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lunes, 29 de junio de 2015

Pacto Cultural



El sostenimiento de un Culto a las Potencias de la Materia, a Dioses que se sitúan por arriba del hombre y aprueban su miserable existencia terrenal, a Dioses Creadores o Determinadores del Destino del hombre, coloca automáticamente a sus cultores en el marco del Pacto Cultural…
(…)
Cuando se realiza la crítica de la moderna cultura urbana del “Occidente cristiano” suelen detallarse los “males” que ésta provoca en algunos individuos: la alienación; la deshumanización; la esclavitud al consumo; la neurosis depresiva y su reacción: la dependencia a diversos vicios, desde la narcosis hasta la perversión del sexo; la competencia despiadada, motivada por oscuros sentimientos de codicia y ambición de poder; etc. La lista es interminable, pero todos los cargos omiten, deliberadamente, lo esencial, haciendo hincapié, en males “externos” al Alma del hombre, originados en “imperfecciones de la sociedad”. Como complemento de esta falacia se argumenta que la solución, el remedio para todos los males, es “el perfeccionamiento de la sociedad”, su “evolución” hacia formas de organización más justas, más humanas, etc. La omisión radica en que el mal, el único mal, no es externo al hombre, no proviene del mundo sino que radica en su interior, en la estructura de una mente condicionada por la preeminencia de las premisas culturales que sustentan el raciocinio y que le deforman su visión de la realidad. La sociedad actual, por otra parte, ha logrado [crearle una suerte de religión] de tal modo al hombre corriente que le ha transformado –milagro que no puede ni soñar la biología/genética– a su vez en un miserable ávido de lucro, contento de aplicar el interés compuesto y feliz de habitar un Mundo que glorifica la usura. 
(…)
Refiriéndose al hombre [normal], se puede decir que el sujeto anímico, con su Yo perdido incorporado, se enseñorea de la esfera psíquica, a la que puede considerarse, grosso modo, como compuesta de dos regiones claramente diferenciables y distinguibles: la esfera de sombra y la esfera de luz; ambas regiones están separadas por una barrera llamada umbral de conciencia. La esfera de sombra guarda estrecha relación conceptual con la región de la psique denominada Inconsciente que define la Psicología Analítica del Dr. C. G. Jung. La esfera de luz es, básicamente, la esfera de conciencia, donde discurre la actividad del sujeto anímico consciente durante la vigilia. El Yo, que es esencialmente una fuerza volitiva, nada tiene que ver con la naturaleza temporal del sujeto anímico, pese a lo cual permanece sumido en éste, confundido en su historia, artificialmente temporalizado, en una palabra, dormido.

