Unas cuantas
inquietudes se me desordenan a la vista, no sabiendo qué pensar. Así, creo, es
como uno empieza a preocuparse: esa intriga que nos lleva a imaginar… todo se
confunde, como un sueño; rostros borrosos atribuidos a nombres mal pronunciados.
Nos creamos historias para creernos luego verdades de la intuición; pero, por
qué. Por qué ese ejercicio involuntario. Estamos acaso siendo objeto de algún
macabro experimento devenido del fulano pasotismo. Será el efecto secundario de
una pastilla que nos recetaron; quién sabe. Lo cierto es que está ahí viviendo de
nuestra percepción; un parásito al que mantenemos saludable con nuestras
intoxicaciones… una pausa y una bocanada… los recuerdos, los recuerdos cambian:
quizás por protección o quizás como consecuencia. Empezamos a olvidar,
selectivamente, pero sin conciencia, el huésped tiene hambre y ahí va uno y lo
alimenta. Pero, sí, hay un pero: no queremos que se den cuenta, lo disimulamos,
con silencio, o con rabietas sin sentido… tenemos que distraernos, y volvemos
al pasotismo; a decantar el interés como si este último pudiera oxigenarse… una
paz falsa, artificial… y entonces se acaba el entretenimiento. Necesitamos
dinero, como el drogadicto, para así no sanar jamás. Luego ponemos nuestra fe
en la desconfianza, porque algo malo tiene que pasar. Pasa, al final pasa, pero
la vista estaba enfocada en el desorden, y sí; unas cuantas inquietudes siguen sin dejarme
qué pensar…
Blog dedicado a la redacción de escritos, en su mayoría originales. /Blog focused on original writings mostly
Mostrando las entradas con la etiqueta preocupación. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta preocupación. Mostrar todas las entradas
martes, 5 de mayo de 2015
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Cólico…
Por qué nos agradará, por qué lo seguiremos albergando. Las pequeñas molestias se suman y no se sanan. Los malestares cuando no se desplazan se reciclan y empezamos, una, dos y tantas veces; vasos que ya no se desbordan porque no se llenan y vacíos que se desconocen porque no se acaban. Luego pensamos y nos creemos tontos, pero no se trata de tonterías, el pesar chiquito no acongoja y por lo general, siempre suele haber un malestar presente por el cual hay que preocuparse, constantemente; y entonces la vida nos la descontamos a sorbos a gritos y jalones; así le protestamos al cuerpo para llegarle al alma. Rezamos a una deidad Moda que nos otorga nuevas infelicidades por las que hay dejar el fruto del trabajo (el propio y el de otros) Nos ocupamos persiguiéndonos; creyendo alcanzar círculos, el tiempo sigue su marcha y las pequeñas molestias crecen, pero ya no las reconocemos y entonces reclamamos estupideces. Se lamen los lemas y se importa la sapiencia; pensamos, para creer creyendo al argumento como una buena idea… Idealizamos, para decepcionarnos con los resultados, para hacernos adictos u obsesionados; obstinados quizás para discutir y apasionarnos en un problema que no conocemos bien pero lo vemos mal. Es posible que el amor se trate de eso, de dejar pasar pequeñas molestias, para luego no entendernos y así mejor excusarnos, como cuando vamos al baño: nos sentamos buscando luego sentirnos mejor…
jueves, 3 de mayo de 2012
Nos mantenemos…
Viendo versar las acciones que nadan en el
delirio del silencio. Muchas páginas enumeradas para agruparse como las ideas,
muchos verbos para predicar la intuición. Cónsonas discordias para sinfonías populares.
La gente quiere celebrar. La Ocupación puede resultar ser vicio al que no se le
compra pero sí se le paga. Una rutina a crédito sin créditos para descansar. Nos
mantenemos…
Nos mantenemos en la espera, ocupados;
desocupados para algunas preocupaciones: muy propio por apropiarnos. Fui a la
tienda a comprarme algunas verdades, las mentiras pierden valor a causa de la
ilusión. La gente celebra y se endeuda: hay que amanecer al despertar. No
estaban dormidos quienes la dejaron pasar. Tiendas cerca a quién puede y cercas
en las tiendas a quién cree. Para creer no hubo que pagar. Sigamos: seguimos al
bostezo…
lunes, 4 de abril de 2011
Pasos sin paso
Contaban los pasos que no cuentan con destinos, algunas aceras gustan conservar bajo sus baldosas: los estornudos del cielo que cambian de color con el clima y de salud con el trompo del mundo…
El calzado que todo lo evade y lo que no respeta lo pisa, desplaza preguntándose cómo esa batalla que suelen darse los pensamientos y los recuerdos pueden tomar lugar en un cuerpo tan frágil por dentro. Un cuerpo que ya no puede con las voces del reclamo que proclaman la rutina y sus costumbres siempre impuestas…
Son muchas las oraciones que se alojan en el entendimiento y que sólo cambian de voz y no de intención. Mientras tanto los zapatos pasan, pisan y se cuentan en pasos de preocupación…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)