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martes, 10 de febrero de 2015

Mainstream


Saludos, muchachos. Hoy como cada mañana, he venido a dejarles mi selección de titulares a propósito de las vicisitudes  por las que está pasando la nación. Un sinfín de muertos que suman puntos a las razones por las cuales, durante el día, siempre me quejo; y es que cada día son más y más: la inseguridad nos está matando, y no es una sensación (de hecho esto es cierto, pero el delirio no trata de eso; simplemente, un tema de respeto para aquellos dolientes que no ven sus muertos en números si no en nombres y vivencias, y que de ahora en adelante, sus vidas ya no serán como solían ser…) Las tablas comparativas nos dicen que este año y para esta fecha, ya se trata de casi el doble de víctimas con respecto al año anterior. Y es que la administración es pésima, pero espera, tenemos también estos amigos que la defienden, seguro están ciegos. Según ellos eso es culpa de la incultura, del capitalismo voraz que consume al pueblo en drogas, alcohol y consumo de necedades. Pero bueno, no vamos a entrar en discusión con ellos, por más que sea, son nuestros amigos de toda la vida. Ayer acompañé a unos activistas y pudimos captar al menos unas diez fotos de gente haciendo cola para conseguir productos de la cesta básica. Qué calamidad, sinceramente. Hay analistas que dicen que ya esa gente está harta, que un día va a colapsar y ese día pues el gobierno temblará. La semana pasada intentamos por horas hacer un consumo en divisas, esa migaja que nos dan por ciudadano y, no pudimos; según leí: el gobierno no ha bajado los recursos. Demasiada ineficiencia y desorden, no entiendo cómo hay gente que los apoya… ah, sí: resentidos. Gente que disfruta ver que a otros les va mal… Bueno, hoy es la rumbita esa de despedida de las chicas, ¿cierto? Bien. Allá nos vemos. Hay que cuadrar algo chévere, miren que ya tenemos los carnavales encima. Tenemos que ir comprando las cosas desde ahorita, qué y que van a dictar ley seca. Nos llevamos las nominadas; las películas: sí, las conseguí todas. Mi carro está dañado, pero yo resuelvo eso, tranquilos. Lleven musiquita que después no quiero queja de que sólo pongo lo que a mi gusta… (No es ánimo de estas líneas el despotricar de lo que podría considerarse: una conducta convencional. No. En lo absoluto. El presente delirio tiene como finalidad, si es que se logra, el mostrar que el día a día es la mezcla de vivencias personales contadas en primera persona, y que los hechos que nos agrupan por la vía de la afectación, difícilmente se ponen en perspectiva. Pero por qué, me pregunto, y quizás también puedo responderme: porque tenemos un asunto con la velocidad, velocidad ésta que nos lleva al tiempo…

El hecho noticioso se nos desborda por todos los dispositivos electrónicos. La publicidad también. En más de una oportunidad he escuchado eso de que: somos lo que consumimos, y dentro del consumo, como fin de la economía, también se encuentra lo que leemos. La lectura también funge de canal a la hora percibir. Entonces nos vamos a la física: distancia es igual a velocidad sobre tiempo, y si como leemos pensamos; afirmación también bastante discutida: pues por qué hemos de criticarnos tanto. La distancia entre nuestros pensares y actuares se percibe, tal vez, por una división entre la velocidad y el tiempo; factores éstos con que renovamos ansiedades…)


