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lunes, 1 de junio de 2015

Fuera de escena




En un intento un tanto fallido por darle sentido a algunas palabras, entiendo que cuando nos dirigimos trazamos una ruta,  una ruta que ha de tener un destino. Para el Teatro alguna vez la omisión fue algo obsceno, pues lo que no se hacía sobre las tablas se escondía en el pensamiento, en el pensamiento de cada uno de los presentes en la obra, en cada uno de los espectadores…  Quizás por eso ese silencio se reviste con una caja negra. Eso es lo que ven los actores y ese su empeño por que así se mantenga, hasta que se prendan las luces y llegue esa gloria que llaman aplauso y que luego se bañen todos de ese frenesí cuando el público se ponga de pie. Pero no siempre ocurre, como no siempre hay orgasmo en el sexo, como no siempre hay goles en un partido de fútbol ni jonrones en uno de béisbol. Pero pasa, y cuando pasa, es increíble, así dure un par de minutos, pero son ese par de minutos por lo que la eternidad es relativa y el recuerdo absolutamente inolvidable: volvamos al silencio y del teatro a la vida, lo que no se actúa, porque se omite, se pasea por la obscenidad: el amor es obsceno por sincero; leí por ahí, o porque no se actúa, supongo yo… entonces viene el aporte con el tiempo, lo callado o sincero que no se pone sobre las tablas; sino que reposa en el pensamiento, ataca a la moral, moral que resulta ser del teatro, y el teatro es arte y el arte es una forma de decir la verdad, pero entonces la verdad es obscena porque no toma lugar en las palabras sino en el silencio; y aquí es cuando nos confundimos y el tiempo vuelve a aportar… Hoy en día, obsceno, en silencio o no, actuado o no, es contrario a la moral. Una moral impuesta por convenciones en las que no participamos pero que debemos porque sí  acatarla. Entonces, más o menos, según la región, tenemos todos un concepto parecido sobre lo que podría ser un acto obsceno… Pasa algo afín con la pornografía. Según su origen, tiene que ver con prostitución y comercio (aquí podríamos delirar juntos, comercio con prostitución fuera del teatro, pues es obsceno, pero quien impulsa esto no lo ve así; cada quien ve qué hace con su cuerpo, no me corresponde juzgarlo) Entonces: cuando el comercio entra en lo obsceno caemos en lo pornográfico y sin meter a la prostitución, porque la moral se nos tambalea y las costumbres se nos rebelan (con b de rebelde, aquí no hay revelación alguna): vemos el precio actual del dólar, lo que cuesta la mercancía que en otros países es de segunda, el precio de lo que no producimos (y por qué no lo producimos) el discurso político, las medidas económicas, las crónicas policiales y la salud pública entre otros; otros muchos más... No sé para ustedes, pero para mi moral, esto está fuera de escena, es decir, bastante obsceno… y pornográfico… y hay quienes les gusta esa pornografía…


martes, 3 de marzo de 2015

Gente


…sabemos que no interesamos cuando la emoción que reflejamos en el rostro; producto de lo que estamos por compartir, produce una cierta molestia en quien queríamos como parte de ese momento: de esa anécdota… eso nos lleva a varios puntos. En el caso de este delirio; a dos: si lo vemos desde el emocionado que comparte, pero con algo de empatía en el molesto que percibe; podemos decir que esa intención al compartir no es más que una búsqueda en dónde poder descansar la soberbia, es decir, quizás la alegría, o la tristeza; o lo que sea que el emocionado expresa, no sea del todo verdadera, cosa que al molesto obviamente le molesta,  y no ha de poderlo ocultar…

