lunes, 3 de octubre de 2011

Su visión del acoso (Segunda parte)


Nos incorporamos al trabajo y al silencio, Dayana entró un largo rato a la oficina del jefe…

Ayer apareció Bárbara, la hermana de Dante. Fue a ver a su esposo, fue a hablarle de lo extraño que se comporta su hermano.  Boris entendía que su papel en este guión para telenovelas, era el de televidente; por lo que al finalizar la entrevista con su mujer, salió de la oficina a contarnos el capítulo de estreno…

Boris asumía que el ejercicio del buen oyente obedecía una especie de complicidad. Se excluía de la historia, como si no formara parte de ella. Se olvidaba que Dayana era la mujer más deseada de la oficina, y a mi particularmente me encantaba Bárbara. Olvidaba que Dante fue adorado por su gestión como jefe, y al parecer también olvidaba que todo el departamento estaba al tanto de la historia…

Otro día, como cualquier día; Dayana fue requerida a la oficina urgentemente; eso se decía. Se apresuró desde la repisa donde se prepara el café. Dejó  un vaso a medio tomar junto a unas marcas de lápiz labial, y con esto; su teléfono, el cual descansaba sin dejar de avisar la constante llegada de mensajes…

No había gato alguno para que lo matara la curiosidad. Lo que sí había era gente; gente sedienta de emoción por la tragedia ajena. Alguien (no Yo) tomó el aparato, el arma implicada, el depositario de las pruebas del delito; la pieza fundamental para la historia. Se encontraron diálogos escritos: Dayana y Boris, Dayana y Dante; Bárbara y Dayana, en estos; las menciones sin sorpresa y las menciones sorprendentes:

Dayana y Boris, junto con los distintos nombres para Bárbara y el apodo de Dante. Dayana y Dante: Boris aquí; y Boris allá. Bárbara y Dayana: ¡Bárbara y Dayana!
 
Boris siempre lo supo: el acoso, más que un problema, era una opción. Una opción que todos elegimos, y de esta forma revelar que era Dante el acosado por Dayana. Resulta que si hubo mayores acercamientos. Bárbara, desde la primera que nos vimos, nos seguimos en todas las redes sociales habidas y por haber; el acoso era mutuo. Boris, Boris lo intentó, pero para sorpresa de los colaboradores de este guión; todo aquello en donde se veía un romance, no fue más que un verdadero intento fallido. De Boris nos quedó su visión del acoso y a veces recordarlo en algún ocaso, sea el caso…


FIN (del chisme)

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