El miedo, el miedo nos
lleva al lado oscuro, dice Yoda en La Guerra de las Galaxias. El miedo se
encarga en muchas ocasiones de hacernos conscientes de los peligros externos
que nos pueden amenazar, acabo de leer en National Geographic. Es un instinto
común a todos los seres humanos del que nadie está completamente libre, vi en
ProyectoPV. El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo
que puede pensar, dijo Quevedo. En fin, el miedo es y el miedo está, más allá
de asumir simplemente que ambos son to be,
y como en los Kalkitos, también se le coloca en un escenario…
Recorremos el tiempo, a
los pensamientos, movidos por la perturbación de no haberse reconocido del todo
en una sala llena de espejos. Crecimos con eso, hicimos muchas historias, las
fundimos en un guayabo generacional y hoy, hoy sólo esperamos el estallido…
obedientemente molestos, porque la ley la obedecen los tontos y a los tontos se
les llama pendejos, pero cuál es su relación con el miedo, que el precepto que
se nos impuso para vestirnos, vino del mismo lugar que este otro precepto que es
el descontento, ese que nos lleva a sentirnos menos tontos por desobedecer,
sabiendo incluso que los únicos que no obedecen conforman el Poder porque desde
allí se crean las leyes, desde allí se dice cómo hay que rebelarse y cómo se
desobedece, y así llamar tontos, o como prefieran, a quien ha optado por
cumplirles la ley que crean tan simple porque se dio cuenta que también crearon
la insurrección, entonces, esa parte de aquel niño que de adulto no quiere ser
pendejo asumió que, la rebeldía yace en la elección, convencido y para vencer a
la lo confuso: me visto así porque a pesar de que se nos impuso, yo lo elijo, y
salgo a la calle a protestar porque sabiendo que el Poder es quien se sirve del
miedo en el escenario, yo lo elijo… ¿Quién siente miedo? Quien vio al Poder en
su camino recorrido. ¿Y quién tiene Poder? Quien se hizo con el miedo en su
recorrido y caminó…
De Revista de Letras, a propósito del guayabo generacional, cito: jóvenes
occidentales que no habían conocido guerra ni posguerra y que habían crecido
con el auge del consumismo, los niños de la sociedad de bienestar, los
descendientes de los que habían intentado cambiar el mundo en los 60, y no era,
precisamente, alegre. Una generación a la que Kurt Cobain, líder del grupo
Nirvana, dio el pistoletazo de salida y además puso música, estética y
sentimientos antes de convertirse él mismo en la metáfora del No Future mediante la bala con la que se
suicidó en 1994 dejando a toda una generación, caracterizada por la falta de
fe, aún sí cabe, más a la deriva…
Pero al hablar de los
equis creo que hace falta hacer algunas menciones sobre Jean-François Lyotard y
su visión de lo posmoderno: la ciencia y la educación pueden conseguir que el
individuo se emancipe de todo aquello que lo oprime o impide que se
autogobierne… el saber tiene su fin en sí mismo; su objetivo es el saber por el
saber, sin encontrarse supeditado a ningún otro elemento externo… Y bueno, así íbamos
hasta que decidimos globalizarnos, cuando dejaron de haber varios yo (o él) en
una sala llena de espejos…
¡Hola! Nominé tu blog a un premio, pues me gusta mucho lo que escribes, aparte de que es un apoyo entre blogs.
ResponderBorrarPuedes pasar por el premio en la entrada http://espacio-lejano.blogspot.mx/2014/05/me-nominaron-al-liebster-award.html
¡Saludos!
se hacen reyes a príncipes por magos y hechiceros que se hacen obreros, obreros para quien y que obra se construye también ¿valor y poder con que fe? a gozar? a premiar y delegar orden con sus ¿por qué?
ResponderBorrarObreros que los obran...
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