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miércoles, 19 de agosto de 2015

Fe y sublimación






Tras la palabra está el caos. Cada palabra es una franja, un barrote, pero no hay ni habrá nunca suficientes barrotes para hacer la reja…”

Todo empezó aquel día con esa sonrisa. Para alguien en quien el elogio no ha ido más allá de un gracias, eres muy amable; un gesto de coquetería lo cambia todo.  A ella la ha visto unas cuantas veces, apenas las suficientes para pasar del silencio a los buenos días, y qué días tan buenos esos en los que se la topaba. Trató sin éxito de sincronizarse, que los buenos días fuesen todos los días, que pudiera sostenerle la puerta, ayudarla con las bolsas, con lo que sea, todo para hablar un poco más; pero no pasó, al menos no hasta el día en que todo empezó…

“El poeta que se muere de hambre viene a dar clases a la hija del carnicero…”

Un poco antes de que todo empezara, hizo lo que pudo para dar a entender que la fe, según él, era una fuerza interna y cada quien produce la suya, y que tal producción se eleva sobre todos, uno a uno; así, la brisa, que no es más que el instrumento musical de la fe, funde las producciones en acordes de canciones. A ello se debe que el mismo recuerdo, o pensamiento, que alguna vez hizo reír, haga llorar… y quizás a ello se deba también tanto alboroto con la palabra producción. Cada vez que el ser humano encuentra una combinación de sílabas para darle nombre a un término, ésta se vuelve ofrenda, y como ofrenda la brisa lo agradece, para luego tomar la fe de las personas y de esta forma crear sentimientos. [Quién tocará a quién, si la brisa es un instrumento] Que nadie crea que sufrir siempre significó sólo eso, quizás algunos puedan entender porqué decir socioproductivo resulta tan extraño, tan confuso; más confuso incluso cuando se trata de explicar…

“Poco talento y una cartera repleta…”

Recordó a Miller, a su Trópico de Cáncer, al sexo que no ha tenido hasta que todo empezó. Antes de eso, trató, pero no se hizo entender. Nadie que sienta en cifras y carteleras dará concesión de fe propia a una explicación sin producción… él lo sabía, la brisa también, pero ésta última, como ya se dijo, es un instrumento, y como tal funge de canal, y como tal transmite, por ahí, para alguien, para nadie en especial…

“Si le duele comer solo delante de mí, probablemente le dolería más compartir su comida conmigo…”

Nadie de los presentes, ya saben, los devotos a lo producido, le hizo caso; pero eso ya se sabía, lo que pareciera nadie saber es que en silencio y en soledad es cuando más se produce, pero ya aquí se trata de la fuerza interna, esa, que con palabras aprendidas a lo largo de historia, son llamadas sentimientos; la fusión pues… la fe…

Cambiemos de autor por un momento. Esto lo conseguí en un muy buen blog: “el hombre tiene una especie de principio homeostático, cuando se sobrecarga de tensiones y angustia necesita descargarse buscando el placer. Cualquier placer de cualquier nivel descarga en algo esa tensión, partiendo de los placeres sexuales, pasando por los alimenticios (el sobrepeso es más causado por la ansiedad que por cualquier otra cosa) y llegando a los placeres propios de la contemplación o de cualquier potencia superior. Por supuesto, no del mismo modo, los placeres más instintivos descargan la tensión de un modo mucho más veloz pero más precario, por lo que la tensión vuelve a subir al poco tiempo, exigiendo una nueva descarga. Por su lado, mientras más elevado es el placer (en cuanto a su naturaleza, no en cuanto a su intensidad) es más duradero y permanente, y se trasvasa de ser placer a una tonalidad de vida permanente que llamamos felicidad…”

Ese día, esa sonrisa, lo llevó a la sublimación. Aquél deseo que no se consumaba se consumió en tan solo una sonrisa y unos buenos días. El hombre más nunca vio a la mujer. Se mudó, no ella, él, de ella no supimos más. La brisa ya no trae más nombres que lamentos debido al gran abuso que al final se ha hecho de ella… y la Fe, al final, se tuvo que producir… ahora todo el mundo predica, esperando por otros a que hagan: convengan... y hemos empezado. El hombre, nosotros, ustedes: a seguir esperando…


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Confío y Espero...