Fragmentos de
El Misterio de Belicena Villca
Nimrod de Rosario

miércoles, 14 de mayo de 2014

El horóscopo según Kundera


El horóscopo es un reloj. Creamos o no en los pronósticos de la astrología, el horóscopo es una metáfora de la vida que contiene una gran sabiduría.
 ¿Cómo dibuja el astrólogo un horóscopo? Traza un círculo, la imagen de la esfera celeste, y lo divide en doce partes que representan los diversos signos: Capricornio, tauro, géminis, etcétera. En este círculo-zodíaco dibuja luego los signos gráficos del sol, la luna y los siete planetas, exactamente en el sitio en que estaban las estrellas en el momento del nacimiento del interesado. Es como si dibujase en el cuadrante de un reloj, regularmente dividido en doce horas, nueve cifras más, irregularmente ubicadas. En el cuadrante giran nueve manecillas: son nuevamente el sol, la luna y los planetas, pero tal como se mueven realmente por el universo durante su vida.
Cada uno de los planetas-manecillas establece permanentemente nuevas relaciones con los planetas-cifras, los signos inmóviles del horóscopo del interesado.  La irrepetible irregularidad con la que se agruparon las estrellas en el cuadrante del zodíaco en el momento del nacimiento de una persona, éste es el tema permanente de su vida, su definición algebraica, las huellas dactilares de su personalidad; las estrellas inmovilizadas en su horóscopo forman, una en relación con otra, ángulos cuyo valor expresado en grados tiene distinto significado (negativo, positivo, neutro): imagínense que su amorosa Venus tiene una relación tensa con su agresivo Marte; que Sol, que representa su personalidad, se ve fortalecido por la conjunción con el enérgico y aventurero Urano; que la sexualidad simbolizada por Luna va unida al soñador Neptuno y así en adelante. Pero a lo largo de su recorrido, las manecillas móviles de las estrellas tocarán los puntos fijos del horóscopo y pondrán en juego (debilitarán, favorecerán, harán peligrar) diversos elementos de su tema vital. Y eso es la vida: no se parece a una novela picaresca en la que el protagonista se ve sorprendido, de capítulo en capítulo, por acontecimientos siempre novedosos que no tienen denominador común alguno. Se parece a la composición que los músicos llaman variaciones sobre un mismo tema.  Urano recorre el cielo con relativa lentitud. Tarda siete años en atravesar un signo. Supongamos que está hoy en una situación dramática con respecto al inmóvil Sol de su horóscopo (pongamos por caso en un ángulo de 90 grados): atraviesan ustedes una época difícil: al cabo de veintiún años esa situación se repetirá (Urano formará un ángulo de 180 grados con respecto a su Sol, lo cual tiene un significado igualmente infausto), pero sólo será una repetición aparente, porque en el mismo momento en que su Sol se vea afectado por Urano, Saturno estará en el cielo en tan armónica relación con su Venus que la tormenta pasará junto a ustedes como de puntillas. Será como si volvieran a tener la misma enfermedad pero la pasarán en un sanatorio fantástico donde, en lugar de ser atendidos por enfermeras impacientes, lo serán por ángeles.

Dicen que la astrología nos hace fatalistas: ¡no te librarás de tu destino! A mi juicio, la astrología (me refiero a la astrolgía como metáfora de la vida) nos dice algo mucho más sutil: ¡no te librarás de tu tema vital! De ello se desprende, por ejemplo, que es una pura ilusión pretender empezar en medio de la vida una «nueva vida» que no se parezca a la anterior, empezar, como suele decirse, desde cero. Su vida estará siempre construida del mismo material, de los mismos ladrillos, de los mismos problemas, y lo que en un primer momento les parece una «nueva vida» resultará muy pronto ser una simple variación de la anterior…
Tomado de "La Inmortalidad"

lunes, 17 de febrero de 2014

“Porque su aspecto verdadero es precisamente su aspecto oculto…”




Introspectivo, o más bien “¿Cómo les explico que necesito odiarlo?

Hay gente que afirma amar a la humanidad, otros responden acertadamente que sólo se puede amar en singular, es decir a personas concretas; yo estoy de acuerdo con eso y añado que lo que vale para el amor vale también para el odio. El hombre, ese ser ansioso de equilibrio, compensa el peso del mal que cae sobre sus hombros sobre el peso de su odio. Pero intenten orientar el odio hacia la mera abstracción de los principios, hacia la injusticia, el fanatismo, la crueldad, o si han llegado a la conclusión de que lo odiable es el propio principio de la humanidad, ¡traten de odiar a la humanidad! Este tipo de odio es demasiado sobrehumano y por eso el hombre para aliviar su furia (consciente de la limitación de sus fuerzas), termina por orientarlo siempre hacia un individuo…” sin importar cuán cercano sea y aunque quizás pueda ser circunstancial… claro, desde la perspectiva del sujeto. Pero antes de esto, Kundera también toma la perspectiva del objeto, o de quien es objeto a partir de la imagen que los demás se hacen del mismo (de uno, en este caso)

 Comencé a comprender que no habría fuerza capaz de modificar esa imagen de mi persona que está depositada en algún sitio de la más alta cámara de decisiones sobre los destinos humanos; comprendí que aquella imagen (aunque no se parezca a mí) es mucho más real que yo mismo; que no es ella la mía sino yo su sombra; que no es ella a quien se puede acusar de no parecérseme, sino que esa desemejanza es culpa mía; y que esa desemejanza es mi cruz, que no se la puedo endilgar a nadie y que debo cargar con ella…” A partir de su delirio, y del mío, se explican ciertos silencios: 

