La Soledad y el Silencio suelen resaltar algunos detalles que pasan desapercibidos en las tertulias y sus choques de copas… El Vino en una botella se toma unos cuantos segundos para ocupar la copa vacía y ansiosa; tal como el alma a punto de saborear un trago con su cuerpo… En la copa a medio llenar reposa la concurrencia de sorbos que traerán pensamientos y sensaciones en recuerdos. Se humedecen los labios, se cierran los ojos; se suspira: se piensa… Sorbos amargos de felicidad color sangre, restos Esperanza que se escurren por las paredes del mundo; un mundo de cristal que se sostiene en pocos dedos ligeramente trémulos ante el poder de la Soledad y sus acompañantes… En la boca: el sabor del futuro, de la voluntad duradera hasta que se traga el recuerdo; así, precisamente. Como el mundo de cristal y la mesa de la conciencia; sobre la misma en que algunos sorbos se han derramado… El suspiro llega de último y se trae algunos nombres que se pronuncian recordando pieles…
In vino veritas, in aqua sanitas
Salud (en letras...)
ni despacio, ni de prisa aprendo, no tengo igual lenguaje, no merezco la chispa del glamour, no hay hechos para esperar ni abraso que dar para quien sobra hombros que apretar, no hay necesidad si no se cree que hay un lazo de respeto infinito, uno que no se atreven a romper cuando no habría otra felicidad mas que la semilla que dibuja la pureza de elegir cuidar, que no crece por tanta piedra que el muro derribó y el lujo de construir en senderos lejos del nuestro. testigos del infierno que aun sueñan cabalgando en el cielo, no hay vinos ni melodías del cielo, hay aire y brisa al respirar con aliento.
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