jueves, 27 de junio de 2013

La caja de empatía…


Ciertamente los internautas sueñan con sentimientos  eléctricos. La vida en la red, aunque sugerida, nos la vivimos en ilusiones reales nacidas de expectativas virtuales. Virtuosos todos entonces para posar y retocarnos. Rachael Rosen o Pris Stratton se sabían androides, pero igual querían sentir y creían sentir; como el hombre bicentenario, o como el niño de Inteligencia Artificial.
Según noticias recientes, volveremos a los jeroglíficos, pues escribir lo que se siente ya no es lo que viene. Pronto los dibujos serán las letras y de alguna forma ya eso se ha ido colando por las ventanas sociales y las portadas de los perfiles; quizás en La Portada: la real y virtual caja de empatía. Philip Dick lo profesó por el sesenta y ocho y el dos mil trece ya lo hizo cotidiano. En el libro son los recuerdos los sembrados para hacer a los nuevos modelos mucho más humanos; hoy son los olvidos los que se depositan en nuestras mentes y así entendemos mejor: olvidando. El cuerpo pide, a través de impulsos eléctricos, el acto de presencia en los eventos sociales, pero siempre supeditado a los designios de la caja de empatía. Salud por la abstracción, una fotico para sellar el momento, para que quede el registro en la bitácora del vivir.
Siempre suelo encontrar en estas fábulas cibernéticas algo de romanticismo, por lo general se idealiza un poco a la media naranja (o media chupeta de ajo en ocasiones) en el androide. Desde el punto de vista masculino hay una buena representación de eso en el Anime (o Manga Japonés) Saber J to X, un tiempo en el que las mujeres humanas no existen (curiosamente los estudios apuntan a que es el hombre el que se habrá de extinguir) y esto evoca muchas situaciones, como el caso de Christian Grey para las mujeres (que tampoco existe) pero ambos nos idealizamos a partir de esto, y esto; es la fusión: recuerdolvido. Para ser más androides, más caricaturescos o maravillosamente narrados; probablemente más de muchas otras cosas: pero menos humanos. Para El Principito tan solo es una flor, pero única, como su hogar B612…

martes, 25 de junio de 2013

Singulares…


No somos rivales ni somos adversarios. Buscamos diferencias sabiendo que lo distinto siempre suele estar claro. Si yo miento y tú no, si como Los Beatles: “You say goodbye and I say hello.” Eso no nos pone en contienda, para discutir necesitamos semejanzas y es esa la magia del mundo, todo se nos presenta a medias. Por medio saber medio debatimos, buscando quién sabe menos para entre los menos sumar y seguiremos a medias. El saber es al sentir pero la permuta suele ser la respuesta. He ahí un dilema: siento porque no sé y no sé porque siento; cuando la razón encuentra excusa el planteamiento es renovado: siento pero no sé y no sé pero siento. Los peros y los porqués no ahondan y sí ahogan. Nadar es la diferencia, y para ésta metáfora, tanto como para el océano, en lo distinto está el acuerdo, así que empecemos a nadar. Ni adversarios ni rivales: sólo somos…

sábado, 22 de junio de 2013

Kuboa


¡Qué no inventarán nuestros sentimientos cuando nos aprieta el hambre!
Hambre, hombre: hembra…

Hamsum atribuye su Kuboa a la falta de comida y ya la ciencia se ha encargado de explicar varios porquéres. Contrario a ello el exceso de satisfacción en la ingesta termina por producir sueño. En un punto intermedio se podría ubicar al conformismo, dejándole las ganas de dormir al cansancio y uno que otro fármaco al vacío, algo in commercium quizás que le haga un truco al entendimiento. La opinión como vicio no escapa de ello, especialmente la salada en crítica. Hora del almuerzo y muchas tripas han dejado de cantar. Hora del burro: del descanso, hora de echar chistes y de hacerle unas cuantas burlas a la pena. Volvemos a opinar. Una reunión toma lugar para que todos repitan sus quejas – memorizadas – justo antes de celebrar. Luego nacen algunas dudas pero bastardas de argumentos. Sufrir se ha vendido bien y la gente indignada ya puede anunciarse con antelación. Temporada de ofertas y qué problema con el control cambiario. Un piso de vidrio nos regala un reflejo con transparencia, así podemos sentir el abismo sin caernos, algo parecido ocurre con las paredes de cristal. La inconformidad ha arrasado, ya que la hemos adquirido sin esfuerzos y sin el hambre necesaria. Llamamos mediocre a quien se rehúsa, pues no concebimos la farra sin poner unas cuantas quejas. Kuboa carece de significado y sentido, es una palabra que inventa el personaje de Hambre producto de sus recurrentes alucinaciones: había llegado a la completa locura del hombre, estaba vacío y no sufría (…) me puse a profundizar en el significado de mi nueva palabra. Nadie le obligaba a significar esto o aquello…

