Mostrando las entradas con la etiqueta prepotencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta prepotencia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de julio de 2012

Poderes extraños…



No hay que menospreciar a las malaventuranzas, no se trata del caer para levantarse, ni del tocar fondo para ir arriba, es otra cosa; tópico al fin, un concurso de reacciones para recordar y olvidar. Elegimos con “ge” y yo elijo con “jota.”

Encuentro la pérdida de algunas preciadas cosas, producto del hurto y del descuido; una vez más se me enseña a no confiar, la desconfianza es una molestia que busca tranquilidad. La ayuda, nada nuevo, nunca viene de quien se espera bien. Lo que me llama la atención, y motiva estas ganas de escribir, es la reacción; lo que se puede llegar a decir cuando sólo importa imponerte.

Quien juega al jefe se molesta por el inconveniente que podría producirse en el trabajo, no por la desventura de quien se toma en serio el papel de empleado, ese no es el caso, porque de por medio hay salario; pero prefiero este ejemplo que está mucho más trillado.

Por qué suele ser conferido el poder de aceptar decepciones, por qué hay  que escuchar a alguien especial especializarse en defraudar. La realidad otorga poderes extraños, como aceptar y desconfiar…


viernes, 8 de junio de 2012

Proverbio pretexto…



Hemos sido condecorados, nos han decorado la dicha con fracasos. Creen que pueden herirnos porque pueden ofendernos. ¡Qué manía la de legar complejos! Agresivos no pueden con lo que albergan y prepotentes carecen de potencia: ofrezcan ofensas, también son ofrendas. Empeño el nuestro el aceptarlas; en sentir lo que se nos entrega. Mucho gusta replicar y terminar cediendo a la oferta: siempre sedientos de terminar. Canciones y cansancios, por aquello del dolor y de lo injusto: lo justo no es lo que se respira, por eso pocos pagan y muchos se endeudan; toca aguantar bocanadas. Otra mejilla; no, de eso no se trata. Al cuerpo no se le expone a tanto, salvo sumarse caricias y deseos de piel que nos salven; no, esto es con el alma, con el alba; siempre es bueno amanecer…