Saludos en letras

lunes, 16 de junio de 2014

el vidrio nos juzga


Uno intenta sostener las palabras que reposan en los libros, una sincronía entre la mente y el cuerpo, como callar diciendo y decir callando, como muchas otras; como el reiterado cuestionamiento… "El vidrio lleva al cristal y el cristal al hielo," asumiendo así que el calor del momento al principio puede empañar; producto de lo que se devela, y luego al regresar al cristal que, como muro entre la vista y el tacto, deja ver más no deja tocar, nos toparemos con el vidrio para el cual habrá que apretar los puños y ofrecer un poco de dolor y sangre; y así tocar lo que primero vimos... Pero no siempre llegamos a la sangre. A veces sólo nos queda el contemplar y, como única cercanía, preguntar si aceptan tarjeta de crédito... (Vale para todo, especialmente para los sobregirados) "Tú crees que todas las mentiras son iguales y parece como si tuvieras razón. Pero no la tienes..." y visto desde la pluma de Kundera (y antes de Nabokov) pues, podemos hablar de un mentir sincero y un mentir fingiendo, al menos eso es lo que tomo de lo que voy leyendo. Somos sinceros al mentir cuando exageramos la realidad, cuando nos hacemos los ofendidos por algo que, a pesar que estuvo mal, tampoco fue que nos inundó el sentir de molestias. El mentir fingiendo es otra cosa, es negación de lo que está ahí, y si vamos a sentir, es una falsedad ulterior. Entonces, aquí más bien es un recurso, y como recurso lleva implícito lo premeditado y por lo tanto es malévolo, siniestro más bien: la falsedad es siniestra y puede hacer de un recurso como la mentira un arma para causar daño incluso cuando lo que se quiere es defender y defenderse… Bueno. Contemplamos un imposible y nos defendemos mintiendo, porque el no acceso nos juzga (el vidrio nos juzga) especialmente cuando el peso de lo exhibido no puede sentirse con las manos…

jueves, 10 de abril de 2014

característica compartida


Podemos decir que la búsqueda actual consiste en una danza de dedos sobre teclas obedeciendo tal vez a cierta melodía del pensar. Esto nos lleva a ver notas entre palabras y de ahí, instintivamente, hacemos de las frases unos cuantos acordes. La imaginación es amplia, hubo quien bautizó estos lugares para buscar como una autopista de información, también hubo quien percibió inmensidad, y bueno, para ésta, está el mar. También ha habido galácticos, por eso van por el ciberespacio, pero en fin, volando, corriendo, o bailando, al lugar se le llega con teclas, teclas que son letras, y que fungen incluso de bloques, para que hablemos de edificar, construir, y puede que también de erigir. Todo junto y al mismo tiempo, como un sueño pues… 

Conseguí dos palabras: putamen, lugar del cerebro que se ocupa, en parte, del control motor del cuerpo, especialmente movimientos voluntarios. La otra palabra es ínsula, también en el cerebro, y aquí vale citar un poco: “Antonio Damasio ha propuesto que esta región empareja estados viscerales emocionales que están asociados con experiencia emocional, dando cabida a los sentimientos de consciencia… En mi delirio la mente lamenta, y la inquietud por el cerebro es que en estos dos lugares, los cuales se ponen intensos con el amor y el amar, se alborotan de la misma forma con el odio; pero seguimos delirando, amar es necesario, así que supongo que odiar también, entonces, quien no ha podido convencernos con amor, – de las tantas cosas de que nos han querido convencer – puede ver en el odio una oportunidad; y si éstas están ligadas a personas, ya tenemos además de algo, alguien a quien odiar. Si por amor obedecemos, pues por odio también. Y eso me lleva a creer que en la disidencia no hay otra cosa que otra forma de obedecer… 

Nos mezclamos, a partir de una característica compartida, el gusto por la música o el disgusto por el reggaetón, por las películas que nos dejan pensando, o por los libros que nos han puesto a suspirar, por la situación del país, de la región, por las ganas de vernos a cuerpo entero, por los amaneceres juntos y solos, por una noticia y por quien la dice, por lo que nos han hecho ver en los interlocutores, por la falta y la sobra, pero sobre todo por la falta, porque llegamos a odiar lo mismo pero no de la misma manera, porque nuestros odios se cruzan pero no se abrazan, y así, como al amor – que se le confunde entre rostros y gestos – hemos segmentado al odio también, y con la plena seguridad de estar claros, no estamos más que confundidos…




