Podemos decir que la
búsqueda actual consiste en una danza de dedos sobre teclas obedeciendo tal vez
a cierta melodía del pensar. Esto nos lleva a ver notas entre palabras y de
ahí, instintivamente, hacemos de las frases unos cuantos acordes. La imaginación
es amplia, hubo quien bautizó estos lugares para buscar como una autopista de
información, también hubo quien percibió inmensidad, y bueno, para ésta, está
el mar. También ha habido galácticos, por eso van por el ciberespacio, pero en
fin, volando, corriendo, o bailando, al lugar se le llega con teclas, teclas que
son letras, y que fungen incluso de bloques, para que hablemos de edificar,
construir, y puede que también de erigir. Todo junto y al mismo tiempo, como un
sueño pues…
Conseguí dos palabras: putamen, lugar del cerebro que se ocupa,
en parte, del control motor del cuerpo, especialmente movimientos voluntarios. La
otra palabra es ínsula, también en el
cerebro, y aquí vale citar un poco: “Antonio
Damasio ha propuesto que esta región empareja estados viscerales emocionales
que están asociados con experiencia emocional, dando cabida a los sentimientos
de consciencia…” En mi delirio la
mente lamenta, y la inquietud por el cerebro es que en estos dos lugares, los
cuales se ponen intensos con el amor y el amar, se alborotan de la misma forma
con el odio; pero seguimos delirando, amar es necesario, así que supongo que
odiar también, entonces, quien no ha podido convencernos con amor, – de las tantas
cosas de que nos han querido convencer – puede ver en el odio una oportunidad;
y si éstas están ligadas a personas, ya tenemos además de algo, alguien a quien
odiar. Si por amor obedecemos, pues por odio también. Y eso me lleva a creer
que en la disidencia no hay otra cosa que otra forma de obedecer…
Nos mezclamos, a partir
de una característica compartida, el gusto por la música o el disgusto por el reggaetón,
por las películas que nos dejan pensando, o por los libros que nos han puesto a
suspirar, por la situación del país, de la región, por las ganas de vernos a
cuerpo entero, por los amaneceres juntos y solos, por una noticia y por quien
la dice, por lo que nos han hecho ver en los interlocutores, por la falta y la
sobra, pero sobre todo por la falta, porque llegamos a odiar lo mismo pero no
de la misma manera, porque nuestros odios se cruzan pero no se abrazan, y así,
como al amor – que se le confunde entre rostros y gestos – hemos segmentado al
odio también, y con la plena seguridad de estar claros, no estamos más que confundidos…
El
amor y el odio activan zonas similares en el cerebro:
Segmentemos el odio, diversifiquemos las falsedades y el cinismo, están al alza en el mercado mundial, son buenas inversiones para adentrarnos en el camino de la deshumanización y la mentira...vendo mis acciones a buen precio, estoy segura que habrá cola para adquirirlas. Realmente las vendo porque no me gusta formar parte del negocio de las emociones. Hoy los sentimientos son valores en decadencia lo sé, pero yo voy a invertir en ellos y les voy a dar prioridad sobre todas las cosas, los haré rentables junto a la gente que amo y se lo merece, mi generosidad no llega para los desalmados, aunque en el fondo son los que más los necesitan y los que más pena me generan...allá ellos y sus conciencias que la mía la tengo a buen recaudo y salvaguardada de los llamados "seres humanos".
ResponderBorrarLa esperanza es así y brindo por cada palabra que me has dejado ;-)
Borrarde nosotros los llamados *seres, que aman la cosa de invertir, brindan por la ultima de aquella que en si se enciende a llamas de a cada fulgor.
ResponderBorrarSonriamos como los niños...hasta que tengamos que crecer y después sigamos sonriendo.;-)
ResponderBorrar"el amanecer es la esperanza que se viste de belleza en una sonrisa como la suya"
ResponderBorrarSaludos en letras
Esta noche, quisiera que por un instante dejásemos atrás nuestros cuerpos, como si estuvieran en otra dimensión, como si no hubiera un antes o un después y así hacernos conscientes del momento presente que vivimos, más allá de la piel que los recubre, respiremos el aire tibio que desprende el alma, sintamos el amor que se repliega en cada una de las células que conforman los tejidos, sintamos la sangre fluir por las venas, cerremos los ojos y dejemos que una luz infinita inunde todo nuestro ser, que se expanda a través de esos vínculos intangibles que van de lo sutil a lo manifiesto en un plano infinito más allá de la materia, dejemos que ese mundo sensorial en el que apenas nos detenemos inunde el espacio y el tiempo, el comienzo y el final de lo eterno...dejemos que los vínculos invisibles nos unan tramo a tramo, desde la distancia que a cada uno de nosotros nos separa.
ResponderBorrarBuenas noches, abrazos escritos. :-)
Los vínculos invisibles siempre tienen permiso, sobretodo cuando han de unir....
BorrarAbrazos
Gracias de corazón compañero.
Borrares muy importante para mi que esos vínculos nos unan...
ResponderBorrarMaktub ;-)
Borrar;-)
BorrarOLEAJE.
ResponderBorrarMe gusta exhalar el humo del cigarrillo mientras pienso en que cada quien tiene su vida y navega por ella como puede; algunos suelen hacerlo sobre una tabla de madera, otros en una barquita pequeña, los que pueden llegar a más lo hacen en cruceros o en barcos de vela...los más desprotegidos a nado, pero todos y cada uno de ellos intenta atracar en buen puerto, navegar lo mejor que sabe y guardar la ropa al mismo tiempo.
Me gusta fumar entre las tinieblas del humo efímero, disolverme como si formara parte de él, me gusta encontrar por el camino algún objeto perdido, un objeto de alguien parecido a mi , que se disuelve como yo entre ese humo incandescente y gris, me encanta la gente que sigue andando a pesar de los tropiezos y detesto a la que se tropieza y espera a que alguien le muestre el camino más seguro para no volver a hacerlo de nuevo... mientras, sigo fumando entre las aspas cortantes del humo de un cigarro que se consume en la nada.
Leonardo Cohen.
y a mí también me gusta...
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