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martes, 3 de marzo de 2015

Gente


…sabemos que no interesamos cuando la emoción que reflejamos en el rostro; producto de lo que estamos por compartir, produce una cierta molestia en quien queríamos como parte de ese momento: de esa anécdota… eso nos lleva a varios puntos. En el caso de este delirio; a dos: si lo vemos desde el emocionado que comparte, pero con algo de empatía en el molesto que percibe; podemos decir que esa intención al compartir no es más que una búsqueda en dónde poder descansar la soberbia, es decir, quizás la alegría, o la tristeza; o lo que sea que el emocionado expresa, no sea del todo verdadera, cosa que al molesto obviamente le molesta,  y no ha de poderlo ocultar…

Ahora bien, la soberbia juega en ambos sentidos; y en una sociedad donde el esfuerzo sufre de cansancio, donde el mérito no se merece; la envidia tiene que regir: la falta de empatía; que más que una patología es quizás una idiosincrasia: no creo porque creas, pero podría creer cuando me convenga… el molesto, molesto está porque la emoción viene del otro, y por supuesto; al oír a éste, en lo absoluto ha de sentirse parte… al final no sabemos de qué lado se pone la soberbia, como tampoco sabemos dónde se encuentra la empatía… es posible, a lo mejor, que cuando el esfuerzo se consiga con el mérito la emoción no moleste y así ése compartir pueda empezar a interesar…

viernes, 8 de junio de 2012

Proverbio pretexto…



Hemos sido condecorados, nos han decorado la dicha con fracasos. Creen que pueden herirnos porque pueden ofendernos. ¡Qué manía la de legar complejos! Agresivos no pueden con lo que albergan y prepotentes carecen de potencia: ofrezcan ofensas, también son ofrendas. Empeño el nuestro el aceptarlas; en sentir lo que se nos entrega. Mucho gusta replicar y terminar cediendo a la oferta: siempre sedientos de terminar. Canciones y cansancios, por aquello del dolor y de lo injusto: lo justo no es lo que se respira, por eso pocos pagan y muchos se endeudan; toca aguantar bocanadas. Otra mejilla; no, de eso no se trata. Al cuerpo no se le expone a tanto, salvo sumarse caricias y deseos de piel que nos salven; no, esto es con el alma, con el alba; siempre es bueno amanecer…