Tenemos este
filtro de agua touchless que hace que el dedo se canse incluso mas
que con uno común y corriente. Cosas de la modernidad. Modernidad que, en
efecto, poco a poco nos ha ido mudando de lugares, lugares para el olvido, ese
que se mantiene lleno de memoria, y que el teléfono ahora distorsiona, porque resulta
que como se recuerda no fue, si no como se relata, y por quien es
relatado, por cierto, y por las redes, con el teclado en inglés,
y por supuesto: en spanglish universal. Este por no
multiplica, lo sé, fueron muchos, como mucho somos ahora y por lo tanto
cada vez menos especiales, mas generales, mas predecibles,
entre nosotros, difícilmente entre ellos, para ellos seguimos
siendo parte de lo mismo, y lo mismo vamos siendo. Entre nos, por si acaso, menos
somos, pero ya no más. Me encanta como te queda ese vestido verde. Las
manos se me van solas. Solas son las acciones que no se conjugan, sin jugo por
el azúcar, el edulcorante. El ayuno intermitente de fe; el alma y sus modas sin
modales, que sea por la luz para culparla, pero ya es primavera. En mi país
le decimos echar carro, y no lo pienso explicar. Me faltan las tildes y muchas
cosas más. Tengo música, antes no la tenía, así que estamos en ventaja.
Un melómano es mucho mas productivo escuchando lo que le gusta. Me quedo
pensando en el vino, sin ir, sin haber llegado. Ya son mas de cuatro años.
Salud de día, imaginario, touchless, como el filtro, con agua, durante
la hora de receso… más o menos, entre y por
Saludos en
letras
No he
vuelto, pero a veces las ganas de escribir brotan.
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