Uno empieza a ver sabiduría en la locura cuando lees lo que piensas a través de escritos de otros. Así pues nos sumamos locos y nos volvemos sabios. Luego cambiamos los unos por el uno y en unidad nos constituimos: una voz, un clamor, una forma de percibir. Simultáneamente otros locos o alienados se agrupan también, ya que la diversidad en las ideas conduce a la competencia de ideales y de esta forma todo lo ideo toma lugares entre las palabras, vehículo conductor de los pensamientos. Idiosincrasia, ideología; necesitamos idealizar y los locos se nos mezclan, se nos dividen y todo el mundo recuerda qué pasa cuando al uno se le quita: volvemos a los algunos que ahora son ceros, - o sinceros - pero con la idea de ser sabios, ya que ahora nos negamos la locura. Pasa el tiempo, se repite todo, casi siempre de la misma manera y por ende con locuras nuevas…