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martes, 11 de diciembre de 2012

Por ende




El vicio es el placebo de quien no ha encontrado la pasión. Por otro lado la pasión es un encuentro, una cita con la plenitud. Podemos engañarnos una y mil veces, pero nunca podremos comprar la pasión…

Ergo

Sin pasión sólo nos queda el vicio; y por muy costoso y elitesco que nos establezca, no puede otorgarnos la plenitud…

domingo, 9 de diciembre de 2012

Papel arrugado


Fue cuando nos miraste que sentimos el ardor del miedo, ese temor de discutir sin argumentar. Fueron varios los insultos que elevaban el placer de herirnos, como si el desprecio evocara al deseo con ansias, como si la lástima sembrara semillas para copular. Gritaste, como un orgasmo, y así lo escribiste en sus ojos, y así lo describieron tus labios, te maldijo, y bien dicho. Fue bien mirar para el mal de ojo, para el morbo en sorbos; y se inevitó el sexo sin caricias para invitar. Fuerte fuiste, y fuimos; odiar un cuerpo que se macera en las aguas de la rabia, que brotan del paladar ansioso. Fue así como nos besaste y te mordiste para sucumbir mejor, para que te diera rabia convencerte, pues nunca a ambos aceptaste: mi tormento se calma a gritos gratos. Sólo tú puedes porque te disgusta, así siempre te ha gustado: un rato conmigo y un reto al halago: es así nuestro ego, contigo; y conmigo…


lunes, 2 de julio de 2012

Glosando explicaciones…



La gente se empeña en no decir cuando habla y en explicar demasiado con gestos. A ver, de qué se trata. Ayer el hombre de la taquilla me lanzó el dinero sin yo haberle hecho algo, no me importa qué le esté pasando, no quiero saberlo; pero obviamente grita desde su descontento las ganas de contar su pena al primer curioso. Puede ser. La otra vez fui por algunos tragos y una amiga me contaba lo bien que le va con esa simplicidad tan propia de unas ganas, que por lo general nunca ganan, y siempre dejan entrever. Es una máscara y muy usada. Todos somos en cierta forma infelices; los cuentos terminan en algún inicio, se sabe que después viene la infelicidad. Se ve claro al leer esos “para siempre,” yo digo más bien “siempre para;” siempre para una segunda parte. Aparte. ¿Y entonces? Ah claro, vámonos…


Después de unas cuantas cuadras, esto de caminar es como una exquisitez; la ciudad no ha sido concebida para los pasos, si no, los zapatos bellos no fuesen los de tacón alto, es inútil hacer entender que lo sano no es cómodo. Supongo que lo tóxico sí lo es. ¿No te gusta intoxicarte de cuando en cuando? A lo que vamos no es precisamente a rendir un tributo a la salud, es un daño que nos complace, y nos place por aquello de lo colateral. Es cómodo además. Por cierto, ¿cómo hiciste? Mentí, lo usual, ¿tú? Callé, lo usual. Hay tantas historias  que se escriben entre silencios y mentiras, no me explico cómo la acción en los verbos se le atribuye tanto a la habladera, a muchos les gusta decir que hacen lo que no hacen en verdad. No sé, aburre; por eso estamos aquí sin invitar cómplices; sólo coautores. Llevo días imaginándote; serán los nervios, será el riesgo, será tu cuerpo, serán tus besos. Seremos, seremos lo que no hemos podido ser. Nos miran. Siempre no habrán de mirar; la culpa es la prenda que más llama la atención y la que se viste con la más hipócrita de las vergüenzas…