El amor y el odio activan zonas similares en el cerebro:

jueves, 27 de marzo de 2014

La sublime reciclabilidad del pretexto…


Una palabra está mal dicha hasta que es aprobada para que exista, eso nos pone a maldecir mucho últimamente… se dice que el tabique está relacionado a la construcción y que, como muchísimas palabras de la lengua, viene del árabe… y ya para concretar materiales, pues nos sirve de apoyo para dividir espacios, pero sin la misma calidad que un muro real precisa para llamarse como tal. El pretexto sirve para tabicarnos, para crear divisiones débiles entre lo cercano y lo inminente, así va pasando el tiempo, al cual llaman cíclico por poder regresar a un mismo punto; y con un par de vivencias y un poco más de edad; es posible que nos tabiquemos de nuevo. Muy usado por cierto… ¿pero por qué? Será para repetir el ciclo, usando un poco de poesía; para prolongar el tiempo. Hay situaciones con ópticas similares, por ejemplo mientras se espera en una cola, la cual es siempre innecesaria y no obstante conveniente… ¿pero por qué? Porque prolongar el tiempo justifica a los pretextos. Simbióticamente. Mutualmente…  Sabemos que quien espera desespera tanto como con la excusa, que quien explica confunde cuando no convence, que cuando no lo logra ofende… ¿pero por qué? Porque prolongar el tiempo da poder así sea con pretextos, porque pretextar prolonga al tiempo del poder, porque al poder, al poder hay que prolongarlo y pretextarlo también…

lunes, 17 de marzo de 2014

Piece


Paz en inglés también suena a pieza y pieza en español también es una canción, ésta a su vez es parte de un recital y con letras incluso se espera ovación… Queremos paz y queremos aplausos: la paz es el camino, ¿no? Bueno; he ahí la cosa, que no sé si pueda fungir de pieza, ¿hasta qué punto hablamos de paz y no de sumisión? Los organismos se engrasan con estos aceites nuevos que se recitan en fotos y redes sociales, los argumentos se han puesto muy resbalosos, de ahí que los líderes caen, quizás por petróleo; la economía se basa en piedras de aceite, pero como pensamos comestibles, la disidencia se avinagra… vienen tiempos de reciclaje y por lo tanto todo sirve y se rescata, las tres erres para seguir pretextando. Toda confrontación desea a un vencido, pero nadie tiene la valentía de no sentirse ganador… Se pujan lombrices de inconformidad pero que sea otro quien se arriesgue. La lucha se filtra por falta de mantenimiento en las vías, el mensaje medio llega y medio se pierde; la confusión por lo visto convence y muchos regresan a sus butacas a seguir viendo el show… Al final todos comentan, aprueban; desaprueban, los tiempos perfectos incluso condenan: ha pasado, pero había podido no pasar… A nadie le gustó el sumiso, ni el que se rindió, pero la paz eso – leí – aceptar que no se tiene la razón…

miércoles, 12 de marzo de 2014

Ganado perdido


Sí, suavemente, así van mis labios alrededor de tu cuello, oyes de cerquita mi respirar así como también sientes mi corazón en tu espalda, sabes que acelero y qué acelera… Disculpe, ¿qué número tiene? no, hoy no dieron números, orden de llegada y tengo más de veinte adelante, ¿y cree que alcance? bueno, ya estamos aquí… Dónde me quedé, ah sí, acelero y acelera, te das la vuelta, quieres decir algo pero prefieres decirlo con tu cuerpo, levanto los brazos… ¿Tiene rato aquí verdad? por qué lo dice, es que lo vi estirándose, Sí, si tengo… Es tu turno y ahí empiezas a hacer de las tuyas con tus manos… Disculpe, veo que no me va a dar tiempo si sigo aquí esperando, ¿me puede cuidar el puesto? Claro Señorita – y así la imaginación se me fue cuando llegó la realidad que menos esperaba. Soñar no cuesta nada y más mientras espero, ahora me tocará hablar con el señor de atrás que desde hace rato quiere como buscar conversación – ¿Primera vez que le toca? sí hijo, me llamó la atención que lo veía sonreír mientras la muchacha de adelante se veía bastante estresada, sí, tenía otra diligencia aparte de esta cola, quizás por eso es mejor cuando dan números, y sin embargo, con lo del número parecemos ganado, bueno, de alguna forma de eso se trata el orden social ¿no? Haber evolucionado para convertirnos en el ganado que explotamos, mire puede ser, y será por eso que algunos abogan por el caos, lo irónico es que esto ya es bastante caótico. Mala gestión, ¿y cuál fue la buena? dígame usted que ha vivido más, no sabría decirle porque ahora que lo pienso, lo caótico, como usted dice, siempre ha estado; posiblemente no por colas, pero sí por alguna otra razón, no recuerdo época en la que no me quejara y no recuerdo pasado que no haya sido mejor, hay un nombre para eso, sí, y por lo menos no es un número aún. Por cierto ¿en qué pensaba? En que ojalá la imaginación se hiciese realidad de vez en cuando, en que eso de que si lo puedes imaginar lo puedes realizar no se me da muy bien, ¿y por eso se reía? No sabía que me reía pero sí; luego de un choque con lo real y luego de aprender a causa de ello, es mejor sonreír aunque el pasado haya sido mejor y aunque sepa que me voy a seguir quejando. Hay quienes lloran, bueno, hay quienes el pasado no les sonrió tampoco…

