabras son así, disimulan mucho, se van juntando unas con otras, parece como si no supieran adónde quieren ir, y, de pronto, por culpa de dos o tres, o cuatro que salen de repente, simples en sí mismas, un pronombre personal, un adverbio, un verbo, un adjetivo, y ya tenemos ahí la conmoción ascendiendo irresistiblemente a la superficie de la piel y de los ojos, rompiendo la compostura de los sentimientos, a veces son los nervios que no pueden aguantar más, han soportado mucho, lo soportaron todo, era como si llevasen una armadura, decimos…”

“La consciencia moral, a la que tantos insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del Cuaternario, cuando el alma apenas era un proyecto confuso. Con la marcha de los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios genéticos, acabamos metiendo la consciencia en el color de la sangre y en la sal de las lágrimas, y, como si tanto aún fuera poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acababan mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca. A esto, que es general, se añade la circunstancia particular de que, en espíritus simples, el remordimiento causado por el mal cometido se confunde frecuentemente con miedos ancestrales de todo tipo, de lo que resulta que el castigo del prevaricador acaba siendo, sin palo ni piedra, dos veces el merecido…”


Fragmentos de Ensayo sobre la Ceguera, de José Saramago

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