Besos dices, pero…

jueves, 12 de abril de 2012

Podemos llevarnos…



Nace la comedia de la pena cuando la vida se quiere llevadera: algo así dicen algunas letras de algunos letrados, algo así entendí al intentarlo. Se amuecan las circunstancias para seguir andando, se calla cuando no se escucha para no desgastar al maltrato. El peso en el contexto no aumenta apalabrados ni las acciones en los verbos a sujetos predicados. Se camina hacia el cansancio y el sudor, cuando agota puede calmarlo. Vamos a fluirnos el trato, no tenemos que jurarnos pactos. Se busca por creer encontrarse, porque lo perdido fue primero encontrado. El absurdo es abstracto y no menos cierto por no enseriarlo. Llueve, si; ha llovido y no por llanto. Podemos llevarnos…


miércoles, 11 de abril de 2012

Hay realidades qué llevarle a los sueños. Mañana amanecemos de nuevo…



La luz es cómplice por brindar oscuridad y sombras y así concederle siluetas al sentimiento y a la espera. Nos desesperamos y nos sonreímos los cuerpos. Tocar es arte y me permito el tocarte. Los labios se cuentan historias de ojos cerrados. Esperamos a la pausa y el aliento se adelanta. Hace calor de sábanas. Una tienda se establece y el placer aparece. Nos confesamos al instinto para que hable el silencio. Un te amo con pasión para pasiones que amamos. Un presente dulce y un presente recurrente. Nos ocurrimos, como siempre lo hacemos; como siempre al hacerlo. Hay realidades qué llevarle a los sueños. Mañana amanecemos de nuevo…


domingo, 8 de abril de 2012

Para venderse se venda y para comprarse se compara…



La voluntad, como el honor, para venderse se venda y para comprarse se compara; como el orgullo, como la moral. Así se ofrecen y se ofertan los intercambios de cambio y no muy cambiarios. Hay que exhibir, hay que contraponer; la importancia tiende a importarse, así es más didáctico seguir seguidos. Así podemos llegar a ser poseedores y no propietarios del pertenecer…





jueves, 29 de marzo de 2012

Vasto gusto y cuándo y cuánto (el deseo y sus momentos)



El vasto beso y el verso sexo, el gusto y el susto con sus tratos a lazos. No pesan los pasos puestos cuando el camino es de piel y cuerpos. Más linda es la pasión cuando prescinde de linderos; cuando hay más cuándo que cuánto, como el aroma y sus memorias y el deseo y sus momentos…

domingo, 8 de enero de 2012

Delirio no feliz…


Es más fácil conformarse con la infelicidad tranquila: que perdura al acallar aguantando; que esa búsqueda rebelde por un momento de felicidad efímera. Para ser feliz siempre emergerán nuevos problemas; de eso se trata, de lo contrario no sería rentable tanta ilusión por conseguir un instante y creerse pleno de felicidad. Nada cuesta una sonrisa sincera cuando ya se ha pagado por creerse alegre. El Valor no vale mucho tanto ni tantas veces como La Necesidad. Tenemos a los libros y a la música, al sexo, a algunos hábitos como placer y de vez en cuando podemos procurarnos el calor de los abrazos. Aprendimos a conformarnos cuando vimos que el cansancio podía más que las ganas y cuando el intento era más forzoso que la resignación. Cuando se lucha, se lucha por deseos creados desde terceros e impuestos por una presencia que todavía no sabemos describir. Tal vez la infelicidad no existe, tal vez sea el apodo de algún estado natural y permanente para las personas que no pueden pagar el lujo de la inconformidad…


lunes, 21 de noviembre de 2011

Podemos podernos…



Podemos podernos: Somos granos de un reloj de arena, el tiempo es relativo y dos momentos: uno para bajar de arriba y otro para ver caer al resto. Cada quien tiene derecho a procurarse su propio placebo. Hay quienes despiertan para vivir lo que otros sueñan al dormir…

Si nos damos cuerda tendremos que, sin ataduras, atarnos…

Podemos podernos…


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Menos mal y no mal menos…


Hemos convocado a esta distinguida audiencia para conmemorar, una vez más, a la excusa como dogma en el porvenir de nuestro norte, que como Galeano nos ha enseñado: da más pasos para alejarse que los que damos para acercarnos al mismo…

No sabemos cómo, no somos quienes estudian al comportamiento entre espejos: es propio de las primeras cosas que aprendemos el justificarnos en debilidades ajenas, así le damos permanencia a las nuestras. Se nos dice que es mejor sumarnos fortalezas, pero más place el lujo  del desacierto entre defectos ajenos…

Así que hoy, como en cada oportunidad, empezamos: 

