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viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Cómo te atreves a quejarte!


Tengo todo un historial de tus faltas y ninguna ha prescrito. No se trata de tus errores, esa es una lista interminable que brilla desde el primer desacierto; es una condición ulterior: se trata de aquello que hemos esperado que hagas, y eso; para que lo sepas, sí tiene lapso de prescripción. No hay favores, la disposición sencillamente nos fue legada. Quien dispone, impone; así que en cada “puedes” ubica un “debes,” y sin signos de interrogación…


Podrás beneficiarte de las excusas, pero no escaparás del reproche, y sí, te hacemos débil para más pesar; no olvides que la razón no es un bien real, sea en la vida o en el Derecho; es más bien una balanza, y se inclina a favor de quien detenta mayor peso, el cual, ahora y sin ti, es nuestro. No confrontes si no piensas atacar, somos condenatorios y estamos firmes…

Se espera tu felicidad y que la aparentes, de lo contrario: ¿para qué te equivocas? Piensa bien tus decisiones, porque no estás a la altura de las exigencias y porque no tienes escapatoria. Te hemos suprimido los complejos y las ganas, así que no cuentes con la soledad ni el silencio, ajústate a tu vida de autómata y llena el vacío con lo que esté en venta, ya te inventaremos algo para que creas que te quejas. Renuncia si quieres tiempo y ataca si quieres respeto…

Hay quienes sirven para que otros se sirvan y se les aborrece cuando no lo hacen bien. Ahora, vuelve a tu vida; y que no nos perturben tus sueños otra vez. Puedes despertar si quieres, pero antes; dile al otro, al que viene después de ti, al envidioso; que encuentre poder porque la envidia, más que consecuencia, es un privilegio: hay tener con qué envidiar…

Espera, si te vas a poner triste, continuamos; y si no quieres escucharnos, no vuelvas a quejarte en los sueños, para eso se te ha provisto de bastante realidad. Ahora sí: despierta…


Y desperté sin entender mi tristeza: ¿por qué pensaré ahora que los demás tienen y yo no tengo? Bueno. A trabajar…


viernes, 17 de agosto de 2012

Ella, Usted o Tú (Nosotros)



Cada día la veo, entaconada, perfumada; bella: Ella. La mañana es ese ocaso invertido que en lugar de saludar, despide a la noche para promover las rutinas. Paso, peso, piso, poso y puso; sus gestos y mis pensamientos, el mundo que creo, de creer; no de crear: para hacerlo posible me toca soñar, soñarlo, darle ganas intrusas y darles la bienvenida, al fin y al cabo eso es un sueño al dormir, una especie de mezcla entre el deseo y la memoria de los sentidos, es el receso de la mente que uno pone a trabajar. Me quedo con los recuerdos no vividos, sentidos, sí, sentí dos, tres, y mil veces esos besos, esas caricias, esa sensación de mirada; mis sueños no tienen ojos, son para el despertar y sé que son los suyos. Te lo preguntarás quizás; quiso y pudo, será usted o tú, yo prefiero hablar de Ella, usted se me aleja de las letras. Un suspiro es una cápsula de aliento que se usa para ofrecer nombres al viento, como toda cápsula, tiene sus efectos: evocar, pero no es necesario, para eso viene una mañana, quisiera más bien un mañana: real y realizado, puede ser crítico, y ha de ser criticado también tan mal. Son así el soñar y el imaginar, a veces conviene, pero sin venir, en ocasiones conlleva y ni trae, es; lo sé…




martes, 5 de junio de 2012

Absurdo absuelto




Las grietas de la realidad dan cabida al abuso de los besos para fantasear y escaparse, una serie de ventanas para hacerse espectador del mundo que no se vive: hay muchas, a veces demasiadas. Uno cree en lo que crea y por eso sueña con presenciar, viéndose de qué manera desde esas grietas: a veces se siente así. A veces se piensa, aunque sea por unos instantes, que los pliegues de los días están bajo los cielos de la rutina. Luego duermes y despiertas y despiertas de nuevo para levantarte. No queda de otra más que dejar al absurdo absuelto por absorto: su culpa es inocente…

lunes, 29 de noviembre de 2010

Delirio de fin de mes (casi)


En alguna oportunidad he declarado que los delirios también son coleccionables, por lo que he venido con dedos sobre teclas y pensamientos errantes a plasmar uno nuevo…


