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jueves, 21 de marzo de 2024

Operaciones básicas como preposiciones.

 



Tenemos este filtro de agua touchless que hace que el dedo se canse incluso mas que con uno común y corriente. Cosas de la modernidad. Modernidad que, en efecto, poco a poco nos ha ido mudando de lugares, lugares para el olvido, ese que se mantiene lleno de memoria, y que el teléfono ahora distorsiona, porque resulta que como se recuerda no fue, si no como se relata, y por quien es relatado, por cierto, y por las redes, con el teclado en inglés, y por supuesto: en spanglish universal. Este por no multiplica, lo sé, fueron muchos, como mucho somos ahora y por lo tanto cada vez menos especiales, mas generales, mas predecibles, entre nosotros, difícilmente entre ellos, para ellos seguimos siendo parte de lo mismo, y lo mismo vamos siendo.  Entre nos, por si acaso, menos somos, pero ya no más. Me encanta como te queda ese vestido verde. Las manos se me van solas. Solas son las acciones que no se conjugan, sin jugo por el azúcar, el edulcorante. El ayuno intermitente de fe; el alma y sus modas sin modales, que sea por la luz para culparla, pero ya es primavera. En mi país le decimos echar carro, y no lo pienso explicar. Me faltan las tildes y muchas cosas más. Tengo música, antes no la tenía, así que estamos en ventaja. Un melómano es mucho mas productivo escuchando lo que le gusta. Me quedo pensando en el vino, sin ir, sin haber llegado. Ya son mas de cuatro años. Salud de día, imaginario, touchless, como el filtro, con agua, durante la hora de receso… más o menos, entre y por

 

Saludos en letras

 

No he vuelto, pero a veces las ganas de escribir brotan.

 


viernes, 6 de febrero de 2015

Fue o pudo haber sido


“Después de todo, nuestra modernidad, inmersa como está en la tecnología aunque irregularmente y dependiendo de dónde nos situemos en el mapa, es tan sólo el último capítulo de una larga saga que realmente comenzó con la separación gradual entre Io natural y Io divino a principios del Renacimiento. Es allí, en la ruptura fundamental entre un mundo espiritual y otro material que hasta entonces habían permanecido indisociables, que reside el origen de Io que en Occidente se llama modernidad…” Bajo las líneas y subo cierta curiosidad, una causa casual aparentemente: “Desde el punto de vista social, la construcción de infraestructuras supone diferentes repercusiones, ya que modificando el espacio que contiene las actividades económicas y las formas de vida, no sólo se afecta a la morfología territorial, sino también, y profundamente, a la sociedad: provoca o acelera la mutación de las estructuras y de las dinámicas de los colectivos afectados. El proceso de transformación social está determinado por el ritmo de la construcción y acusado por el hecho de tratarse de una intervención planificada por instancias externas…” Más adelante encontré que tal transformación social, puede ser irreversible. Bien, he combinado dos lecturas; una causa casual aparentemente: Las construcciones, o lo que queda de ellas, nos hablan. Nos hablan con su edad, con su historia, y con su historia nos dicen lo que fueron (o pudieron haber sido) y obviamente: ya no son, dejaron de serlo…
“El Estilo Internacional conoció su momento entre principios de los años cuarenta y finales de los sesenta, cayendo rápidamente después en el desuso y el olvido. Estos últimos fueron lentos, pero seguros: a pesar de su lenguaje futurista, la arquitectura modernista se fue marchitando poco a poco, cambiando su colorido lustre por una erosión paulatina, versión urbana de esas ruinas que la jungla va lentamente recubriendo hasta hacerlas desaparecer casi del todo. De igual manera, esta arquitectura desapareció de vista, en parte porque sus propuestas ideales no se ajustaban a la realidad habitacional para la que fuera construida (el caso de los grandes bloques obreros, verdaderos enjambres aislados y alienantes) entrando en conflicto directo con sus usuarios, prisioneros de un racionalismo cuya integridad justificadamente vejaran; en parte porque la visión que le diera nacimiento fue prontamente superada, quedando así sus vástagos sometidos a la implacable competencia del tiempo y la moda. En suma, si bien las construcciones modernistas permanecieron en pie, lo hicieron a expensas de sí mismas: abiertamente abandonadas o simplemente ignoradas, pasaron a conformar una capa más del espeso tejido urbano, convirtiéndose en una especie de telón de fondo modernista frente al cual las ciudades continuaron evolucionando y sus transeúntes paseándose ciegos e indiferentes…”
Deliramos: caminamos por la ciudad y la ciudad nos muestra su evolución a través de sus ruinas, éstas últimas, construcciones de progreso de un tiempo que ya pasó. La ciudad vibra y nos transmite su sentir (quizás de ahí que tanta gente haya optado por la moda ésta de desear Buena Vibra, pero ese es otro tema) Captamos el mensaje y lo vivimos en idiosincrasia, en ideología; y luego sufrimos de ansiedad. Y por la ansiedad nos quejamos, y cuando las quejas son mudas ante los oídos de nuestros gobernantes, nos desesperamos, en silencio, frente a un dispositivo electrónico, consumiendo moda para consumar de algún modo el llenado de nuestros vacíos. Vacíos que pueden ser desgracias, y esto me recuerda a una canción de U2 en donde Bono canta: “en mis sueños ahogaba mis desgracias, pero mis desgracias aprendieron a nadar…” Una causa casual aparentemente: la canción se llama hasta el fin del mundo

