Y
es que la historia de ti que tú no sabes se va paginando en los ojos de quienes
te han venido conociendo, con sus silencios, con la forma en que te miran y lo
sabes, lo sabes bien porque las palabras no se escuchan. Cuestionas el sentido
del oído, pero no, no es que no escuches, es que lo que callan cuando te hablan
habla más duro, sólo que no lo entiendes, pero sí lo sientes y tu rostro se
arruga, se recoge como las patas de la araña… luego te preguntan qué tienes y
no sabes qué responder. Eres tú ahora el que grita y que nadie escucha,
entonces dices cualquier estupidez; cualquier cosa, algo que acalle lo que te
gritabas hace poco, porque quizás alguien podría escucharte, porque algo tienes
e intuyes que deberías acallarlo. Te abstraes, te distraes, te aferras a un
falso positivo o a una miseria ajena, mejor, te aferras al pronunciamiento en
contra de las tendencias, de la moda; finalmente caes en su dominio y, como
todo el mundo, te la tiras de diferente sólo porque ese clamor ahogado de tu
ser ha de volcarse en alguna clase de indiferencia intelectual propia de un pseudocrítico. Pero te envicias, te lo
crees, y ahora tu creencia habla más duro que tu carencia… atrincheras ése
arquetipo… hasta que eres engullido en una especie de dilema, una parábola sin
fin y te vuelves visceral. Entonces, con unos zapatos de marca, o con un trago
muy trendy en la mano; te quejas de
los ignorantes que no ven lo que se supone que tu sí… ¡y pensar que sólo tenías
que desahogarte!
Blog dedicado a la redacción de escritos, en su mayoría originales. /Blog focused on original writings mostly
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jueves, 12 de febrero de 2015
martes, 10 de febrero de 2015
Mainstream
Saludos,
muchachos. Hoy como cada mañana, he venido a dejarles mi selección de titulares
a propósito de las vicisitudes por las
que está pasando la nación. Un sinfín de muertos que suman puntos a las razones
por las cuales, durante el día, siempre me quejo; y es que cada día son más y
más: la inseguridad nos está matando, y no es una sensación (de hecho esto es
cierto, pero el delirio no trata de eso; simplemente, un tema de respeto para
aquellos dolientes que no ven sus muertos en números si no en nombres y
vivencias, y que de ahora en adelante, sus vidas ya no serán como solían ser…) Las
tablas comparativas nos dicen que este año y para esta fecha, ya se trata de casi
el doble de víctimas con respecto al año anterior. Y es que la administración
es pésima, pero espera, tenemos también estos amigos que la defienden, seguro
están ciegos. Según ellos eso es culpa de la incultura, del capitalismo voraz
que consume al pueblo en drogas, alcohol y consumo de necedades. Pero bueno, no
vamos a entrar en discusión con ellos, por más que sea, son nuestros amigos de
toda la vida. Ayer acompañé a unos activistas y pudimos captar al menos unas
diez fotos de gente haciendo cola para conseguir productos de la cesta básica.
Qué calamidad, sinceramente. Hay analistas que dicen que ya esa gente está
harta, que un día va a colapsar y ese día pues el gobierno temblará. La
semana pasada intentamos por horas hacer un consumo en divisas, esa migaja que
nos dan por ciudadano y, no pudimos; según leí: el gobierno no ha bajado los
recursos. Demasiada ineficiencia y desorden, no entiendo cómo hay gente que los
apoya… ah, sí: resentidos. Gente que disfruta ver que a otros les va mal…
Bueno, hoy es la rumbita esa de despedida de las chicas, ¿cierto? Bien. Allá nos
vemos. Hay que cuadrar algo chévere, miren que ya tenemos los carnavales
encima. Tenemos que ir comprando las cosas desde ahorita, qué y que van a
dictar ley seca. Nos llevamos las nominadas; las películas: sí, las conseguí
todas. Mi carro está dañado, pero yo resuelvo eso, tranquilos. Lleven musiquita
que después no quiero queja de que sólo pongo lo que a mi gusta… (No es ánimo
de estas líneas el despotricar de lo que podría considerarse: una conducta
convencional. No. En lo absoluto. El presente delirio tiene como finalidad, si
es que se logra, el mostrar que el día a día es la mezcla de vivencias
personales contadas en primera persona, y que los hechos que nos agrupan por la
vía de la afectación, difícilmente se ponen en perspectiva. Pero por qué, me
pregunto, y quizás también puedo responderme: porque tenemos un asunto con la
velocidad, velocidad ésta que nos lleva al tiempo…
El
hecho noticioso se nos desborda por todos los dispositivos electrónicos. La publicidad
también. En más de una oportunidad he escuchado eso de que: somos lo que
consumimos, y dentro del consumo, como fin de la economía, también se encuentra
lo que leemos. La lectura también funge de canal a la hora percibir. Entonces
nos vamos a la física: distancia es igual a velocidad sobre tiempo, y si como
leemos pensamos; afirmación también bastante discutida: pues por qué hemos de
criticarnos tanto. La distancia entre nuestros pensares y actuares se percibe,
tal vez, por una división entre la velocidad y el tiempo; factores éstos con
que renovamos ansiedades…)
Encontré
algo bien interesante al respecto: https://culturevi.wordpress.com/2011/08/10/the-mainstream-vs-underground-debate-why-youre-wrong/
Saludos
en letras
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