A lo largo de estos tiempos, a diferencia de aquellos momentos; nos fue "menos mal" y no me refiero un mal menos, como bien lo saben: "menos mal"no es mejor pero tiene preferencia ante muchos; a los que sí les fue peor…

– ¿Qué podemos hacer para que ese "menos mal" llegue a mejor? – 

¡Hay un intruso en el recinto!

domingo, 18 de septiembre de 2011

Colores…




Entre el vicio de querer ser distinto en los mundos virtuales, y lo imposible de anhelar ser uno mismo en las realidades; jugamos a aquello de “un mar de conocimientos con un centímetro de profundad…”

Usé, usaste(s); tal vez: hemos usado. O simplemente: se nos fue enseñado a usar y a creer que fue idea “nuestra;” que los adjetivos portan un color y que es más fácil explicar el color que los adjetivos. Al principio hubo mucha confusión, pero en estos días podemos casi instintivamente saber que una persona “honesta,” honesta será según el color con que se escriba y según el color de quien lo dice; sabiendo así pues que la “deshonestidad” de la persona en cuestión es un problema de colores y no de adjetivos…

Así nos hacemos átomos y nos movemos por las moléculas de la sociedad; con colores para juzgar y colores para sentir…

No obstante: los colores, a diferencia de los adjetivos; dan nuevos colores al mezclarse. Entonces empezamos de nuevo con una nueva idea “nuestra,” por supuesto…

martes, 12 de abril de 2011

El Poema; o el intento de uno. (Capítulos 1, 2 y 3)



PRIMERO

Iba borroneando frases sobre frases mientras te leía en los capítulos de mis sentimientos.
Iba imaginando la llegada de tus palabras sobre mi cuerpo a través del aliento que me arrebatas.
Cada día, como aquel día; los muros de mi silencio fueron testigos de la expresión de mis manos.
En mi ser aguardan las ganas de tu aliento, del clima que se entromete pero nos pertenece.
Hoy quiero celebrarte y brindarte en mis labios con el sabor del deseo.
Hoy quiero esperarte con el sol y su partida, hoy quiero esperarte con las prendas desprendidas.
Hoy quiero verte.
Hoy quiero verte. Pero hoy. ¿Sabes qué día es hoy?
Si, ya sé. Hoy las palabras quedarán palabras y el deseo aguardará entre textos y pensamientos…
Es sólo hoy. Ya lo habíamos hablado.
Ya lo sé, ya lo sé. Te llamo mañana, tengo ya mucha gente a mis espaldas esperando por este teléfono.
Está bien. Tranquilo; me quedo con nuestros suspiros en palabras. Chao.
Chao.
¿Ya el poeta hizo su declamación de la tarde?
No te burles. Si fueras un poco así con Nancy tal vez; tal vez te mirara por lo menos.
A Nancy no la enamoran las palabras, la enamora el dinero. Un dinero del que carezco.
Si no le puedes decir algo bonito, mucho menos le comprarás algo bonito. ¿Sabías que cuando damos un presente también damos un poquito de nosotros para que esa persona lo conserve?
Eso es ridículo.
No. No lo es. Obviamente, si no estás dispuesto a dar un poco de ti, tienes que perderte entre costos y precios. Por eso es que Nancy se te muestra materialista; porque sabe que no hay nada de ti en lo que puedas darle. Por eso le pone monto a tus pretensiones.
Ella no es de las que se enternece con palabras bonitas.
No son las palabras las que son bonitas; es el alma que se deja en ellas cuando se escriben. A mí me enamoran las palabras de Julián porque él plasma su sentir ellas, no porque se crea poeta. Si su versar fuera tan sólo una virtud de su intelecto, seguramente no las sintiera mías al leerlas.
Pero no todas son escritas por él.
Exactamente. Pero al dedicármelas pone su alma en los versos. ¿Recuerdas cuando vimos Il Postino?
Si, si, si. “El poema no es de quien lo escribe, sino de quien lo necesita…” con eso siempre me ganas.