Citas: http://www.celesteolalquiaga.com/modernidad.htm “Las Ruinas del Futuro”



viernes, 6 de septiembre de 2013

Just a Thought...


Hay, digamos; dos posturas en una pareja – para no caer en eso de que si el hombre es tal y la mujer es cual – una, cuyo fin básico estriba en medios complejos, y otra; cuyo fin complejo estriba en medios básicos… ¿Cómo? Bueno. Tomemos aquello que hace uno de los dos para tener sexo. Así es. En cuanto al otro; utiliza ese sexo para conseguir algo ulterior…

@OrlanSilva ;-)

sábado, 13 de abril de 2013

El día anterior…


Al ver cómo se desenvolvía el comportamiento de los noticieros y las figuras públicas, fue inevitable no pensar en Joseph Goebbels y sus principios acerca de la manipulación de la opinión pública; de los cuales me quedo con el once. Cito: Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piense "como todo el mundo", creando impresión de unanimidad. Hoy es el día anterior de un día muy importante, quizás con la sensación de una importancia mayor. Todos nos preparamos para paralizar lo nuestro y enfocarnos en lo que todos queremos… y sí, parece que todos queremos lo mismo, pero lo mismo no es igual cuando los enteros son mitades y cuando las mitades no lo son del todo. Hoy esperamos ser parte de la mayoría. Hoy por fin, nos dicen que no somos los únicos al consumir y que lo inducido ahora sí es lo correcto. Hoy nos permitimos saberlo; para mañana, para el gran día. Sin embargo existe la presión de la mitad no tan mitad, que lo sabe, pero no lo dice; ya es muy tarde para decirlo, pero aún es tiempo de sugerir una asimetría a favor, así que las malas nuevas hoy son las buenas. Durante todo el día los archivos del pasado son los del presente, así como cifras veloces hoy suman gente que ya se ha restado de los registros civiles, los números se engordan con nombres, más que nunca, por el mañana. Todos a la espera de una nueva mala noticia que irónicamente: no les llega… Saludos. Hasta mañana…

domingo, 3 de febrero de 2013

Del desvelo…





Una mañana una rutina, unas ganas de amanecer con sueños. La noche vino con luna pero sin regalos. Era domingo y la voluntad sentía cansancio. El insomnio hizo una visita, había cierta angustia por la cual dejar abiertos los ojos a la oscuridad…

Una ventana unas bocanadas. El humo era el pincel de los suspiros. Hubo imágenes pero el viento se vestía de tos. Unos cuantos pasos sin rumbo y de nuevo la cama. Plegarias a gritos, en silencio; por supuesto. Ciertamente el tiempo no se detuvo, pero no tiene ganas qué secuestrar…

Salió el sol y entró el baño: la lluvia en casa para empezar un final. Un nuevo comienzo…

jueves, 10 de enero de 2013

Puzzle




Solía creer que el pensamiento era una especie de collage de ideas y conceptos en el que las teorías aportaban matices incluso artísticos. Ahora me suena la ocurrencia de una imagen: el puzzle, sin que me “rompa la cabeza.” Cada argumento, una pieza; y encaja en convicciones por paquetes…

