Suelo pagarle al terapeuta para que me ilumine
con mentiras nuevas. Hoy me decía, decía;
la verdad. Discutíamos sobre lo bueno que no está bien y sobre lo malo;
por qué peor pudiera ser. El discernimiento, dijo, está condicionado por pasiones, y las pasiones, por razones;
éstas, las últimas, son impuestas por condiciones: así creemos terminar lo que
no sabemos dónde empieza. ¿Quién impone
las condiciones? El clamor, por colectivo y por popular, este endulza a las
ganas para las tortas que nos ponen; bien sea con cifras no concisas o con
argumentos de mentira. Es un tema de
esperanzas secas, como el papel mojado, que igual poco queda. Se consumen
las críticas por repetidas y por estar en venta: hay que ocupar la mente en lo que los demás quieran; por eso caemos
en hablar de lo mismo, como lo mismo nos vemos con cada ropa nueva. Yo veo que
te gusta la moda, como a mi; y a
todos, pero no está de más darse cuenta; no es tan malo saber que pagas mucho
por lo que vale poco, y ni siquiera poco;
tú no sabes cuánto cuesta: tú eres público, como
todos los perfiles restringidos. Nos ilusionan y por eso pagamos, pero hay
paganos que no rinden cuentas, claro;
por eso esos no cuentan. ¿Tú sí cuentas?
Depende de cómo seguimos la cadena. Yo sólo
quiero ver caderas. Esa ha de ser tu condena. ¿Cuál? Seguir, más no alcanzar. Pero
me puedo alzar. Ni que fueras precio, ni que fueras preso; yo aprecio el contexto, pero ya es hora
de terminar…
Blog dedicado a la redacción de escritos, en su mayoría originales. /Blog focused on original writings mostly
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jueves, 26 de julio de 2012
jueves, 10 de mayo de 2012
Querer entender para poder entender…
La gestión de algunos interesados, movidos por
no sé qué objetivo, logra que la recuperación a medias de una plaza, tome lugar
para embellecer fotos y reforzar algunas palabras difundidas. Hoy me topé; tocó
toparme con una escena repetida: el comerciante informal huyendo del acoso de
las autoridades con niño en brazo llorando y todo. Normalmente, para la
conmoción, resulta claro precisar quién funge de víctima y quién de victimario;
esto sabiendo que, el comerciante no ha debido estar ahí en primer lugar. Juzgo,
es inevitable ¿pero por qué? Cómo se ha de juzgar lo que no se comprende; cómo
se invita al discernimiento sin la amplitud necesaria. Por qué se toman
posiciones ¿por comodidad? ¡Quién sabe! Opino. Pareciera que el no poder
entender limita a las ganas de entenderlo, así es más fácil juzgar de valor
pero sin valor alguno. Se forjan los criterios a partir de la opinión. Se establece
la costumbre de comprender opinando; de lejos, y para los entendidos. No es
sólo querer entender para poder entender; se necesita entender. ¿Opinamos?
lunes, 30 de abril de 2012
Por aquí por allá…
Cae la tarde bajo edades del Sol, se saludan y
se despiden las sombras y los reflejos. Sonríe una luna por verse desde el día
y el día todavía no ha sido de la noche. Se anuncian algunas estrellas, el
cielo cambia sus azules; nos toca prender las luces. Manos sobre palabras para
no perder ideas, para que el orden se mantenga: toca una pausa para asimilar.