lunes, 17 de febrero de 2014

“Porque su aspecto verdadero es precisamente su aspecto oculto…”




Introspectivo, o más bien “¿Cómo les explico que necesito odiarlo?

Hay gente que afirma amar a la humanidad, otros responden acertadamente que sólo se puede amar en singular, es decir a personas concretas; yo estoy de acuerdo con eso y añado que lo que vale para el amor vale también para el odio. El hombre, ese ser ansioso de equilibrio, compensa el peso del mal que cae sobre sus hombros sobre el peso de su odio. Pero intenten orientar el odio hacia la mera abstracción de los principios, hacia la injusticia, el fanatismo, la crueldad, o si han llegado a la conclusión de que lo odiable es el propio principio de la humanidad, ¡traten de odiar a la humanidad! Este tipo de odio es demasiado sobrehumano y por eso el hombre para aliviar su furia (consciente de la limitación de sus fuerzas), termina por orientarlo siempre hacia un individuo…” sin importar cuán cercano sea y aunque quizás pueda ser circunstancial… claro, desde la perspectiva del sujeto. Pero antes de esto, Kundera también toma la perspectiva del objeto, o de quien es objeto a partir de la imagen que los demás se hacen del mismo (de uno, en este caso)

 Comencé a comprender que no habría fuerza capaz de modificar esa imagen de mi persona que está depositada en algún sitio de la más alta cámara de decisiones sobre los destinos humanos; comprendí que aquella imagen (aunque no se parezca a mí) es mucho más real que yo mismo; que no es ella la mía sino yo su sombra; que no es ella a quien se puede acusar de no parecérseme, sino que esa desemejanza es culpa mía; y que esa desemejanza es mi cruz, que no se la puedo endilgar a nadie y que debo cargar con ella…” A partir de su delirio, y del mío, se explican ciertos silencios: 

…tengo dentro de mí un sistema de seguridad contra la vergüenza que funciona muy bien y me impide abrirme demasiado ante la gente, manifestar mis sentimientos delante de los demás; y leer versos no sólo me da la impresión de estar hablando de mis sentimientos, sino que además es como si al mismo tiempo estuviese haciendo equilibrios sobre una sola pierna; esa falta de naturalidad implícita en el mismo principio del ritmo y la rima, me llenaría de confusión si me entregase a ella sin estar solo…


Fragmentos de La Broma, de Milan Kundera

martes, 13 de agosto de 2013

Querer es poder para las ranking societies…


Se infiere, por razones del lenguaje más no de la costumbre, que una persona sin alma es un desalmado. El prefijo sugiere una extracción, y siendo así, la carencia es un estado resultado con lo que nace una duda: ¿quién nos la extrae? Pero se trata él, y sin embargo la pregunta pierde sentido con el género; el alma también carece, y así nos ausentamos recíprocamente a partir de un delirio impuesto, sentido, sugerido e invisiblemente aceptado. Buscamos la redención en las competencias, y ahí es donde entran las tablas y las carteleras, para figurar y saberse encima de quién estamos. Nos formamos y configuramos en el buen gusto partiendo del mal gasto; porque podemos querer, pero las ansías no abren las posibilidades, el engaño nace con la ilusión de procuradores…
 