Recordaba una película de nombre Los Dioses deben estar Locos, en pocas palabras: alguien desde un helicóptero deja caer una botella de refresco la cual va a parar a una tribu, en ésta, uno de sus jefes, considera la botella un regalo de los dioses, y a la misma se le dan usos múltiples de utilidad. Un día nacen: la codicia y la envidia, y este jefe de la tribu advierte cierta maldición en el regalo de los dioses, por lo cual decide llegar al fin del mundo para deshacerse del objeto intruso que ha perturbado la armonía en su grupo. El humor está presente a lo largo de la película…

Recordaba esto porque hoy he amanecido con el delirio de que mi collage se ha vuelto puzzle, si no es que siempre ha sido así. Tengo varias escenas, o piezas, sobretodo ésta mañana, y a razón de unos cuantos elementos que he encontrado viniendo de mi casa al trabajo: voces, gestos, interpretaciones, patologías, fotos y letras y hasta caricaturas…

La metafísica como enlace entre la ley y la medicina: dos opuestos discutían el tema de la falta temporal, absoluta; con relatividad. La no presencia que no es ausencia; la ley parece ser clara para uno y oscura para el otro… La espiritualidad y sus ofertas: es el mes de los descuentos, y por supuesto, la sanación del alma enferma por el alto consumo decembrino, tiene su bálsamo en el mismo consumo, pero ahora con aromas y rituales ancestrales importados de otros rincones del mundo; hay rebajas… Indignación: luego de brindis simultáneos en mesas y masas, la gente se siente jurista; un nuevo efecto que trajo el alcohol recientemente incluido en el cuerpo… Todos mandamos: por eso obedecemos y vamos todos a complacer a los fotógrafos. Mañana muchos se etiquetarán… A trabajar: un jefe ordena mientras predice el futuro…



Saludos en letras ;-)

viernes, 14 de diciembre de 2012

Dígame, ¿ya se jodió?



¿Cómo?

Como bien se sabe el ruido es el producto de la orgía de los sonidos, porque cuando hacen el amor hacen acordes, melodías: el ruido no sabe de quién nace pero sabe por qué lo sienten. Algo parecido ocurre en la conciencia (también se organizan fiestas de lujuria)

El irrespeto juguetea con la sinceridad para serle infiel a la hipocresía. Todos a la merced de la soberbia, que espera al ego para que podamos sentirnos victoriosos a la hora de argumentar; y ese es el punto: toda discusión alberga un debate en sí misma, y siempre hay que ganar, de lo contrario la conciencia se siente derrota y no da lugar a la reflexión. Toda reflexión, a partir de una derrota, toma posición cuando se asume como victoria (el aprendizaje) La razón, por puritana, se hace un enigma, como la virginidad sin inocencia. Por lo tanto se presume; y nos proclamamos presumidos. De ésta manera pues, poseemos la razón…

¿No han sentido el irrespeto de la sinceridad? Seguro la conciencia anda en una orgía…



martes, 11 de diciembre de 2012

Por ende




El vicio es el placebo de quien no ha encontrado la pasión. Por otro lado la pasión es un encuentro, una cita con la plenitud. Podemos engañarnos una y mil veces, pero nunca podremos comprar la pasión…

Ergo

Sin pasión sólo nos queda el vicio; y por muy costoso y elitesco que nos establezca, no puede otorgarnos la plenitud…

martes, 27 de noviembre de 2012

Momento


Has dejado salir al aliento que te delata, por estar a punto de mentir o porque estás por confesarte: seré recuerdo seré conciencia. He de poner mis labios con los tuyos, a fin de cuentas ya el suspiro se ha escapado. Cierras los ojos, no para imaginar si no más bien para dejarte guiar. Nos separamos, pero no por mucho, así que te beso de nuevo, se nos confunden el respirar y los rostros, ya somos algo más que labios y pactos. Se fueron el lugar y el tiempo, sólo quedamos atados: unidos por el placer de besarnos. Así empezamos a acariciarnos: a dedos, a bocas, marcando calor y dando color para sentir y también para sentar. Estamos inscribiéndonos en el otro. De ésta manera nos hacemos, nos tallamos y nos moldeamos a siluetas cálidas que prescinden de sus sombras. Tomamos la pausa y tememos del frío: volvemos a besarnos, volvemos a unirnos…