Planes de hoy para mañana y deseos del mañana para hoy. Se juegan los tiempos
mientras se pasa la página: nacen ganas de subrayar. Una cicatriz para el
libro: esa necesidad de no olvidar. Las personas también tienen líneas que unos
tachan y otros remarcan: algunos cuerpos han sido releídos. El gusto es íntimo y silencioso cuando la música es la
única invitada a las ganas de escuchar. Siguen las manos sobre el texto. Un reloj,
una hora: volvemos inevitablemente a evocar. Yo por aquí y tú por allá,
buscando palabras mismas en libros distintos. Se mueven los labios pero es sólo
la música. Deseos de hoy para el ayer y planes del ayer para hoy. La cama, la
calma; las palmas: el alma. Nos despedimos sin saludarnos: tú por aquí y yo por
allá…
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viernes, 27 de abril de 2012
Testigo
Sin fe confesaban al haberse visto caídos:
corríamos y resbalamos por no saber frenar. Desconocidas las caras con tanto
espejo roto, mucho gesto sin rostro y mucho rastro que nada gustaba. La
molestia con el tiempo es indiferencia y así se empiezan a permitir
prohibiciones. El vendedor salía de soslayo por el portal del enrejado, para su
suerte, a medio cerrar. En un principio, la situación se agravaba, pero nadie
tenía qué gravar. Los insultos, que con el ruido se suman a un ruido mayor, usualmente,
no definieron reclamos. La sangre suele saber tomar su lugar para gritos y
silencios. Llovía, todos los sabían. Cuando el cielo viste gris la gente
debería vestir colorida; como aquella mujer de turquesa que llegó a aquel sitio
sepia. Caen el vendedor de espejos y la pareja de la moto, todos vestidos de
negro…
viernes, 30 de marzo de 2012
El silencio lo dice…
Mucho se luce el engaño cuando se viste en palabras ciertas. Tal es la excusa no excusable, como la de hoy, como todas esas otras. La mente miente y se contradice cuando ha de aceptar lo que no cree. Un silencio que ensordece a las ganas de entender…
Se prohíben libertades a la queja porque no dan más que para despotricar. Como siempre, al ser así; reinan los gritos y el torneo por alcanzar el volumen. Todo se distorsiona y extorsiona la razón; que de nadie es pero todos creen tenerla…
No sabe más quien grita ni grita más quien sabe; nadie miente mejor. El silencio lo dice cuando callamos y caemos, cuando mero vicio es creer…
viernes, 23 de marzo de 2012
Veinte años pensados en veinte minutos trillados…
Hay tragos que invocan momentos y evocan ganas, entre las tantas mencionables, las de hablar. Una amiga que estudió me decía mientras estudiaba, los tantos argumentos aprendidos para encontrar profundidad y banalidad en el ser de las personas. Yo la escuchaba, asentía como mueca social más común que la de la sonrisa, desentendía por no encontrarme cómo diferir…
Hoy, ya ausente de los tragos, recuerdo, –es parte de los veinte minutos- jugamos con los términos: banal como sinónimo de superficial y profundo; ya muy profundo y al fondo está. Como decía –digo, escribo- superficialmente profundo más profundamente superficial, lo escribo, lo digo. Somos se lee igual de ambos lados, las palabras de mar tan juiciosas también son palíndromos intencionales, son lo mismo, no existe diferencia, al menos yo no la encuentro. El fondo en la gente y en las cosas, viene dado por otros factores en los que el tiempo está implicado y a veces invitado. En el caso de la personalidad, podría llamarse a la experiencia, que se luce cuando se viste de tiempo.
Hace veinte años se usaba el cassette, el walkman, se usaba un lápiz para rebobinar a fin de no gastar las baterías. Tener dos VHS era una especie de excentricidad, como también lo podía ser comprar una cinta virgen para grabar algún video alquilado. Musicalmente la vanguardia la tenían las emisoras radiales regionales, los locutores eran tan famosos como un animador de la televisión. Luego llegó el cable, llegó el canal de videos, el de series, el de programas de farándula internacional y claro; el pornográfico. Ya estábamos más adelantados que la radio. Llegó el internet, el correo electrónico, Napster de pionero y todos sus secundarios. El servicio militar era obligatorio, cumplir la mayoría de edad era el inicio del riesgo; un pariente en las fuerzas armadas se convertía en un salvador: la ayuda para obtener ese carnet con el que se suponía la recluta no te iba a reclutar. La ley de vagos y maleantes, constitucional hasta metras. El miedo masculino de haber olvidado la cédula. Los cines independientes y no de franquicias ni cadenas. Todo está extinto, para bien y para mal, pero lo expuesto ya no es comprensible. Descargar es una palabra que olvidó sus anteriores significados. Quien llega a la mayoridad hoy en día, quien adquiere conocimientos teóricos sin práctica, te habla, más poco te dice, pues su profundidad, asumiendo que tal cosa exista, se basa en referencias y no en vivencias. Entonces al usar el somos, para lo banal y lo profundo en alguien, hay terminar usándolo en nadie, porque de profundidades y superficies sabe más el mar…
Vale acotar, descargar no es el único término con amnesia. A la Historia no la voy ni a tocar; no estaba en los veinte minutos, yo también sufro de amnesia al recordar…
Saludos en letras
lunes, 19 de marzo de 2012
Sin distingos pero pronunciable...
Sin distingos pero pronunciable:
algo que lo niega todoy todo lo que acepta nada.
Brotaban recuerdos a razón del insomnio;
un cuerpo es también un temploen el que las caricias son ofrendas al deseo.
Fríos y calores se llaman desde el viento,
pero no se sabe si se pudo
cuando se sabe que no pudo haber sido;
el sueño y la realidad se mezclan,
como la mayoría simple y la mayoría absoluta:
absolutamente simpley simplemente absoluta.
Sin distingos pero pronunciable:
todo lo que niega algoy nada que lo acepte todo...
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viernes, 16 de marzo de 2012
"Instrucciones para la reconstrucción de la personalidad"
Sentí la necesidad de compartir por esta vía un par de momentos de tan extraordinario texto: El Lobo Estepario, de Hermann Hesse…
[…]Voy a decirte hoy una cosa, algo que sé hace ya tiempo, y tú también lo sabes ya, pero quizá no te lo has dicho a ti mismo todavía. Ahora te digo lo que sé acerca de ti y de mí y de nuestra suerte. Tú, Harry, has sido un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y de fe, siempre tras la huella de lo grande y de lo eterno, nunca satisfecho con lo bonito y lo minúsculo. Pero cuanto más te ha despertado la vida y te ha conducido hacia ti mismo, más ha ido aumentando tu miseria y tanto más hondamente te has sumido hasta el cuello en pesares, temor y desesperanza, y todo lo que tú en otro tiempo has conocido, amado y venerado como hermoso y santo, toda tu antigua fe en los hombres y en nuestro alto destino, no ha podido ayudarte, ha perdido su valor y se ha hecho añicos. Tu fe ya no tenía aire para respirar. Y la asfixia es una muerte muy dura. ¿Es exacto Harry? ¿Es ésta tu suerte?
Yo asentía y asentía.
-Tú llevabas dentro de ti una imagen de la vida, estabas dispuesto a hechos, a sufrimientos y sacrificios, y entonces fuiste notando poco a poco que el mundo no exigía de ti hechos ningunos, ni sacrificios, ni nada de eso, que la vida no es una epopeya con figuras de héroes y cosas por el estilo, si no una buena habitación burguesa, en donde uno está perfectamente satisfecho con la comida y la bebida, con el café y la calceta, con el juego de tarot y la música de la radio. Y el que ama y lleva dentro de sí lo otro, lo heroico y bello, la veneración de los grandes poetas o la veneración de los santos, ése es un necio y un quijote. Bueno. ¡Y a mí me ha ocurrido exactamente lo mismo, amigo mío!