Se da inicio a las perspectivas, para lo que vale y merece resaltar:

 
 
 

martes, 30 de julio de 2013

Time goes by

 

Pedro Pérez siente un vacío: por la presencia de las dudas o por la ausencia de la respuesta deseada; una explicación que no lo llena, un desconsuelo quizás. ¿Qué sugerimos cuando complacemos? Pareciera no ser tan desinteresado después de todo. Bañado en el sudor propio de la fiebre, doble P decide ir a complacer a su pequeño Juan José comprándole, así, en medio de la lluvia, su regalo. Al llegar a casa, empapado y débil, Pedro hace la entrega – todo por ver esa sonrisa – y la sonrisa no se produjo, el no tan pequeño disfrutaba, más por obsesión que por deleite, del juego de video que acaparaba su atención. Es el silencio quien recibe al hombre del regalo, el cual, luego del saludo sin respuesta, se cambia y se procura una pastilla; se encierra en el cuarto, dudoso, no es la primera vez ni la primera persona con quien ocurre, entonces: ¿es dar la mejor forma de recibir? ¿Es cierto que el mundo cambia con tu ejemplo y no con tu opinión? Al parecer no con la Pedro. La reflexión es un desahogo y dentro de la mente del hombre es como un parque temático en temporada alta: los niños y jóvenes pensares se suben y se bajan de las atracciones, están los que se caen, los que son vigilados por los pensares más viejos, los que hacen la cola para volver a subir, los que descansan, ríen, lloran, gritan, juegan, hablan; se juntan y se separan. Todo ocurre en un tiempo relativo que se cuenta en miradas fijas pero errantes que cambian de dirección, con parpadeos  cada cierto minuto. Pedro vuelve en sí en algo parecido a un despertar, ahí nace el vacío; podría decirse que cerró el parque por hoy, por el momento en que duró el paseo, o la reflexión. Quiso hablar pero calló, quiso reclamar pero se contuvo, quiso llorar de impotencia pero lo pensó bastante más no suficiente – nunca se piensa lo suficiente – especialmente lleno del vacío que te dice (a él) que no puedes hacer lo que no has dicho y que el haberlo pensado es tarde, porque las ganas de actuar sucumben a las de decir y si no lo dijiste fue porque no lo hiciste y por eso te frenaste, un ciclo para callar y caer en cuenta del cansancio que produce bajar la mente al corazón y subir el sentir al cerebro, para nazcan las palabras, o las acciones…
 
Otra noche de silencio: el tiempo pasa…

lunes, 20 de mayo de 2013

Con frecuentitud a falta de frecuencia


En Ojos Bien Cerrados, Tom Cruise llega a una mansión cuyo acceso se otorgaba a partir de una palabra clave que alguien, previamente, le había dicho. Quien la vio sabe que nunca hubo tal clave, que se le permitió la entrada para que fuera testigo, para que lo viviera. El personaje de Tom entra movido por un – vamos a llamarlo – cocktail de sensaciones, en un ambiente colmado de excesos entre enmascarados con una música de fondo un tanto gregoriana y un tanto protagonista. El espectador puede ver cómo Tom en su papel mezcla deseo con rabia, miedo con ansiedad al riesgo y angustia con resignación. Así la percibí como espectador, como también percibo mensajes distintos a los versados en un poema con el solo hecho de contemplar el orden en que se recitan las letras. Los talentosos de las artes suelen hacer ese tipo de cosas en uno. Hoy no fue arte pero fue cultura y no por cultural si no más bien por artístico: a un lado de la plaza se protestaba y así me di cuenta al ver llegar a la policía, al otro lado se había una tarima con músicos haciendo un bailable golpe tradicional de tambor. El ritmo se acompañaba con las consignas en un intento de mi parte de percibir en estéreo; por supuesto, la euforia se confundía dado el fervor en simultáneos eventos. Desde ayer se vino anunciando lo que hoy se anunciaría: de forma tal – y así lo supongo – de prepararnos para sorprendernos. Cada quien vio algo distinto habiendo escuchado lo mismo y quizás por eso lo de hoy es un tanto poético. Mi padre en lugar de frecuencia dice frecuentitud, de manera que lo espacial y seguido convergen en el día y en la palabra con frecuentitud a falta de frecuencia. Creemos lo que queremos, y sin cariño, sino más bien con rabia vertida en otra clase de deseo…


