Fue cuando nos miraste que
sentimos el ardor del miedo, ese temor de discutir sin argumentar. Fueron varios
los insultos que elevaban el placer de herirnos, como si el desprecio evocara
al deseo con ansias, como si la lástima sembrara semillas para copular. Gritaste,
como un orgasmo, y así lo escribiste en sus ojos, y así lo describieron tus
labios, te maldijo, y bien dicho. Fue bien mirar para el mal de ojo, para el
morbo en sorbos; y se inevitó el sexo sin caricias para invitar. Fuerte fuiste,
y fuimos; odiar un cuerpo que se macera en las aguas de la rabia, que brotan
del paladar ansioso. Fue así como nos besaste y te mordiste para sucumbir
mejor, para que te diera rabia convencerte, pues nunca a ambos aceptaste: mi tormento
se calma a gritos gratos. Sólo tú puedes porque te disgusta, así siempre te ha
gustado: un rato conmigo y un reto al halago: es así nuestro ego, contigo; y conmigo…
Blog dedicado a la redacción de escritos, en su mayoría originales. /Blog focused on original writings mostly
Sunday, December 9, 2012
Tuesday, November 27, 2012
Momento
Has dejado salir al aliento que te delata, por
estar a punto de mentir o porque estás por confesarte: seré recuerdo seré conciencia. He de poner mis labios con los
tuyos, a fin de cuentas ya el suspiro se ha escapado. Cierras los ojos, no para
imaginar si no más bien para dejarte guiar. Nos separamos, pero no por mucho,
así que te beso de nuevo, se nos confunden el respirar y los rostros, ya somos
algo más que labios y pactos. Se fueron el lugar y el tiempo, sólo quedamos
atados: unidos por el placer de besarnos. Así empezamos a acariciarnos: a
dedos, a bocas, marcando calor y dando color para sentir y también para sentar.
Estamos inscribiéndonos en el otro. De ésta manera nos hacemos, nos tallamos y
nos moldeamos a siluetas cálidas que prescinden de sus sombras. Tomamos la
pausa y tememos del frío: volvemos a besarnos, volvemos a unirnos…
Friday, November 16, 2012
¡Cómo te atreves a quejarte!
Tengo todo un historial de tus faltas y ninguna
ha prescrito. No se trata de tus errores, esa es una lista interminable que
brilla desde el primer desacierto; es una condición ulterior: se trata de aquello
que hemos esperado que hagas, y eso; para que lo sepas, sí tiene lapso de
prescripción. No hay favores, la disposición sencillamente nos fue legada. Quien
dispone, impone; así que en cada “puedes”
ubica un “debes,” y sin signos de
interrogación…
Podrás beneficiarte de las excusas, pero no
escaparás del reproche, y sí, te hacemos débil para más pesar; no olvides que la
razón no es un bien real, sea en la vida o en el Derecho; es más bien una
balanza, y se inclina a favor de quien detenta mayor peso, el cual, ahora y sin
ti, es nuestro. No confrontes si no piensas atacar, somos condenatorios y
estamos firmes…
Se espera tu felicidad y que la aparentes, de
lo contrario: ¿para qué te equivocas? Piensa bien tus decisiones, porque no
estás a la altura de las exigencias y porque no tienes escapatoria. Te hemos
suprimido los complejos y las ganas, así que no cuentes con la soledad ni el
silencio, ajústate a tu vida de autómata y llena el vacío con lo que esté en
venta, ya te inventaremos algo para que creas que te quejas. Renuncia si
quieres tiempo y ataca si quieres respeto…
Hay quienes sirven para que otros se sirvan y
se les aborrece cuando no lo hacen bien. Ahora, vuelve a tu vida; y que no nos
perturben tus sueños otra vez. Puedes despertar si quieres, pero antes; dile al
otro, al que viene después de ti, al envidioso; que encuentre poder porque la
envidia, más que consecuencia, es un privilegio: hay tener con qué envidiar…
Espera, si te vas a poner triste, continuamos;
y si no quieres escucharnos, no vuelvas a quejarte en los sueños, para eso se
te ha provisto de bastante realidad. Ahora sí: despierta…
Y desperté sin entender mi tristeza: ¿por qué pensaré ahora que los demás tienen y yo no tengo? Bueno. A trabajar…
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