Yo era una muchacha de buenas disposiciones y destinada a vivir con arreglo a un elevado modelo, a tener para conmigo grandes exigencias, a cumplir dignos cometidos. Podía tomar sobre mí un gran papel, ser la mujer de un rey, la querida de un revolucionario, la hermana de un genio, la madre de un mártir. Y la vida no me ha permitido más que llegar a ser una cortesana de mediano buen gusto; ¡ya esto sólo se ha hecho bastante difícil! Así me ha sucedido. Estuve una temporada inconsolable, y durante mucho tiempo busqué en mí la culpa. La vida, pensé, ha de tener al fin razón siempre; y si la vida se burlaba de mis hermosos sueños, habrán sido necios mis sueños, decía yo, y no habrán tenido razón. Pero esta consideración no servía de nada absolutamente. Y como yo tenía buenos ojos, y buenos oídos y era además un tanto curiosa, me fijé con todo interés en la llamada vida, en mis vecinos y en mis amistades, medio centenar largo de personas y de destinos, y entonces vi, Harry, que mis sueños habían tenido razón, mil veces razón, lo mismo que los tuyos. Pero la vida, la realidad, no la tenía. Que una mujer de mi especie no tuviera otra opción que envejecer pobre y absurdamente junto a una máquina de escribir al servicio de un ganadineros, o casarse con uno de estos ganadineros por su posición, o si no, convertirse en una especie de meretriz, eso era tan poco justo como que un hombre como tú tenga, solitario, receloso y desesperado, que echar mano de la navaja de afeitar. En mí era la miseria quizá más material y moral; en ti, más espiritual; la senda era la misma. ¿Crees que no soy capaz de comprender tu terror ante el fox-trot, tu repugnancia hacia los bares y los locales de baile, tu resistencia contra la música de jazz y todas estas cosas? Demasiado bien lo comprendo, y lo mismo tu aversión a la política, tu tristeza por la palabrería y el irresponsable hacer que hacemos de los partidos y de la Prensa, tu desesperación por la guerra, por la pasada y por la venidera, por la manera cómo hoy se piensa, se lee, se construye, se hace música, se celebran fiestas, se promueve la cultura. Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de mas. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos […]
[…]La idea equivocada y funesta de que el hombre sea una unidad permanente, le es a usted conocida. También sabe que el hombre consta de una multitud de almas, de muchísimos yos. Descomponer en estas numerosas figuras la aparente unidad de la persona se tiene por locura, la ciencia ha inventado para ello el nombre de esquizofrenia. La ciencia tiene en esto razón en cuanto es natural que ninguna multiplicidad puede dominarse sin dirección, sin un cierto orden y agrupamiento. En cambio, no tiene razón en creer que sólo es posible un orden único, férreo y para toda la vida, de los muchos sub-yos. Este error de la ciencia trae no pocas consecuencias desagradables; su valor está exclusivamente en que los maestros y educadores puestos por el Estado ven su trabajo simplificado y se evitan el pensar y la experimentación.
Como consecuencia de aquel error pasan muchos hombres por «normales», y hasta por representar un gran valor social, que están irremisiblemente locos, y a la inversa, tienen a muchos por locos, que son genios. Nosotros completamos por eso la psicología defectuosa de la ciencia con el concepto de lo que llamamos arte reconstructivo. Al que ha experimentado la descomposición de su yo. Le enseñamos que los trozos pueden acoplarse siempre en el orden que se quiera, y que con ellos se logra una ilimitada diversidad del juego de la vida. Lo mismo que los poetas crean un drama con un puñado de figuras, así construimos nosotros con las figuras de nuestros yos separados constantemente grupos nuevos, con distintos juegos y perspectivas, con situaciones eternamente renovadas. ¡Vea usted! […]
Saludos en letras…
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martes, 13 de marzo de 2012
convención.
Naturalmente han de concurrir los espíritus de los convencionalismos, esos que nacieron de la imposición y no de convención alguna. El alma alberga sus hallazgos y los proclama pensamientos, de estos, muchos se ahogan en el paladar como quien trata de reír mientras bebe, mientras bebe de algún vaso otorgando independencia a los instintos del cuerpo. No es cuerdo darle cuerda a las dudas cuando nadie quiere dudar lo que acepta, por eso aceptar lo impuesto es una convención. No obstante, aceptantes se llaman irreverentes; entre ellos…
“El hombre no es de ninguna manera un ser firme y duradero, es más bien un ensayo y una transición, no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu…”Hermann Hesse, en El Lobo Estepario.
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