…tengo dentro de mí un sistema de seguridad contra la vergüenza que funciona muy bien y me impide abrirme demasiado ante la gente, manifestar mis sentimientos delante de los demás; y leer versos no sólo me da la impresión de estar hablando de mis sentimientos, sino que además es como si al mismo tiempo estuviese haciendo equilibrios sobre una sola pierna; esa falta de naturalidad implícita en el mismo principio del ritmo y la rima, me llenaría de confusión si me entregase a ella sin estar solo…


Fragmentos de La Broma, de Milan Kundera

miércoles, 1 de enero de 2014

Te amo tanto como si fuera digno de tu amor…


[Dice el amante a su amada, cuando ésta yace enferma y por morir] —Ahora me demuestras lo cruel y falsa que has sido conmigo. ¿Por qué me desdeñaste? ¿Por qué hiciste traición a tu propia alma? No sé decirte ni una palabra de consuelo, no te la mereces... Bésame y llora todo lo que quieras, arráncame besos y lágrimas, que ellas te abrasarán y serán tu condenación. Tú misma te has matado. Si me querías, ¿con qué derecho me abandonaste? ¡Y por un mezquino capricho que sentiste hacia Linton [el marido de la amada]! Ni la miseria, ni la bajeza, ni aun la muerte nos hubieran separado, y tú, sin embargo, nos separaste por tu propia voluntad. No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Te lo has desgarrado tú, y al desgarrártelo has desgarrado el mío... Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú... ? ¡Oh, Dios, quisiera estar contigo en la tumba!

—¡Déjame! —respondió Catalina [la esposa, y también la amada] sollozando—. Si he causado mal, lo pago con mi muerte. Basta. También tú me abandonaste, pero no te lo reprocho y te he perdonado. ¡Perdóname tú también!

[El amante replica] —¡Perdonarte cuando veo esos ojos y toco esas manos enflaquecidas! Bésame, pero no me mires. Sí; te perdono. ¡Amo a quien me mata! Pero ¿cómo puedo perdonar a quien te mata a ti?

 

Emily Brontë

Cumbres Borrascosas



viernes, 6 de diciembre de 2013

Publicare y no publicaré...


Mira, cómo te explico, a ver; en algún momento se nos habló de igualdades a través de la creación de estereotipos y preceptos que fungen de modelos a seguir para encontrarnos así en esa constante búsqueda, a la que dedicamos vidas viudas de primeras ilusiones. Quizás el primer resbalón devino de la creencia en que las labores pueden clasificarse y por dicha labor el estatus, y probablemente a partir de ese delirio quisimos entender pues que los buenos empleos se situaban detrás de un escritorio, bajo un código de ropa; así todos acudimos en masa a comprar el estereotipo preconcebido en publicidad y que nos acerca a esa mimesis con la que decimos, que ésta marca y estos colores, no son para todo el mundo. Pero claro, existe el arte; como excusa o como camino, pero existe; entiendo que el arte es la contravención de esa demanda, podría decirse que es nuestro modo de resistir hasta que se convierte en mercancía y por ende, en otro estereotipo. En un mundo de igualdad no existirían las manifestaciones artísticas, o puede que sí, y sería otra forma de política, pero puede no tratarse de evolución y revoluciones, sino más bien de ciclos por cumplir y cumplidos. Puede que vivamos bajo ciclos de purificación. Juguemos al creo, tú escoges, primero como creación y luego como creencia, o quizás al revés, por qué no: yo creo para que tu creas y la costumbre ya es religión; tú crees para que yo cree y la costumbre se hace resistencia, pero de tanto creer y crear justo con todos sus viceversas, mi religión y tu resistencia, resultan ser una sola creación; y bueno, a los borregos cómo los llamamos: creativos, y eso es lo que te piden para sentarte detrás del escritorio; creatividad…

Este es un fragmento de mi más reciente cuento corto, pueden hacer clic en cualquier lugar del texto que acaban de leer para tener acceso al escrito completo. Como siempre, sus opiniones son bienvenidas y agradecidas... Saludos en letras...