Ahora bien, la soberbia juega en ambos sentidos; y en una sociedad donde el esfuerzo sufre de cansancio, donde el mérito no se merece; la envidia tiene que regir: la falta de empatía; que más que una patología es quizás una idiosincrasia: no creo porque creas, pero podría creer cuando me convenga… el molesto, molesto está porque la emoción viene del otro, y por supuesto; al oír a éste, en lo absoluto ha de sentirse parte… al final no sabemos de qué lado se pone la soberbia, como tampoco sabemos dónde se encuentra la empatía… es posible, a lo mejor, que cuando el esfuerzo se consiga con el mérito la emoción no moleste y así ése compartir pueda empezar a interesar…

jueves, 12 de febrero de 2015

pseudocrítico


Y es que la historia de ti que tú no sabes se va paginando en los ojos de quienes te han venido conociendo, con sus silencios, con la forma en que te miran y lo sabes, lo sabes bien porque las palabras no se escuchan. Cuestionas el sentido del oído, pero no, no es que no escuches, es que lo que callan cuando te hablan habla más duro, sólo que no lo entiendes, pero sí lo sientes y tu rostro se arruga, se recoge como las patas de la araña… luego te preguntan qué tienes y no sabes qué responder. Eres tú ahora el que grita y que nadie escucha, entonces dices cualquier estupidez; cualquier cosa, algo que acalle lo que te gritabas hace poco, porque quizás alguien podría escucharte, porque algo tienes e intuyes que deberías acallarlo. Te abstraes, te distraes, te aferras a un falso positivo o a una miseria ajena, mejor, te aferras al pronunciamiento en contra de las tendencias, de la moda; finalmente caes en su dominio y, como todo el mundo, te la tiras de diferente sólo porque ese clamor ahogado de tu ser ha de volcarse en alguna clase de indiferencia intelectual propia de un pseudocrítico. Pero te envicias, te lo crees, y ahora tu creencia habla más duro que tu carencia… atrincheras ése arquetipo… hasta que eres engullido en una especie de dilema, una parábola sin fin y te vuelves visceral. Entonces, con unos zapatos de marca, o con un trago muy trendy en la mano; te quejas de los ignorantes que no ven lo que se supone que tu sí… ¡y pensar que sólo tenías que desahogarte!

martes, 10 de febrero de 2015

Mainstream


Saludos, muchachos. Hoy como cada mañana, he venido a dejarles mi selección de titulares a propósito de las vicisitudes  por las que está pasando la nación. Un sinfín de muertos que suman puntos a las razones por las cuales, durante el día, siempre me quejo; y es que cada día son más y más: la inseguridad nos está matando, y no es una sensación (de hecho esto es cierto, pero el delirio no trata de eso; simplemente, un tema de respeto para aquellos dolientes que no ven sus muertos en números si no en nombres y vivencias, y que de ahora en adelante, sus vidas ya no serán como solían ser…) Las tablas comparativas nos dicen que este año y para esta fecha, ya se trata de casi el doble de víctimas con respecto al año anterior. Y es que la administración es pésima, pero espera, tenemos también estos amigos que la defienden, seguro están ciegos. Según ellos eso es culpa de la incultura, del capitalismo voraz que consume al pueblo en drogas, alcohol y consumo de necedades. Pero bueno, no vamos a entrar en discusión con ellos, por más que sea, son nuestros amigos de toda la vida. Ayer acompañé a unos activistas y pudimos captar al menos unas diez fotos de gente haciendo cola para conseguir productos de la cesta básica. Qué calamidad, sinceramente. Hay analistas que dicen que ya esa gente está harta, que un día va a colapsar y ese día pues el gobierno temblará. La semana pasada intentamos por horas hacer un consumo en divisas, esa migaja que nos dan por ciudadano y, no pudimos; según leí: el gobierno no ha bajado los recursos. Demasiada ineficiencia y desorden, no entiendo cómo hay gente que los apoya… ah, sí: resentidos. Gente que disfruta ver que a otros les va mal… Bueno, hoy es la rumbita esa de despedida de las chicas, ¿cierto? Bien. Allá nos vemos. Hay que cuadrar algo chévere, miren que ya tenemos los carnavales encima. Tenemos que ir comprando las cosas desde ahorita, qué y que van a dictar ley seca. Nos llevamos las nominadas; las películas: sí, las conseguí todas. Mi carro está dañado, pero yo resuelvo eso, tranquilos. Lleven musiquita que después no quiero queja de que sólo pongo lo que a mi gusta… (No es ánimo de estas líneas el despotricar de lo que podría considerarse: una conducta convencional. No. En lo absoluto. El presente delirio tiene como finalidad, si es que se logra, el mostrar que el día a día es la mezcla de vivencias personales contadas en primera persona, y que los hechos que nos agrupan por la vía de la afectación, difícilmente se ponen en perspectiva. Pero por qué, me pregunto, y quizás también puedo responderme: porque tenemos un asunto con la velocidad, velocidad ésta que nos lleva al tiempo…

