martes, 12 de abril de 2016

Barridos




Cuando la brisa modera no molesta,
y las hojas que deciden caer se toman su tiempo,
sea para asimilar el abandono del árbol o sea para saber que ahora son del viento.
Llegan al concreto para,
más tarde que temprano,
agruparse con otras de otros árboles;
ser bulto:
y aguardar dentro de la bolsa plástica a la que fueron a parar por la pala y la escoba.
Así debe ser: ser barrido;
y como las hojas,
pudiéramos presumir,
más no lo sabemos,
quiénes son en nosotros esa escoba y esa pala…  

El árbol no abandona sino que deja ir,
quizás por algún acuerdo con el viento,
quizás porque le expropiaron el bosque,
quizás;
quizás porque ahora es el intruso de su propio terreno…  
Árboles somos tomos de vez en cuando,
porque de vez en cuando nos toca dejar ir y pactar con ese viento;
aunque su brisa nos disguste,
aunque no guste la canción que cantan nuestras ramas…
Sí…
Hay cada vez más días árboles y días hojas.
Hoy nos barren más y más dejamos ir…

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