martes, 18 de diciembre de 2012

De los juegos de Cronos y Eco



 Hubo una época en la que los actos humanos llevaban el nombre de un dios; siendo así nos trasladamos un poco a ese Olimpo: Cronos para el tiempo y Eco para la voz… 

Se presume que su autoridad divina los faculta a dictar mandamientos, el problema nace cuando dichas providencias colidan, todavía no ha nacido Zeus. