Se han caído los gritos callados. No hay voces
que alcen las quejas cuando la espuma está tan llena de lamentos. Bebamos y
olvidemos. Nos queda poco para ahogar los vacíos. Disfruta la paz que produce
el tormento, pon música; imagina, los problemas no desesperan por esperarte,
así que no te desesperes con los problemas. Piensa ahora, ya sabes que existes
y qué no hiciste; se te olvidó reaprender a escapar: ya no eres capaz. Entiéndelo y
no lo intentes. Cae y calla, la nada no da más…
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