El hecho noticioso se nos desborda por todos los dispositivos electrónicos. La publicidad también. En más de una oportunidad he escuchado eso de que: somos lo que consumimos, y dentro del consumo, como fin de la economía, también se encuentra lo que leemos. La lectura también funge de canal a la hora percibir. Entonces nos vamos a la física: distancia es igual a velocidad sobre tiempo, y si como leemos pensamos; afirmación también bastante discutida: pues por qué hemos de criticarnos tanto. La distancia entre nuestros pensares y actuares se percibe, tal vez, por una división entre la velocidad y el tiempo; factores éstos con que renovamos ansiedades…)


Saludos en letras

viernes, 6 de febrero de 2015

Fue o pudo haber sido


“Después de todo, nuestra modernidad, inmersa como está en la tecnología aunque irregularmente y dependiendo de dónde nos situemos en el mapa, es tan sólo el último capítulo de una larga saga que realmente comenzó con la separación gradual entre Io natural y Io divino a principios del Renacimiento. Es allí, en la ruptura fundamental entre un mundo espiritual y otro material que hasta entonces habían permanecido indisociables, que reside el origen de Io que en Occidente se llama modernidad…” Bajo las líneas y subo cierta curiosidad, una causa casual aparentemente: “Desde el punto de vista social, la construcción de infraestructuras supone diferentes repercusiones, ya que modificando el espacio que contiene las actividades económicas y las formas de vida, no sólo se afecta a la morfología territorial, sino también, y profundamente, a la sociedad: provoca o acelera la mutación de las estructuras y de las dinámicas de los colectivos afectados. El proceso de transformación social está determinado por el ritmo de la construcción y acusado por el hecho de tratarse de una intervención planificada por instancias externas…” Más adelante encontré que tal transformación social, puede ser irreversible. Bien, he combinado dos lecturas; una causa casual aparentemente: Las construcciones, o lo que queda de ellas, nos hablan. Nos hablan con su edad, con su historia, y con su historia nos dicen lo que fueron (o pudieron haber sido) y obviamente: ya no son, dejaron de serlo…
“El Estilo Internacional conoció su momento entre principios de los años cuarenta y finales de los sesenta, cayendo rápidamente después en el desuso y el olvido. Estos últimos fueron lentos, pero seguros: a pesar de su lenguaje futurista, la arquitectura modernista se fue marchitando poco a poco, cambiando su colorido lustre por una erosión paulatina, versión urbana de esas ruinas que la jungla va lentamente recubriendo hasta hacerlas desaparecer casi del todo. De igual manera, esta arquitectura desapareció de vista, en parte porque sus propuestas ideales no se ajustaban a la realidad habitacional para la que fuera construida (el caso de los grandes bloques obreros, verdaderos enjambres aislados y alienantes) entrando en conflicto directo con sus usuarios, prisioneros de un racionalismo cuya integridad justificadamente vejaran; en parte porque la visión que le diera nacimiento fue prontamente superada, quedando así sus vástagos sometidos a la implacable competencia del tiempo y la moda. En suma, si bien las construcciones modernistas permanecieron en pie, lo hicieron a expensas de sí mismas: abiertamente abandonadas o simplemente ignoradas, pasaron a conformar una capa más del espeso tejido urbano, convirtiéndose en una especie de telón de fondo modernista frente al cual las ciudades continuaron evolucionando y sus transeúntes paseándose ciegos e indiferentes…”
Deliramos: caminamos por la ciudad y la ciudad nos muestra su evolución a través de sus ruinas, éstas últimas, construcciones de progreso de un tiempo que ya pasó. La ciudad vibra y nos transmite su sentir (quizás de ahí que tanta gente haya optado por la moda ésta de desear Buena Vibra, pero ese es otro tema) Captamos el mensaje y lo vivimos en idiosincrasia, en ideología; y luego sufrimos de ansiedad. Y por la ansiedad nos quejamos, y cuando las quejas son mudas ante los oídos de nuestros gobernantes, nos desesperamos, en silencio, frente a un dispositivo electrónico, consumiendo moda para consumar de algún modo el llenado de nuestros vacíos. Vacíos que pueden ser desgracias, y esto me recuerda a una canción de U2 en donde Bono canta: “en mis sueños ahogaba mis desgracias, pero mis desgracias aprendieron a nadar…” Una causa casual aparentemente: la canción se llama hasta el fin del mundo

