El hambre de los nervios se complace con algunos restos de uñas, de cueritos; de humo color respiro, color aliento. Los silencios no musicales se amontonan en las ganas de decir, estas últimas ya divorciadas de las de hablar. Así se anuncia la espera: desesperante…
El ruido del pantalón cambiando de pierna, los pasos que no caminan, el sonido de algún chicle, un pequeño que juega con un carrito; el tiempo que cuenta y que nadie cuenta: todos con la espera y a la espera. Las visiones de cada uno, el futuro que los une a todos, ¿Cómo será? ¿Cómo se hará?
El examen dio negativo…
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