Se dice que la Economía, entre tantos sabios conceptos, es el arte de administrar recursos escasos, por lo que supongo que también podría hacer de estos escasos recursos, prescindir del adjetivo; a fin de jugar a ese vaivén de los días y los usos que le titulan demanda y oferta…


Ignoro de forma extraordinaria cómo se corresponden, unas a otras, las palabras escritas en el párrafo anterior; yo sólo deliro, y  la cita viene es a los sueños…


Al compartir mis sueños me doy cuenta que algunos son muy parecidos a los de terceros soñadores; razón por la que plasmo este atrevimiento: muchos soñamos con tener el dinero que no tenemos y con la paz que no alcanzamos, en otras oportunidades soñamos con la ausencia de inseguridad para transitar libremente y a cualquier hora…


Ayer soñé que soñaba, y a lo que vengo es a lo siguiente:

No creo ser el único, ni el primero, pero se me ha ocurrido pensar que hay sueños que obedecen a cierta situación de demanda y oferta en la economía de nuestras aspiraciones: Soñar con el dinero se convierte en un eterno sueño que define muchas realidades; soñar con la paz se define en motivo para tantos actos violentos. Mucho se gasta en hacer realidad los sueños, o más bien seguirlos soñando; quizás, en soñarlos mejor. Pero siempre, en sueños…

Es un buen momento de hacer realidad a algunos y renovar otros…

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cajas y sueños...


Una gran empresa ofreció un pequeño empleo a Chucho: de mensajero. El cual desempeñó durante veinticinco años, la caída de su cabello, y sueños que sólo fueron sueños. Vio la transición de la maquina de escribir a la computadora, y en sus primeros años, la mecanografía aun se estudiaba. Hoy en día, con más de veinte inviernos sin nieve desde la última vez que tuvo jefe, Chucho consigue un buen lugar en la plaza central para emprender su nueva actividad.

Influenciado por viejos compañeros que compran y venden libros usados debajo de un puente, este hombre sin mujer consigue unas cuantas cajas para dar inicio al proyecto. Cada caja porta un nombre como título; en una se puede leer: fortuna, en otra: avaricia; dos adicionales portan: salud y justicia respectivamente, así como unas pocas restantes que permanecen sin explicación aparente.

En un cartel humildemente llamativo, Chucho escribe: Club de Sueños, y día a día va con sus cajas a la plaza a esperar por un cliente.

Para empezar el negocio necesitó mercancía, por lo que Chucho decide escribir sus sueños en pequeñas hojas de papel y clasificarlos en las cuatro cajas que exhiben nombre legible. Le costó diferenciar entre fortuna y avaricia, dado que ambos, según él, estaban relacionados con dinero fácil. Dedujo que la fortuna implicaba dinero bueno, y que la avaricia abarcaba lo referente al dinero malo, sin embargo, no logró con certeza precisar cuándo lo abarcado por dinero podría ser susceptible de discernimiento; a veces pensaba que lo malo estaba en el propósito y no en el dinero, pero en vista de su confusión, decidió que los sueños son sueños; y sin mucho análisis lo bueno y lo malo es fortuna y también avaricia.

En la caja donde se leía la palabra justicia, colocó sus sueños justos dudando del calificativo, debido a que cuestionaba la injusticia en hojas de papel de la misma forma en que se preguntaba cómo era un sueño justo. Para los deseos saludables usó la caja titulada restante, encontrándose con una gran cantidad de papeles con sueños escritos que no lograba clasificar.

El tiempo, haciendo de las suyas, empezó a decorar las cajas con grises sobre las hojas y polvo sobre deseos; mientras Chucho esperaba por un cliente con sueños para compartir.

Personas pasaban, preguntaban, reían y sonreían; de cuando en cuando y cada día.

Un día, un cliente llegó…

lunes, 3 de mayo de 2010

El sueño, las sonrisas, la esperanza y la Fe


Un sueño se dibuja a sí mismo
con el pincel que le otorga cada sonrisa
que poco a poco va cerrando los ojos
al caer el peso del día sobre la esperanza...

Un amor se quiere a sí mismo
con cada suspiro que se regala
al navegar por un sueño,
con el que se amanece rodeados de gestos de Fe.

La esperanza se implora a sí misma
al velar los sueños
y sonreir para los amores amados correspondidos.

Al pensarte:
Los sueños,
la esperanza y las sonrisas,
así como mi Fe;
Pasean con mis pensamientos
que te dibujan en cada amanecer...


http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/279576-el-sueno-las-sonrisas-la-esperanza-y-la-fe.html