miércoles, 27 de octubre de 2010

El inevitable equilibrio de la vida…


En cada paseo de cotidianidad que se percibe a título personal se nos concede contemplar, en el alma o en la piel ajena, cómo la vida busca sin cesar el equilibrio de lo que se da y se recibe…

En mi vasta ignorancia sobre la física cuántica y todos aquellos buenos argumentos sobre el poder de la mente, se vislumbra, y por qué no; me otorgo el atrevimiento de vislumbrar que la fuerza emisora y generadora de sentires está dotada de la misma fuerza en reciprocidad…

Algo así como los sueños que se sueñan, si permiten la presunta redundancia:
Sueñan con dinero los que carecen del mismo; sueñan los llamados ricos, con el placer de lo sencillo. Los afamados suspiran por un sorbo de anonimato, los promedio despiertan con la ilusión de admirar sus nombres en titulares y noticieros. Los que practican el sexo por mero placer sueñan con hacer el amor y los enamorados anhelan momentos de placer. Los poderosos, aun en sus islas de poder, ansían nadar sin ahogarse por los mares de los sueños comunes…

El que mucho ama, mucho le duele el amor; el mezquino siempre termina gastando lo que alberga su egoísmo. Las consecuencias llegan más pronto para quien vive sobre riesgos, la tranquilidad pesa demasiado para quien no arriesga un momento. La vida vive a quien no la vive, y si se vive demasiado poco se vive…

Este delirio no es nuevo ni soy el único que lo siente; mucho menos quien lo plasme en letras; no es esta una prosa que cautive, pero las letras sirven para gritar y para encontrarse con otros gritos silenciosos…


Gracias, Galeano…




Gracias a ti que llegaste hasta esta línea…

jueves, 14 de octubre de 2010

Anécdota de la noche, instante del día...


Un beso sentido,
a cortos pasos del borde de los escalones,
empezando una despedida;
puede resultar tan placentero
que con cada escalón que subo voy saboreando mis labios. Así llevo en el gusto el recuerdo de lo que albergo en mi corazón...


Un beso dado,
antes de quitar las luces para partir,

remueve una mano del volante
para acariciar los labios que siguen degustando la húmeda marca;

que llevan la emoción y la sonrisa
en el recuerdo del instante que se produjo...






Femenino de origen persa... ¡Princesa!
Masculino de origen Germánico... ¡La gloria de mi tierra!


El problema y la excusa…



Dos puntos de un movimiento cíclico sin fin, uno plantea el problema y el otro se excusa originando un nuevo problema y en consecuencia, generar otra excusa para aquel que en primera instancia había citado el anterior problema…


Así sucesivamente; se plantean y se generan…

una y otra vez…



El resto:

ecos, ecos y más ecos…



La imagen me recuerda aquello de: “Un anillo para gobernarlos a todos…”

Quiero...


Quiero cada deseo escrito:
esos que portan tu nombre en el aliento,

tu mirada en el pronunciar de frases

y tu piel en cada acción de mi cuerpo…


Quiero que viajen mis textos
hasta tu lectura y pensamientos,
quiero que sientas como te siento

cuando sé tus ojos pasar por mis verbos;

quiero que bailes

como el lápiz sobre la hoja;

y te acaricies

como las teclas sienten el calor de mis dedos…


Quiero viajar por este lienzo

y desnudarte al invadir tus sueños.

Quiero sentir
que mis letras
juegan con tu aliento…

Quiero verte

por el párrafo de estos deseos,
y despertar
respirando sobre tu cuerpo…






"Puedes acariciar a la gente con palabras..." Francis Scott Fitzgerald

viernes, 1 de octubre de 2010

Convivir es el verbo...


Convivencia: diversos sentimientos, diversos verbos y encuentros. Convivir no es sólo vivir; y es más que una palabra en un texto.

Convivencia en la familia, entre amigos y no amigos, entre enamorados; entre amantes inesperados…


Convivimos con el adversario y con el cotidiano desconocido; con el compañero de trabajo y con el que frecuentamos en el diario camino…


Con el medio ambiente, también convivimos; mucho nos da y mucho más le pedimos…


Con lo malo para unos y peor para otros; con eso sin duda convivimos…


Se convive con la ciudad, con el país y entre países; así como también se convive en la esperanza y en los sueños.

Desde la antigüedad convivimos, por eso el mundo se siente mundo (mundus; khosmos: ordenado y bello según Pitágoras)

Nacemos gloriosamente destinados a convivir. Algunos se resisten y sucumben a los encantos hipnotizadores de la soledad; un vicio temporal del que tarde o temprano otro ser vivo nos logra sacar: es y será algo mágico y natural…


La piel se resguarda en la convivencia de otras pieles, de un calor vivo al que se le da la bienvenida con el gusto de sentir. Lo convertimos en abrazos, en caricias de ternura y de sexo, en amistad; en solidaridad…


Para el amor, convivir; y convivir para el amor. Para amar y también amarse…


A todo y para todos; convivir es el verbo...