jueves, 18 de abril de 2013

Sin trastes…


En el juego de los antónimos lo correcto es lo equivocado pero equivocado no es lo correcto, entonces, habría que entender, que para ser hay que no serlo y al no serlo no se puede ser. Digo esto por los contrastes que en  la sociedad se exhiben, dado que, los matices del clamor pueden mezclarse y dar nuevas razones, inéditas, y poco explicables. ¿Será el absoluto el opuesto del relativo? Pero de ser así el relativo no sería el opuesto del absoluto, porque de alguna forma este último absorbe al primero por su posición, pero no es el caso en la pregunta planteada, y eso lleva a darme cuenta que se pueden poner opuestos en un contexto más no pueden permutarse, ahí entra el orden: no hay un buen antónimo si no se está seguro del orden; eso explicaría porqué ninguno puede estar en todo y sí todo puede estar en ninguno. Curioso. Sapir/Whorf decían, o daban a entender, que la no existencia de un término condiciona a la persona a la hora de discernir, hay un ejemplo por ahí con los esquimales y sus distintos nombres para la nieve cuando para el resto todo es solamente nieve; o como el caso del color verde en algunas etnias. Orwell, en 1984, específicamente en su Neolengua, basa el orden entre otras cosas, en eliminar a los antónimos, por eso en la historia del libro es el Ministerio del Amor el encargado de la guerra. Un tema de contrastes sin duda, para dudar mejor…

martes, 16 de abril de 2013

Por no estar de acuerdo acordamos…



Legalmente hablando, el aluvión es un fenómeno natural que hace que tus linderos crezcan o disminuyan produciendo un cambio en lo establecido en tu propiedad. Traigo esto a colación porque la sociedad también tiene sus propios fenómenos. El desacuerdo tiene la capacidad de mutar y de mimetizarse, haciendo que fluya una siniestra armonía entre posturas discordantes. Por alguna razón tenemos quejas distintas pero por aluvión todas esas quejas se suman en una mayor, que no es la inicial ni es la mía, pero es queja al fin: por no estar de acuerdo acordamos… Nace el clamor apasionado y alguien hace algo deplorable, pero en favor de la suma de disentimientos, en el cual, claro está, está este que hierve mis pensamientos; pensamientos de agua por cierto. Sé que se evaporarán y sé también que miraré al cielo y pensaré que aquella nube gris a punto de llover porta algo de eso que tuve en mi mente y en mi corazón, luego caerá seguramente sobre el concreto y será otro charco más oscurecido por aceite y asfalto. Quién sabe, a lo mejor en zonas verdes el pensamiento renacería en alguna planta, pero no lo creo, no al menos de lo que pienso y siento en este momento. Alguien hizo algo deplorable, yo no lo haría, pero ése es el que está de acuerdo conmigo. Tal vez sea yo, por aluvión, quien ahora está de acuerdo con él. Pero no era lo que yo creía ni quería; las ruedas y los pasos también merman a los charcos…

lunes, 8 de abril de 2013

Con placer…





Dos personas se encontraron perdidas pues en la tregua consiguieron la batalla de la guerra que no querían y las incluía. Empezaron a pensar, aprovecharon para moverse en las pausas; se daban tiempo y se respondían…  cuándo se sabe que el gasto no es una inversión – se preguntaban – si de momento todo urge como las ganas. Es después del uso que el desuso es constante. Siempre queremos estrenar pero, para qué exactamente. Cómo es que lo nuevo es necesario. Complicado. Complejo. Cómplice. Complaciente. Complementario. No sabemos saberlo pero sí necesitarlo. Alguien dice qué y sus cuándos con los cómos adónde y a quiénes; nosotros anhelamos ser los quiénes y pagamos el cómo donde y cuando nos den el qué y querernos cumplidos por habernos satisfecho. Luego se repite el ciclo con un qué nuevo seguramente del mismo Alguien…

miércoles, 2 de febrero de 2011

Dudas para entretener


La contradicción como terapia y las dudas para el entretenimiento de carencias…


No sé si las palabras viven un otoño permanente, no atisbo primaveras de verdades verdes. No encuentro razón alguna en el placer de la ironía; en ese frenesí que produce opinar de lejos: desde lo cómodo que no se está sintiendo.