lunes, 14 de octubre de 2013

telepatía sensible


“Todos los idiomas derivados del latín forman la palabra «compasión» con el prefijo «com-» y la palabra pas-sio que significaba originalmente «padecimiento» Esta palabra se traduce a otros idiomas, por ejemplo al checo, al polaco, al alemán, al sueco, mediante un sustantivo compuesto de un prefijo del mismo significado, seguido de la palabra «sentimiento»; en checo: sou-cit; en polaco: wspólczucie; en alemán: Mit-gefühl; en sueco: med-kánsla. En los idiomas derivados del latín, la palabra «compasión» significa: no podemos mirar impertérritos el sufrimiento del otro; o: participamos de los sentimientos de aquel que sufre. En otra palabra, en la francesa pitié (en la inglesa pity, en la italiana pieta, etc.), que tienen aproximadamente el mismo significado, se nota incluso cierta indulgencia hacia aquel que sufre. Avoir de la pifié pour une femme significa que nuestra situación es mejor que la de la mujer, que nos inclinamos hacia ella, que nos rebajamos.
Este es el motivo por el cual la palabra «compasión» o «piedad» produce desconfianza; parece que se refiere a un sentimiento malo, secundario, que no tiene mucho en común con el amor. Querer a alguien por compasión significa no quererlo de verdad. En los idiomas que no forman la palabra «compasión» a partir de la raíz del «padecimiento» (passio), sino del sustantivo «sentimiento», estas palabras se utilizan aproximadamente en el mismo sentido, sin embargo es imposible afirmar que se refieran a un sentimiento secundario, malo. El secreto poder de su etimología ilumina la palabra con otra luz y le da un significado más amplio: tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también sentir con él cualquier otro sentimiento: alegría, angustia, felicidad, dolor. Esta compasión [en el sentido de jvspó/czucie, Mitgefübl, madkansld] significa también la máxima capacidad de imaginación sensible, el arte de la telepatía sensible; que es en la jerarquía de los sentimientos el sentimiento más elevado…”


Milan Kundera
Fragmento de La insoportable levedad del ser...

jueves, 19 de septiembre de 2013

aleluyas hipnopédicas


Extraigamos un poco de la obra de Aldous: "Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga. Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre ésta…" y comenzando así, Huxley nos sigue explicado: "éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social." Pero habrán dudas, y ante ello: "sé perfectamente que uno necesita situaciones ridículas y locas (…); no se puede escribir realmente bien acerca de nada más. ¿Por qué ese viejo escritor [Shakespeare] resulta un técnico en propaganda tan maravilloso? Porque tenía santísimas cosas locas, extremadas, acerca de las cuales excitarse. Uno debe poder sentirse herido y trastornado; de lo contrario, no puede pensar frases realmente buenas, penetrantes como los rayos X. Pero... ¿Y quién va a apasionarse por si un muchacho consigue a una chica o no la consigue?" De esta manera el condicionamiento tan bien descrito en Un mundo feliz, indica, dentro de la ficción pasada una realidad presente: "La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza..." Por lo tanto: "la civilización no tiene ninguna necesidad de nobleza ni de heroísmo. Ambas cosas son síntomas de ineficacia política. En una sociedad debidamente organizada como la nuestra, nadie tiene la menor oportunidad de comportarse noble y heroicamente. Las condiciones deben hacerse del todo inestables antes de que surja tal oportunidad. Donde hay guerras, donde hay una dualidad de lealtades, donde hay tentaciones que resistir, objetos de amor por los cuales luchar o que defender, allá, es evidente, la nobleza y el heroísmo tienen algún sentido. Pero actualmente no hay guerras. [en esto sí se equivocó el ilustre] Se toman todas las precauciones posibles para evitar que cualquiera pueda amar demasiado a otra persona." Entiendo que el autor fue un visionario, al igual que Orwell con 1984, ambas historias definen mucho de lo que vivimos pero, tengo la sensación de que la actualidad es un poco peor, porque no estamos muy al tanto; por el aburrimiento filosófico, o la falta de práctica en las teorías, quizás…

Hay cosas que molestosamente creo idealizar en algunos detalles de la obra; como la música sintética, hoy reggaetón. La mujer neumática, la mujer operada, el Soma: las drogas y el alcohol disponibles para ignorar potenciales y proyecciones. La historia: aburrida, por ende también ignorada. El condicionamiento a partir de las castas: las redes sociales, la eugenesia social...

miércoles, 28 de agosto de 2013

Sandwiches de realidad En el Camino…

 
 