Los códigos de la sociedad tienden a configurarse en virtud de cómo se amanece. Algo de ello hay en El principio noventa diez pero, por qué lo digo, bueno, porque hoy me topé con una de esas frases positivas y alentadoras que dicen cosas como vive tu momento, aprovecha las oportunidades, y bueno, respecto a las oportunidades – que no se repiten, supuestamente – muy sabio es eso que me conseguí que dice que las mismas están ligadas a una persona, y que cuando usted busca una oportunidad es realmente a alguien a quien usted busca. Pero bueno, equis, eso no es lo que tengo en la mente, vuelvo con lo de las frases positivas. Encontré algo de información para complementar mi delirio: Fe, con una extensa familia léxica – lo cual es interesante, porque se hace más confuso, o abstracto – Fe, entre otras varias cosas, es confiar, y confiar es, bueno; confíen, lo dejo hasta ahí. La otra palabra: Esperanza, de esperar – más concreto – Fe y Esperanza, algo así como Esperar y Confiar (en mi lógica la espera antecede a la confianza, al revés, pues, no me suena mucho) Cuando leí aquello de que el mundo y sus oportunidades esperan por ti y, eso de vive tu momento – yo también lo he dicho, por cierto – vienen a mi mente Esperar y Confiar. Ahora bien; Principio noventa diez – otra vez – Un mensaje alentador puede ser ofensivo o molesto cuando la Fe y la Esperanza no acompañan a la mañana. Paradójicamente algo triste presta mejor consuelo, y aquí, en lo triste, la lógica en el orden antes expuesto se conmuta; aquí si es válido decir, Confío y Espero – Fe y Esperanza – a partir del hecho triste, a partir de la desdicha. La virtud es un infortunio Justine, y la crítica es, pues, un apodo para el anhelo. Saludos en letras…


martes, 5 de junio de 2012

Absurdo absuelto




Las grietas de la realidad dan cabida al abuso de los besos para fantasear y escaparse, una serie de ventanas para hacerse espectador del mundo que no se vive: hay muchas, a veces demasiadas. Uno cree en lo que crea y por eso sueña con presenciar, viéndose de qué manera desde esas grietas: a veces se siente así. A veces se piensa, aunque sea por unos instantes, que los pliegues de los días están bajo los cielos de la rutina. Luego duermes y despiertas y despiertas de nuevo para levantarte. No queda de otra más que dejar al absurdo absuelto por absorto: su culpa es inocente…

jueves, 6 de octubre de 2011

La reunión no volvió a repetirse… #FE



Se reunían Los Escépticos a la orilla del mar. Era un culto a la realidad del Ser y Estar. Un momento que se describía con descontento para drenar y así entender a las ganas de vivir. Algunos consideraban que vivir consistía en aceptar; insistían que las dádivas del destino estaban representadas en las migajas que caían desde los banquetes del Poder. El sueño, para Ellos, era una especie de trastorno con el cual algunos podían hacer dinero a expensas de otros que creían soñar…

Una vez por semana, porque la realidad pesaba mucho en zapatos de rutina. Una vez por semana se escuchaban unos a otros, se lloraban el despecho y se gritaban la impotencia. Para concluir el evento, se practicaban un baño que vendría a representar el ahogo de la Fe. Se pensaba, según su extraña y escaza creencia, que Fe era esa mancha en el alma que incitaba al conformismo y producía una especie de esclavitud…

El tiempo, en complicidad con la realidad, solía regalarles sonrisas por separado; sonrisas que para cada uno de ellos, formaban parte de una rutina; una especie de placebo para seguir el día. Un día Nina, hija menor de Antonio, se sorprendió con alegría al ver que su padre había llegado temprano de su reunión de cada viernes. Este al llegar, sorprendido, le pregunta: ¿A qué se deben las sonrisas? Y Nina le dice: Papá, la felicidad es la recompensa de la Fe; acaban de pasar por las noticias que la playa donde tú vas con tus amigos se desbordó y acabó con las casas de todo el sector, mucha gente había ya evacuado, pero todos ustedes tenían el teléfono apagado…

La reunión no volvió a repetirse…

lunes, 3 de mayo de 2010

El sueño, las sonrisas, la esperanza y la Fe


Un sueño se dibuja a sí mismo
con el pincel que le otorga cada sonrisa
que poco a poco va cerrando los ojos
al caer el peso del día sobre la esperanza...

Un amor se quiere a sí mismo
con cada suspiro que se regala
al navegar por un sueño,
con el que se amanece rodeados de gestos de Fe.

La esperanza se implora a sí misma
al velar los sueños
y sonreir para los amores amados correspondidos.

Al pensarte:
Los sueños,
la esperanza y las sonrisas,
así como mi Fe;
Pasean con mis pensamientos
que te dibujan en cada amanecer...


http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/279576-el-sueno-las-sonrisas-la-esperanza-y-la-fe.html

lunes, 26 de abril de 2010

Amor propio para algo de Esperanza


Reincide la fuerza claroscuro
con el que se colorean las sombras,
así como los juegos de luz;
rastro de danza a mano y pluma.

Como la sangre en la noche,
o la vista a ojos cerrados en ausencia del Sol.
Instrumento para estrenar página;
como traje nuevo para baile de promoción.

Pocos días han pasado desde el regreso a la obligación post laboral jornada;
poco contenido atestiguado.

Se dice que el honor
se encuentra en extinción,
pero quedan bellos refugios
para un plácido cautiverio.

Todavía usamos Respeto
aunque no con frecuencia de ropa interior;
todavía le impedimos
el polvo del desuso.

Por eso,
en tiempos como estos;
Fe y Esperanza no se descartan en el glosario del alma.


Hoy,
Día de la Tierra
y reproche para la humanidad,
siento que aun existe
intención uniformada de bondad.


22 de abril de 2010
http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/278333-amor-propio-para-algo-de-esperanza.html

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