Citas: http://www.celesteolalquiaga.com/modernidad.htm “Las Ruinas del Futuro”



jueves, 5 de febrero de 2015

«pero podemos creer que sí…»


Me gustó lo del espacio pensado. Eso de que el intelecto ve, se nos hace interesantemente borroso. Muchos puntos de vista, mucha miopía que ya los lentes ideológicos no pueden controlar…
El escrito que leía hablaba de los espacios: percibido, concebido y vivido, pero era un tema un tanto mucho algo como para gente más estudiosa y con más ganas de leer que de escribir, así sea que escriban mal; como quien les sirve éstas líneas y les agradece de antemano la paciencia y el decoro de poner sus ojos aquí. Dicho esto, prosigo: El ojo conoce, y cito: “es la principal vía por donde el intelecto puede apreciar plena y magníficamente la obra de la naturaleza” (…) “La alianza entre el ojo y el intelecto ha sido lo determinante entre nosotros, sin ignorar la concomitancia subversiva de [la] hipótesis, de prácticas y de búsquedas que, desde siempre, cuestionaron [esta suerte de] estructuración, aunque nunca lograrán reemplazarla como tendencia hegemónica «pero podemos creer que sí…» que hubo de marcar todos los condicionamientos culturales del espacio, desde las teorías más abstractas hasta las conductas cotidianas menos trascendentes. Nuestra visión nos ha abierto un universo geométricamente construido, y, a la inversa, la geometría ha ordenado nuestra visión y nuestro espacio…”
A propósito del espacio vivido extraigo que “El espacio habitado por el cuerpo propio es un espacio geométrico, abstracto, pensado por la conciencia…” además hay una frase interesante: “la perspectiva de la verosimilitud permanece felizmente bañada por el recuerdo de las perspectivas imaginarias…” y partimos al delirio: vivimos en una permanente dualidad que nos bifurca la percepción, dado el concepto de espacio que nos hace pensar y concebir según lo que nos dicen;  por ende, condicionamos la vista de nuestro intelecto, así como el conocimiento de nuestros ojos. Finalmente nos volvemos pasionales con el criterio y, compramos al mejor postor, unos buenos lentes que nos hagan ver el hábitat según la ideología de turno. «pero podemos creer que sí…»

martes, 3 de febrero de 2015

Miami Inc.