“Y la estrella de la tarde dedicará sus mejores destellos a la pradera justo antes de que sea totalmente de noche, esa noche que es una bendición para la tierra, que oscurece los ríos, se traga las cumbres y envuelve la orilla del final, y nadie, nadie sabe lo que le va a pasar a nadie excepto que todos seguirán desamparados y haciéndose viejos…”
Jack Kerouac


Arrastra sus pies desnudos
   saliendo de una caverna 
       bajo un árbol,
las cejas
       crecidas de tanto llorar
           y dolor de nariz ganchuda     
con harapientas y suaves vestiduras
         mostrando una magnífica barba,    
             manos infelices   
prietas contra su desnudo pecho—
         la humildad es estar abatido—
             la humildad es estar abatido—
se tambaleó cayendo entre los arbustos junto a un
                                           arroyo,
             todas las cosas inanimadas         
pero su inteligencia—
         se mantiene erguida allí
             aunque temblando:
Arhat
         que buscó el Cielo
              bajo una montaña de piedra,       
se sentó pensando
          hasta que se dio cuenta
               de que la tierra de la bendición existe
en la imaginación—
           viene el flash:
               espejo vacío—
qué doloroso nacer de nuevo
            con una magnífica barba,
                entrar de nuevo en el mundo
amarga ruina de un sabio:
            su único camino la tierra ante él.
                 Nosotros podemos ver su alma,
él no sabe nada
             como un dios:
                   estremecido

humilde desgraciado—   
              la humildad es el abatimiento
                    ante el Mundo absoluto.


Allen Ginsberg






“La humanidad se dará cuenta algún día que de hecho estamos en contacto con los muertos y con el otro mundo, sea el que sea; si utilizáramos del modo adecuado nuestros poderes mentales, podríamos predecir lo que va a suceder dentro de cien años y seríamos capaces de evitar todo tipo de catástrofes. Cuando un hombre muere se produce una mutación en su cerebro de la que no sabemos nada todavía pero que resultará clarísima alguna vez si los científicos dan en el clavo (…) porque el paso de vida a muerte y de muerte a vida era fantasmalmente fácil; una acción mágica sin valor, lo mismo que dormir y despertar millones de veces, con una profunda ignorancia totalmente casual. Comprendí que estas ondulaciones de nacimiento y muerte sólo tenían lugar debido a la estabilidad de la Mente intrínseca, igual que la acción del viento sobre la superficie pura, serena y como de un espejo del agua…”

Jack Kerouac


lunes, 17 de junio de 2013

El inteligente pobre: Todo fue, una vez más, literatura y facundia…


- Hay ciertos momentos en que tengo presentimientos. Quizá haya algo de locura en esto…  Levantó los ojos vivamente, pero no contestó. Notaba que mi presencia era una tortura para ella y quise ponerle término. Fui hacia la puerta. ¿No quería abrazarme ahora? ¿Ni darme la mano? Me paré, esperando.
 
- ¿Se marcha usted? – dijo, permaneciendo inmóvil junto a la chimenea.
No contesté. La miré sin hablar, humillado, desconcertado. ¡Todo lo había echado a perder! No parecía importarle que yo estuviese dispuesto a marcharme; y, de pronto, la veía por completo perdida para mí. Busqué algo que decirle en despedida, una frase acertada, honda, que la penetrase y pudiera influir en ella un poco. Y contrariamente a mi decisión de ser frío y altivo, empecé sencillamente, agitado, vejado, herido en lo vivo, a hablar de futilidades. No encontraba la frase que quería y hablaba totalmente aturdido. Todo fue, una vez más, literatura y facundia.
 
- ¿Por qué no me decía clara y simplemente que debía marcharme? – pregunté –. Sí, ¿por qué no? No tenía por qué enfadarse. En vez de recordarme que la criada iba a volver en seguida, podía haberme dicho simplemente: Ahora es necesario que se vaya usted, porque tengo que ir a buscar a mi madre y no quiero que me acompañe por la calle. ¿No era esto lo que pensaba? Bastaba muy poco para ponerme en la calle; el solo acto de tomar su abrigo para dejarlo en seguida me habría convencido. Como le he dicho, tengo presentimientos. Y tal vez, en el fondo, no era la locura…
 
(…)
 
Proseguí (…) En el fondo, podía tenerse un alma delicada sin estar loco (…) El inteligente pobre es un observador mucho más fino (…) El pobre mira a su alrededor a cada paso que da, espía suspicazmente cada palabra que oye a las gentes que encuentra; a cada paso que da él mismo impone a sus pensamientos y a sus sentimientos un deber, una norma. Tiene el oído fino, es impresionable (…) su alma tiene quemaduras…
 
- ¡Ahora me voy!