No sé si de tanto seguir, me olvido de los tropiezos que dañan mi camino, no estoy seguro de mantener el ritmo. No reconozco mis huellas, y al intentar verlas; solo veo las de siempre: las de quien sigo…


Se citan muchos sentimientos y se nos acaban las vocales llenas. Se hizo difícil pronunciar…







Adicción a la confusión y a momentos de pesadilla…

¡Apagar el televisor en momentos de opinión y noticias!

lunes, 17 de enero de 2011

Alumnos Colores



Todos los colores son los amigos de sus vecinos y los amantes de sus opuestos…


La Profesora Esperanza Arcoíris, sus alumnos; y el problema de las clases y los trabajos en grupo…


Verde, que sueña con prontos liderazgos.

Rojo y Gris: siempre unidos para desunir…

Marrón, que ya siempre es el olor de la grosería.

Azul: le dicen a su melancolía…

Blanco, puro pero no tanto.

Negro; que implora por no parecer Necro

Amarillo: esperando.

Rosado: buscando unir a Rojo y Blanco…




lunes, 10 de enero de 2011

De la carretera


Siena, hija de Pancho y Roberta, hereda el negocio de sus padres. Con el sol como patrón para su abrir y cerrar de ojos, esta señorita se dispone a procurarse el sustento en una sociedad de árboles, frutos, y una doble vía que de cuando en cuando le dejaba algún pensamiento y un poco de dinero…


La noción del tiempo le llegó un día cualquiera que bajo la supervisión de su jefe, se detuvo una pareja cansada y ansiosa por unas mandarinas. Siena recibía, junto con algunas monedas, un calendario y la información necesaria para empezar a contar a partir del doce de enero…


Cada vehículo que paraba por la recolección temprana de Siena, le dejaba un presunto objeto de palabras, producto de su insaciable curiosidad. Conoció nombres distintos, familias distintas, amigas y amigos en grupo; uno que otro libro, uno que otro piropo…


Siena logró conseguir una especie de deleite, que se basaba en juzgar a las personas por los vehículos que usaban al llegar a ella. Advertía que un auto gigante, casi siempre iba manejado por un hombre, y que estos eran susceptibles de ser clasificados en amables y groseros querendones. Algunos de los carros lucían muy bien conservados; de estos solía salir alguna mujer de cierta edad, por lo general muy amable y con muchas preguntas personales. Le encantaban esos vehículos con familias completas, ya que la mayoría de las veces conocía niños que le regalaban sonrisas; a veces las suficientes para estar contenta el resto del día…


Hubo tiempos en que el Patrón necesitaba aumentar las ventas, y a espaldas de Ella, se reunía con algún colega para dibujar hoyos en la carretera y así hacer que más vehículos se detuvieran por su parada. En esos momentos, Siena tenía más trabajo que el de costumbre, y aunque le daba más dinero, se le reducían los diálogos y la colección de nuevos pensamientos…


Los ángeles del estado, a veces de parte del Sol, a veces en contra del mismo; arreglaban la carretera para evitar que tantos autos se detuvieran por aquel lugar; al menos así lo veía Ella...


Un día, un hombre de auto gigante la enamoró, la hizo madre, la llevó a las cercanías de la Ciudad; que era de poco interés para Ella. De esta manera, la colección de pensamientos se convirtió en recuerdos que revivían por las noches cuando sus ojos cerraban y sus sueños despertaban…



lunes, 27 de diciembre de 2010

En el último lunes del diez


Hoy comienza la semana que termina con el año del diez; lo que nos muestra un uno al final para el comienzo de década…


El presente será recuerdo, será pasado año; con él, los sublimes momentos que dibujaron expresiones en los labios y sentimientos en el alma; en él, el futuro y sus nuevos sueños…


Hoy es el último día de la luna, para un lunático que les agradece cada una de sus visitas a su rincón de delirios escritos…


Hoy, los pensamientos necesitan las buenas intenciones de sus pensadores…


El sol se toma la tarde para su final de año con el lunes, y así se irán despidiendo los días y sus menciones cotidianas...