Nos mandaron a desalojar, sí, justamente cuando estaba comentando lo del papel higiénico y lo poético que era todo el asunto… no creo a estas alturas que alguien dude de ésta orquesta: estamos en el gran crescendo…  Lo poético, bien: el papel con el que nos limpiamos, luego de hacer lo que todo el mundo hace; nos llega del mismo sitio al que nos dijeron que no debíamos volver, ah, y si volvíamos, pues nos darían menos recursos…  Estamos en la calle, suponiendo, oyendo lo que otro dice para hacer nuestra propia versión de la historia: hay una amenaza, y una amenaza será un motivo, y un motivo servirá de pretexto. La orquesta ha de prolongar su crescendo y; esta noche, quizás mañana, volveremos a saber lo que ya sabíamos pero sin terminar de querer saberlo. Cómo, bueno: todos escuchamos a algún experto diciendo, luego de lo ocurrido, que se sabía que iba a ocurrir… regresan los resentimientos investidos de causas nobles para lucha por la justicia, y justicia ahora es que todos paguemos. Entonces la justicia tiene un precio. Pero no importa, porque ahora el precio es justo; y he ahí otro poema: una ley que justifica un precio, por cierto, para pagar el papel higiénico del que justamente estaba comentando cuando nos mandaron a desalojar…

viernes, 30 de enero de 2015

¿Queríamos equivocarnos?


Es curioso que para llegar a intuir, hayamos pasado por contemplar y por proteger, al menos eso se dice de su origen, pero, la verdad; tiene mucho sentido. Si nos ponemos a ver, la intuición no nos nace de cualquier cosa; suele haber un sentimiento en el asunto, probablemente en algunos casos, se trate de curiosidad, pero en general intuimos a propósito de alguien, o algo, de lo que sentimentalmente no nos apartamos… Sí. Tal vez ese algo alguien alberga en nosotros alguna suerte de atesoramiento, y de éste último la contemplación, quién sabe. O quizás sea al revés y de tanto mirar y sentir, nos da por proteger. ¿Proteger de qué? ¿De quién? De lo que nos dice en silencio esa intuición… Ahora bien, por lo general los orígenes en las palabras nos relatan sus sonidos y sus significados previos (a la gente le da por asignar nuevos significados a palabras viejas, aunque estoy convencido que eso no es casual)  y bueno, da la casualidad que sospechar, también fue mirar, contemplar; entonces nos confundimos un poco: intuyo, luego sospecho o, sospecho, luego intuyo. Deliremos: queremos proteger, protegernos, quizás porque conocemos del posible daño, por lo general un daño perpetrado por nosotros, o un trauma, porque alguna vez fuimos víctima, entonces intuimos, sospechamos y corroboramos… y no nos equivocamos; ¿por qué? ¿Queríamos equivocarnos? Creo que no, pero sin duda es curiosa esa forma de mirar y de proteger…