SEGUNDO

¿Me tardé mucho?
Lo que tarda un suspiro en evocar un nombre.
Eso podría ser mucho o poco dependiendo de cuántos nombres reposan entre los sentimientos sentidos.
Asume que nos referimos al tiempo de tus suspiros.
Está bien…

¿Te gusta mucho Los Caobos, cierto?
La llegada del sol al parque, en particular.
Me gusta ser testigo del juego del sol y los árboles más adultos. Es algo así como cuando tu cabello se desliza entre mis dedos. Además; es uno de esos espacios donde aun los árboles pueden verse sin edificios de por medio.
Cierto. Sin embargo hay una cierta tristeza de color descuido y de color concreto.
Es inevitable. Muchos de los que habitamos el mundo nos esforzamos en no dejarnos seducir con lo que está a la vista. Fíjate allá, en aquel lugar que parece no ser atendido en cierto tiempo. Si ves de cerca puedes ver como hay una pequeña planta desafiando la falta de atención de nuestros ojos. ¿Te das cuenta cómo una planta nos puede enseñar?
Si, me doy cuenta…

Deberías conversar con mi hermano más seguido, me gustaría que tuviera ese valor por cosas así.
Estoy seguro que lo tiene, lo que pasa con él y con muchos de nosotros es que nos dejamos envolver por los parámetros, por las sugerencias de quienes no quieren conocernos. Se ha convertido en necesidad que las personas busquemos preceptos para encajar en ellos.
Esa misma sabiduría que una planta nos puede dar, otros la buscan en un programa de moda, en un ícono internacional, incluso: la compran; y la compran porque alguien la vende; y alguien la vende porque sabe nos gustan los parámetros. Nadie escapa de eso; incluso negarse a un precepto equivale a aceptar que existe y que envuelve. Sólo tenemos que recordar que podemos venir a ver la planta que crece en las grietas del descuido, eso es todo…

¿Entonces el sol acaricia a los árboles como tú a mi cabello?
Además del brillo, de la luz.
No es sólo la imagen sino la forma en que se ilumina esa imagen y se aloja en la memoria.
¿El sol y los árboles?
Tu cabello entre mis dedos…



TERCERO

Después de la luz en el parque, vino la luz en la intimidad. Nuestro acto, nuestro culto. El tributo que le rendimos a la piel y a la devoción por devorarnos. Nos prometimos y nos cumplimos con la más verdadera de las verdades: con nuestros cuerpos al desnudo. Ayer sellamos con suspiros y vivimos de nuevo…
Mira, ¿Y cuando sellan con suspiros también sellan caballos, o son sólo sellos de caucho?
No te burles. No puedo evitar leer sus líneas en voz alta.
Está bien. Ya me acostumbré a lo edulcorante de esa relación.
Sería más dulce si dijeras dulce.
Bueno; dulce…
¿Hablaste con Nancy?
Si, pero no sellé suspiro alguno.
No te burles.
Está bien no te molestes…

¿Te regaló ese cuaderno con sus letras?
No, el cuaderno es mío. Aquí copio lo que él me dice cuando hablamos por teléfono, o cuando caminamos por lugares como La Candelaria y dice cosas como: puede sentirse el sonido del tranvía al pisar estas marcas que dejaron para que lo recordemos…
El tranvía de La Candelaria dejó de pasar hace años. Si acaso nuestros padres de niños lo llegaron a ver.
Yo sé; pero él insiste que la ciudad siente, recuerda y nos recuerda para crearnos la identidad.
La identidad está en la cédula.
Tonto…

También pego sus poemas. Me gusta conservarlos de su puño y letra; así como también me gusta dormir cerca de ellos. Es como si estuviera conmigo, como si me acompañara.
Deberías copiarlos, se te podrían perder.
No será necesario. Un poema escrito en un papel nunca se pierde. ¿Sabías?
Yo podría tomar uno de sus escritos y tirarlo junto con la basura.
Alguien lo encontraría, y junto con este; el sentimiento y la historia que motivó sus versos. Es más; si otra persona lo leyera podría evocarse hasta el momento en que fue escrito, podría vivirse el cuento de nuevo.
Pero con otros personajes.
¿Y? Lo importante no está en los nombres de los personajes sino en quien quiere estar en la historia, o mejor aún; quien pueda hacer de la historia su propia anécdota…
Lo que tú digas…