Hubo una época en la que los
actos humanos llevaban el nombre de un dios; siendo así nos trasladamos un poco
a ese Olimpo: Cronos para el tiempo y Eco para la voz…
Se presume que su autoridad
divina los faculta a dictar mandamientos, el problema nace cuando dichas
providencias colidan, todavía no ha nacido Zeus. Hasta “ellos” necesitan quien
los mande, quien los haga obedecer.
Una mujer actúa como niña y desde
esa pueril conducta se conduce a la madurez. Un hombre sabe más de destinos sin
haber cruzado caminos suficientes. La voz del argumento y el tiempo de la experiencia
andan jugando a no estar de acuerdo. Cosas de dioses, de acéfalos. Mitos para
evocar la realidad…
Se paseaban los treintones por el
Club de Los que Hacen Ahora lo que
Debieron Hacer Antes. Se puso de moda el local y sólo exige mayoridad como
único requisito para entrar. Dos décadas concurren y se mezclan voces y tiempos.
Surgían comentarios; el que tiene la edad de Cristo, todavía estudiante, pero
que trabaja durante el día; hablaba con la muchacha de diez por dos en años,
ella le decía, en refranes y proverbios: yo
siempre, [sic] así siempre ha sido.
El muchacho de un cuarto de siglo (sin estudiar ni trabajar aún) hablaba de
política y de políticos. Había una por ahí de diez años más que lo contradecía;
era un buen lugar sin duda…
Quizás el tema de los géneros es
un tema de los dioses, no se si será casualidad; pero Eco, mujer, ninfa,
grande, hermosa, porta la voz y por ende los argumentos. Cronos, masculino,
dios del tiempo, padre del rey de los dioses, destronó y fue destronado;
ciertamente evoca a la experiencia. Entonces: ¿qué pasará en el Olimpo, que las
voces andan a destiempo y la experiencia no aporta argumentos? ¿Qué pasará con
Cronos y Eco?
Aclaratoria: no sé si en la mitología Eco tuvo algo que ver con Cronos. Creo que no, pero los junto para mi ficción. Saludos en letras…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y tu huella...