lunes, 22 de diciembre de 2014

los golpes son un lenguaje interno


9

Por qué hay mujeres que tienen a dos hombres. Por qué hay hombres que tienen a dos mujeres, Bart. No sé, supongo que nos hemos vuelto desleales, te gustó el artículo. Es interesante, pero por qué lo preguntas. Mira, se me ocurrió que si fuera escritor, me gustaría empezar la historia partiendo de esa pregunta. Pero deberías usar las dos, recuerda que no sabes quién podría leerte. Si pero pienso que un escrito, como manifestación artística, es el intento de enviar un mensaje a los ojos del mundo. Pero tú no escoges el mundo que te va a leer. Cierto, recuerdo cuando tocaba batería, lo veía como un arte, pensaba que la forma de tocarla revelaba mis sentires, la rabia que callo, la tristeza que ahogo en el granadero, un golpe al platillo para resaltar más o menos como los signos de exclamación… sin embargo, si escribiera un libro, prescindiera de ellos. De los platillos. No Denise, de los signos de exclamación. Y para preguntar cómo harías. Trataría de que fuera obvio, creo que a veces la exaltación debería ponerla el lector. Y en la batería cómo es. La batería forma el ritmo de la canción, es distinto, los golpes son un lenguaje interno como los solos de guitarra, por lo general la gente sólo percibe el ritmo y la rima, como en la poesía lírica pues… pero eso es si fuera escritor, ni siquiera baterista soy ahora. Uno nunca deja de ser su pasión Bartolo, pero sí, desde que te conozco no te oído hablar ni de platillos ni de lenguajes internos sin signos de exclamación. Serías buena escritora, has dado a entender algo interesante. Lo crees. Si, fíjate, el lenguaje interno no tiene signos de exclamación, pero es por el silencio, porque el sentir fluye en el ser y el ser no quiere verse expuesto. Bueno, digamos que tus artículos me dejan algo, y sí, imaginemos que somos escritores… Mejor aún, imaginemos que somos los personajes de una historia que se está escribiendo. Me gusta, digamos que estamos en el medio, en un paréntesis en el que queremos hablar con el lector… Nos hemos rebelado al orden en que nos pone el autor. Sí, nos hemos escapado un momento de su historia, del tiempo en el que deberíamos estar para que la secuencia se entienda. Exacto, esto una queja al escritor. Está bien, empiezo yo Bart, empiezo con tu comienzo: usted que nos está leyendo, por qué cree que una mujer tiene a dos hombres o un hombre dos mujeres; es de las persona que piensa que el amor, como el arte, se ha visto banalizado por la moda, o es de esas personas que tontamente piensan que lo que no me da uno me lo da el otro... Mi turno Denise. Dale. Usted que nos lee, piensa que en la variedad está el gusto, le pregunto; siente que dos cuerpos alimentan su ego y por ende le proporcionan poder y, claro está, al acariciar ese poder siente más intensamente su placer… conteste. Ese es el error Bart, no nos pueden contestar, pero si podemos colocar varias respuestas… una vez me dejaste algo del amo y el esclavo de uno de esos señores sabios que tú lees. Se llama Hegel. Si bueno, sigo: usted quizás incurre en ese experimentar porque, digamos, quería que se le sometieran a su voluntad y, como lo logró, entonces vino una molestia interna porque ya no hay la lucha: ya no reconoce en su amante a su oponente, ya está por encima de él y no es digno de nuevas batallas, entonces, debe asumir otros retos, alguien nuevo, alguien que le acaricie la moral para que se eleve… pues no son los dioses los que están más allá de la moral… usted internamente lo cree, como el que consume drogas para emular sublevación, o como el cierra una calle y se autoproclama luchador social, así, así precisamente, usted necesita seguir luchando y ahora, contra la moral, se busca alguien que le hable sucio si le hablaban bonito, o que le hablen bonito si le hablaban sucio… se busca a alguien con la facultad de chantajearlo (a usted) para producir adrenalina constantemente, luego va a donde su pareja, al hogar donde lo esperan, llega llena con la saliva de su amante y dice: me voy a bañar, y en el baño se toca, se acuerda y se olvida, después se pone su ropa de dormir y le pregunta a su pareja, ya en la cama: tú me quieres… Denise, eso es sólo el lado del amo, recuerda que está el lado del esclavo. Bart, el esclavo no es el que tiene dos amantes. Te equivocas Corazón, hay gente cuya paz interior los eleva y si no se buscan a otra persona es porque a lo mejor no la necesitan, y puede que una persona así también sea amo, porque la grandeza no sólo yace en un cuerpo nuevo. Viéndolo así Bart, el esclavo entonces podría ser el de los dos amantes. Cambiémosle la cosa a quien nos lee mejor, lo anterior fue como un desahogo tuyo Denise, dejémosle al lector mejor una reflexión: si ha de buscar grandeza, búsquese primero una pasión, y si ya la tiene, haga de la misma un centro, así no tiene que ansiar ser amo y con seguridad nunca se sentirá esclavo, recuerde, los signos de exclamación están a la vista, pero el sentir fluye internamente en usted… Yo le agregaría Bartolo: procure que su pasión no estribe en otro ser, porque ese otro ser también tendrá sus pasiones y en dichas pasiones, puede que no esté usted…