 
Fragmento de Hambre, de Knut Hamsun

lunes, 11 de marzo de 2013

El Artista y el Mundo externo


[Uno dice "silla" o "ventana" o "reloj", palabras que designan meros objetos de ese rígido e indiferente mundo que nos rodea, y sin embargo de pronto transmitimos con esas palabras algo misterioso e indefinible, algo que es como una clave, como un patético mensaje de una profunda región de nuestro ser. Decimos "silla" pero no queremos decir "silla", y nos entienden. O por lo menos nos entienden aquellos a quienes está secretamente destinado el mensaje críptico, pasando indemne a través de las multitudes indiferentes u hostiles. Así que ese par de zuecos, esa vela, esa silla, no quieren decir ni esos zuecos, ni esa vela macilenta ni aquella silla de paja, sino yo Van Gogh, Vincent (sobre todo Vincent): mi ansiedad, mi angustia, mi soledad; de modo que son más bien mi autorretrato, la descripción de mis ansiedades más profundas y dolorosas. Sirviéndose de aquellos objetos externos e indiferentes, esos objetos de ese mundo rígido y frío que está fuera de nosotros, que acaso estaba antes de nosotros y que muy probablemente seguirá permaneciendo cuando hayamos muerto, como si esos objetos no fueran más que transitorios y temblorosos puentes (como las palabras para el poeta) para salvar el abismo que se abre entre uno y el universo; como si fueran símbolos de aquello profundo y recóndito que reflejan; indiferentes y objetivos y grises para los que no son capaces de entender la clave, pero cálidos y tensos y llenos de intención secreta para los que la conocen...]

Ernesto Sábato
Fragmento de "El escritor y sus fantasmas"

domingo, 18 de noviembre de 2012

Un consejo de Fyodor…


La palabra escrita tiene algo de impresionante; resulta más conducente al autoanálisis, y mi confesión tendrá más estilo. Por otra parte, es posible que el proceso mismo de escribir me alivie un tanto. Hoy, por ejemplo, me oprime en forma especial un viejo recuerdo. Me volvió con claridad hace unos días, y desde entonces ha sido como una melodía exasperante, que no puedo sacarme de la cabeza. Pero debo liberarme de él. Tengo centenares de recuerdos por el estilo, y de vez en cuando uno de ellos se destaca de la masa y empieza a atormentarme. Siento que si lo escribo, lo eliminaré. ¿Por qué no intentarlo?




Fragmento de Memorias del hombre del subsuelo
Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky

miércoles, 6 de junio de 2012

Bienmal de humanos…



Amor retenido en su selva, tan ignorante de lo que dice cuando dice, sabe que estaba muerto hasta que vio tu presencia en la admirable forma de pensamiento (…) El pie del alba pisa lo que fue secreto y aparece el vacío lleno de rostros que vendrán. Los labios tiemblan cuando las cosas criadas están mudas. Son los trabajos del camino, formas del tiempo cuando el ser va al ser para ser (…) manía de tocar puertas y la ilusión de que se abren (…) Estoy al pie de lo que nunca vas a contestar (…) Dormir en un silencio se puede, en la derrota, no…

Los que calumnian a la vida no tienen la pasión del temor /el humilde furor robado a la tiniebla que cubre los manteles donde se enfría la sopa del tiempo (…) el filo del ojo corta las cicatrices que no cierran (…) El deber de las flores quemado por contracciones del sol (…) El sosiego no tiene linderos en la inconsistencia de sí, es una fábrica, produce olvidos cada mañana (…) Todo será piedra que huye del nudo atado cuando se mira al otro…


Fragmentos dispersos de Juan Gelman 
Extraídos de: de atrásalante en su porfía