martes, 26 de abril de 2011

Me gustó aquella vez



Me gustó aquella vez,
esa en la que pude procurarme la horizontalidad que un cuaderno necesita para servir de escenario a la tinta caída.
Ahí donde me confieso,
y donde la moral es la del deseo; del placer de la piel y sus matices, y del abanico que concede la caricia y toda su intensidad…


Me gustó aquella vez porque finalmente pudiste escapar del duro ejercicio del Sólo contemplar y porque pude verte sin verte.
Porque estabas justo ahí,
entre el infortunio de no tenerte y el delirio de siempre anhelarte…


Me gustó que aquella vez porque fui el único espejo para tu sonrisa,
y porque después de todo encontraste el roce del viento cada vez que te nombraba y suspiraba…


Me gustó escribirte;
me gustó imaginarte…

10 comentarios:

  1. Y a mí me encanta sentirme en tus letras, escribes hermoso Orlan. Felicitaciones

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  2. Me gustó escribirte;
    me gustó imaginarte…

    ya tienes un seguidor mas :)

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  3. La fotografía es para imaginar y el poema es toda una delicia. Muy bueno. Te dejamos nuestros saludos y respetos

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  4. Pero la imaginación, escribir a otro, no es lo real y verdadero. Pues los real y verdadero, lo definitivo, es el cara a cara, verse y relacionarse en directo, donde toda la maravilla de la relación se manifiesta: la presencia, el olor, los movimientos y la postura corporal, la vestimenta, la mirada si huye o disfruta de mirar a la cara y a los ojos, el timbre de voz.
    Por supuesto que escribir, y la imaginación, es un sucedáneo que tiene su función, su momento y utilidad.

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    1. Así es, y agradezco la acotación. El deseo que reposa detrás de las letras es el mismo que se esconde en un suspiro cuando este último lleva un nombre y se grita en silencio...

      Saludos en letras

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  5. Son días, infortunadas miradas o placidas llenas de besos que suponer -la mente va: a mares tranquilos y sin dudar algunos turbulentos- la mayoría al navegar, presenciar e imaginar anhelando dejar de contemplar lejanos horizontes que acarician el ejercicio del placer y la intensidad, momentos y palabras que mostrar en zumos espejos que deja el viento pasar. Aludiendo a uno y cinco mil suspiros de un día casual, en verdad usual, ayudan sus visiones lector...escritor, a usted señora y señor.

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    1. Quien contempla, con un "nos" antes o un "mos" después...

      y sí, mil suspiros son usuales en un día casual; la visión es la causa...

      Muchísimas gracias por esas líneas.
      Saludos siempre

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  6. ni despacio, ni de prisa aprendo, no tengo igual lenguaje, no merezco la chispa del glamour, no hay hechos para esperar ni abraso que dar para quien sobra hombros que apretar, no hay necesidad si no se cree que hay un lazo de respeto infinito, uno que no se atreven a romper cuando no habría otra felicidad mas que la semilla que dibuja la pureza de elegir cuidar, que no crece por tanta piedra que el muro derribó y el lujo de construir en senderos lejos del nuestro. testigos del infierno que aun sueñan cabalgando en el cielo, no hay vinos ni melodías del cielo, hay aire y brisa al respirar con aliento. Una y mil veces es atrapado por colectivos recuerdos, recuerda con nostalgia no la semilla que se ahoga sin brisa ni viento, adora encontrar mas talento, no se puede pregonar la facultad de fecundar y toda tierra se puede anhelar y alentar para cultivar.

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