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
Bienvenidos sus comentarios, desde ya es un honor…
 

viernes, 12 de diciembre de 2014

ahí se te cae la convivencia


13

Otra vez solos y desnudos. Sí pero tenemos que vestirnos, Iris debe estar por venir. Sabes Gisela, a veces me pregunto: en una ciudad como ésta donde todo es tan caro y donde vive tanta gente, además de que los sueldos no alcanzan para una total emancipación; cómo hará la gente para tirar, para hacer el amor, para satisfacer las ansias de los cuerpos: cómo hacen. Tal vez como lo estamos haciendo nosotros. Es distinto Corazón, nuestra atracción nació de la convivencia y la convivencia nos dio la oportunidad. Tú crees eso. Bueno, más o menos, mira; si fuese otro chamo el que viviera aquí, por ejemplo uno como Henry; también te habría pasado con él. Y a lo mejor si yo no estuviera aquí Fran, te habría pasado con Iris. O con Amanda Gisela, ese es el punto: la convivencia otorga una oportunidad y la oportunidad es controlada por las personas, entonces, cuando la oportunidad se produce en la convivencia, una tal Gisela hace el amor con un tal Fran. Bello, pero te olvidas de algo: si no me fueras atractivo, ni durmiendo en la misma cama habría tenido sexo contigo, ahí se te cae la convivencia. No, ahí se me cae la oportunidad: ahí hablamos de que no tengo chance, por eso las uno; en el Oriente el amor nace con la convivencia, en el Occidente el amor nace con la oportunidad, aquí pues donde todo se compra y mejor aun cuando viene de afuera, el amor nace con la convivencia y la oportunidad. Y todo parece que te rima, no; es gracioso. Sí, lo es, pero sigo con mi duda: supongamos que vas al Café donde solemos reunirnos, pero esta vez vas sola, con unos apuntes del Dasein y en las hojas aparece escrito bien grande, cosa de cualquiera que pase cerca de la mesa donde te sentaste, pueda darse cuenta al menos del título de lo que estás leyendo, ponte que pasa cierto tiempo, pasa una pareja, te ven, los ves, equis, nada, pasa una muchacha y arruga la cara al echar una mirada a tus hojas, pasan dos chamos, uno te pica el ojo, el otro lanza un beso al aire con sus dedos porque, quizás se cree más tierno que el amigo, pero tú nada, tú sigues leyendo y volteas de vez en cuando por el efecto de los ciento ochenta grados con los que miramos, aja, bien, sigues ahí y, de repente, llega un chamo, buenmozo, y resulta que el Café esta full, se te acerca, te pide permiso, tu accedes y él se sienta, y resulta que no sólo estudia lo mismo que tú, sino que le encuentras una magia singular en unir las palabras, tal como el hombre del Dasein… el chamo te une de manera sublime al sexo con el ser y tú empiezas a excitarte, él lo nota, pasa la mano por debajo de la mesa y tú te excitas aun más, supongamos que todo eso ocurre, qué crees que harías, te irías al baño del sitio a tirártelo, pagarías un hotelito cercano, o más bien te lo traerías para acá, a ver, qué harías. Tienes razón Fran, te diría que me lo tiraría en el baño, pero ya sabemos cómo es el baño del Café, así que esa no sería una posibilidad… por otro lado el hotel es caro, y él tendría que tener dinero, ya sabemos que yo no tengo, y aquí no me lo puedo traer porque, la llave y la casa, son compartidas… Ahora entiendes mi punto, oportunidad y convivencia Gisela, pero sin duda alguna, ambas, en ti, se unen de manera divina. No eres tan tonto Fran, eso nos servirá para la Avidez de novedades. Iris sigue con eso por lo visto, que le pregunte al Bartolo de Denise. No creo Fran, creo que a Iris no le gusta estar ni medianamente cerca de ese personaje…





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
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