Tal como este día inicia su adiós, podemos permitirnos algunas despedidas de alegres bienvenidas…






Saludos en letras

martes, 21 de diciembre de 2010

“Navidad que vuelve, tradición del año; unos van alegres y otros van llorando…”



Ni la envidia ni el pesimismo son protagonistas de estas brisas, al menos, esa no es la intención que llevan con las letras que plasmo. Simplemente la cotidianidad ha mostrado algo curioso a mis sentidos…


El presunto mes de las sonrisas (económicas o no) ha venido acompañado de “Chaperones Colaterales:” Desastres naturales, decisiones políticas de última hora, planes de emergencia, compras, días libres, aguinaldos, centros comerciales, deseos renovados en muros de facebook, cadenas nuevas de blackberry; entre muchos otros. Lo cual nos presenta una Sublime Concurrencia de Realidades que se contraponen a los sentidos de quien pueda trasladarse de una parroquia a otra, o de un municipio a otro…


Al encender el televisor para estar informado:
Calamidades y Emergencias que sugieren exceso de terror abrazando improvisación.

Al caminar por el vecindario un domingo de diciembre:
Soledad justificada por la economía y la consecuencia de ver noticas.

Al pasar por el Centro Comercial:
Una cantidad de establecimientos cuyo personal y mercancía, inexplicablemente no se dan abasto ante la demanda de compradores.


Para una persona que ve noticias, sale a dar unos pasos por el vecindario, y visita un Centro Comercial; el concepto de realidad varía según la locación…

Así que hoy, Día del Espíritu de la Navidad, podemos hacer de las mejores realidades buenos deseos; que nos den las sonrisas y los abrazos que tanto ayudan y poco cuestan…





Saludos en letras

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cuando la mitad del doce amanece miércoles...


A veces la mente viaja tan rápido como la vida en sueños…


Sostenido por los pasos que me conducen a la cotidianidad de cada cinco días con dos adicionales, se me crea algún paréntesis como consecuencia de la memoria del caminar y de las obligaciones por cumplir…


A veces, al voltear la mirada para advertir lo que dejamos a espaldas; la mente, al mismo tiempo; gira su mirar horizonte para tomar algún recuerdo que reposa en el pasado, o quizás en un deseo; todo en tan sólo un instante del tiempo, imperceptible; olvidable. Pero hoy: recordable…


Han llegado las brisas de la reflexión inducida, esas que compartimos en la individualidad de cada colectivo: los regalos, la familia, la paz, el amor, los nuevos proyectos, hacer públicos nuestros pensamientos, pedirle a Dios por el Facebook y su iglesia del Wall; y todas esas cosas que todos, o casi todos; realizamos o realizaremos…



Basta un instante para recordarlo, pero más que eso para hacerlo…


Saludos en letras…

martes, 7 de diciembre de 2010

Colapso


La palabra de estos tiempos se viste de Colapso; y se está filtrando por todos los agujeros, que como humanos, hemos venido dejando con el pasar del tiempo…


Se nos avecina, y prácticamente tenemos encima, el momento del incremento: Muchos tendrán días de goce, otros de celebración, algunos bastantes han llegado al lapso en que el dinero es mas gordo cuando se aprieta la mano; otros más tendrán que trabajar horas extras por aumento de consumidores; los boletos, y sus días para ser usados, se multiplican de forma exponencial. Se reencontrarán familiares con familias; y como nuevo incremento llegó, sin avisar, la calamidad…


Con la calamidad llegaron las opiniones, y con las opiniones, las acusaciones. Sin embargo, todavía se espera la entrada triunfal de las Reflexiones…


A mi criterio, el juicio de valor y sin valor alguno, es un factor de gula en este festín de contraposiciones. Al parecer, la naturaleza pone nuestra humanidad a prueba. A ver cómo respondemos...