Curiosamente. Kuboa es un proyecto también que se basa en un contenedor de ideas que irá recolectando propuestas en su comunidad. Bien por ellos…

martes, 11 de junio de 2013

Picaresco


Bien el entorno ha engrandecido a ciertos géneros literarios. Leía por aquí y por allá en mi empírica búsqueda del saber cotidiano, y lo exclamo: ¡qué más da! El día a día ha hecho pasados presentes de afuera hacia adentro para que así lo representemos al revés.  Llega a mi lectura alguna información de  La Picaresca y se me hace interesante entonces resaltar, quizás porque ya he saltado, o porque a lo mejor es que estoy volviendo a saltar. La sociedad hace del pícaro un héroe moderno, fruto por su puesto de la posmodernidad. Esto sugiere pues que el ideal de la sonrisa devenga en hacerle frente al caos urbano, pero no combatiéndolo, más bien formando parte de él. Para casi todo hay un trámite y quien no espera lo paga, sin embargo el creerse vivo (pícaro) lo lleva a pedir rebaja. Hay – como diría Sábato – tarifas para pagar la cuota de dignidad dando limosna. Sonreímos. En La Guerra de Las Galaxias los Jedi simbolizan a los Caballeros del Romance, pero con un toque Samurai y aparte diplomático, eran vírgenes pues no conocían el amor, salvo y ahora sí; por supuesto, el caso de quien se convertiría en Darth Vader. En mi galáctica rutina los mundos coexisten en el mismo planeta, es más, en la misma ciudad, y bueno, los Caballeros de la Orden de por aquí preservan al entorno así tal cual como está, como seguirá estando, hasta que llegue un Neo para ésta Matrix. Por ahora los garantes celebran sus victorias enseñando sus marcas de guerra y relatando sus épicas batallas; más de una vez me ha llegado alguna fotografía de una botella del algún licor, o de un rayón por conducir ebrio al corcel de cuatro ruedas, o de dos, para ponerlo a dos patas. Cambiando los canales del televisor vi un comercial donde la princesa, una especie de caperucita, prefería más bien al lobo feroz. El lobo en el comercial debe ser un pícaro sin duda. Así pues, la literatura – Star Wars también la hay en libros (que nunca leí, claro) – ha venido contando lo que hoy pasaría, y así pues (otra vez) está pasando pero sin terminar de pasar, como el Reggaeton, todo un cántico para enarbolar las nuevas batallas por venir.  Alguien muy especial me dijo que era un resentido (conversábamos algo por el estilo) y sí, tal vez lo sentí nuevamente cuando me lo dijo. Pero la pretensión de esto no yace en mi yo con ellos, si no en lo curioso por lo profético. Sonreí pero ella aún seguía seria (sería). Creo que me hace falta alistarme para alguna de estas guerras venideras. Creo que en la resignación está la respuesta…

miércoles, 5 de junio de 2013

¡Rock on with the news!


¿Es el hecho noticioso una suerte de manifestación artística? Cuando el arte se convirtió en negocio – para algunos, y son pocos – el anuncio y la antesala engordan las expectativas y dan lugar a una rimbombancia hasta cierto punto justificada. No es pretensión de este delirio cuestionar si el velo se hace veto en lo que respecta a la pura intención del artista, o de quien exhibe la obra de arte. El punto es que estamos acostumbrados al fragmento seductor que nos mueve a apreciar, con la mayoría de los sentidos posibles, el producto. Y tanto es así, que hay veces en que el tráiler resulta mejor que la película, en que la publicidad resulta mejor que la función – tengo una experiencia muy personal al respecto, y admito que fui víctima, pero no viene al caso – ahora bien, la pregunta. Últimamente han habido noticias cuyo anuncio es precedido por alguna frase promocional: “prepárense, mañana revelaremos el gran secreto.” Entonces pienso – y lo escribo también – ¿será posible que el fenómeno de la posmodernidad nos haya absorbido de tal manera que hasta las noticias necesitan antesala para que les prestemos atención ulterior? Es interesante engordarle las expectativas a una población conectada casi de forma única en su forma de pensar y discernir… Luego vendrán las críticas, horas y horas y páginas y páginas: el monotema, tal como cuando un grupo de amigos sale del cine, o de un concierto…