lunes, 18 de julio de 2011

Despotricar y Vanagloriarse



Empezaron a extrañarse Las Ganas de Despotricar y El Vicio de Vanagloriarse sobre la sal y el azúcar de la realidad que albergan los sacos de las mentalidades. Sonaban las llaves de las cerraduras de la Disposición en cada puerta del pensamiento.


Algunas dudas tomaban las calles como una especie de intento de emancipación; por lo que reclamaban y proclamaban aislándose de la gente y sus sacos polvorientos y agridulces…


Los pies buscaron refugio en la arena, esa que consiguieron al trazarse el norte y al pasar las montañas, tal como quien comienza una nueva vida después de ver la luz al final del túnel. Los rostros esperaban las reflexiones de la brisa del mar; esperaban también al horizonte del respeto en el ocaso de los argumentos, en la puesta de la última luz del día; y con la esperanza de conmover la percepción de quienes necesitan la vanagloria y de quienes no pueden dejar de despotricar…


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