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lunes, 19 de mayo de 2014

y por ese placer esbozamos una sonrisa…


El sol sale para todos y el placer también, aunque se vista de sufrir y aunque el sufrir duela. Se reunieron los amantes para contarse sus problemas y qué mejor que un problema para tener una razón. Ella, pobre de ella, él; qué broma con él. No hay lástimas aparentes, la lástima no cae por las cascadas del placer y de colarse por alguna corriente, se cuela por esas por donde pasan la grandeza y el narcicismo, que son las mismas que dejan fluir a la arrogancia y que nosotros navegamos como egos. Pero ese navegar, ahorita, que lo explore otro… Estamos juntos para sufrir, pero sin verlo como falta de piedad o como cuando la tiranía nos oprime y nos somete a su voluntad, no; es más bien un… cosquilleo en la mente… o volvamos mejor al agua, digamos, en lugar de cascada, río. El río trajo sus piedras y el agua viene revuelta; para andar mojado siempre más no hundido, porque hundido es como ahogado, y ese es el punto, sufrimos sin sufrir del todo; sufrimos, pero con una salida de emergencia y sé que a ninguna parte nos lleva, pero es como un descanso, un alivio efímero que nos prepara para seguir sufriendo. El agua se alborota y se tranquiliza, como el sol y sus calores… Dedicamos mucho al sufrimiento: primero creamos la necesidad de sufrir por algo que no necesitamos, pero ese algo se pone de moda, y esa moda cuesta más que nuestras manos a la obra, por lo tanto y por ahora, el algo es nada y por la nada de ese algo deviene algún sufrimiento. Invitamos a la molestia, convivimos, en este caso por ejemplo.

Si volvemos al río o a la cascada, bueno, no nos ahogamos, seguimos con la corriente y ésta nos pone otra vez al principio, tal vez para que en algún momento nos ahoguemos y tal vez esa sea la salida definitiva, pero no queremos morir, queremos seguir sufriendo, y no sólo por algo, sino por alguien, porque ese alguien también sufre y por sufrido decidió oprimir. Porque hacer daño le place tanto como al primer sufrido estar encadenado a eso; una relación perfecta pues ya que no hay lástima. Nos acostumbramos, nos mojamos, aprendemos a nadar y chapoteamos entre risas como si no sufriéramos, pero ese es el punto: sufrir da placer y por ese placer esbozamos una sonrisa…



miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cólico…


Por qué nos agradará, por qué lo seguiremos albergando. Las pequeñas molestias se suman y no se sanan. Los malestares cuando no se desplazan se reciclan y empezamos, una, dos y tantas veces; vasos que ya no se desbordan porque no se llenan y vacíos que se desconocen porque no se acaban. Luego pensamos y nos creemos tontos, pero no se trata de tonterías, el pesar chiquito no acongoja y por lo general, siempre suele haber un malestar presente por el cual hay que preocuparse, constantemente; y entonces la vida nos la descontamos a sorbos a gritos y jalones; así le protestamos al cuerpo para llegarle al alma. Rezamos a una deidad Moda que nos otorga nuevas infelicidades por las que hay dejar el fruto del trabajo (el propio y el de otros) Nos ocupamos persiguiéndonos; creyendo alcanzar círculos, el tiempo sigue su marcha y las pequeñas molestias crecen, pero ya no las reconocemos y entonces reclamamos estupideces. Se lamen los lemas y se importa la sapiencia; pensamos, para creer creyendo al argumento como una buena idea… Idealizamos, para decepcionarnos con los resultados, para hacernos adictos u obsesionados; obstinados quizás para discutir y apasionarnos en un problema que no conocemos bien pero lo vemos mal. Es posible que el amor se trate de eso, de dejar pasar pequeñas molestias, para luego no entendernos y así mejor excusarnos, como cuando vamos al baño: nos sentamos buscando luego sentirnos mejor…


domingo, 9 de diciembre de 2012

Papel arrugado


Fue cuando nos miraste que sentimos el ardor del miedo, ese temor de discutir sin argumentar. Fueron varios los insultos que elevaban el placer de herirnos, como si el desprecio evocara al deseo con ansias, como si la lástima sembrara semillas para copular. Gritaste, como un orgasmo, y así lo escribiste en sus ojos, y así lo describieron tus labios, te maldijo, y bien dicho. Fue bien mirar para el mal de ojo, para el morbo en sorbos; y se inevitó el sexo sin caricias para invitar. Fuerte fuiste, y fuimos; odiar un cuerpo que se macera en las aguas de la rabia, que brotan del paladar ansioso. Fue así como nos besaste y te mordiste para sucumbir mejor, para que te diera rabia convencerte, pues nunca a ambos aceptaste: mi tormento se calma a gritos gratos. Sólo tú puedes porque te disgusta, así siempre te ha gustado: un rato conmigo y un reto al halago: es así nuestro ego, contigo; y conmigo…


lunes, 8 de marzo de 2010

Nubes y Estrellas


Te diste cuenta
que podíamos albergar en la piel
el concurrente episodio en donde
las Nubes y las Estrellas
bailaban nuestras sinfonías.
¿No notaste que podías posar tus dedos sobre sus luces?


Todavía recuerdo la brisa húmeda,
cuando nos topábamos con aquellas no tan blancas,
esas que tanto querían caer ,
pero que aún nos esperan;
de ahí nace el calor de todos,
de ahí nace el sudor de los pasos a zapatos durante el día.
Para nosotros no habían días,
sino paisajes en el cielo,
de día o de noche, cada vez que quisiéramos.

De resto,
tú con las estrellas
y Yo,
de figurado sentido,
en las nubes…

¿Por qué afianzar los pasos
de nuestro rutinario caminar,
si desde el principio aprendimos a volar?

¡Tú con las estrellas, y Yo en las nubes!



http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/270653-nubes-y-estrellas.html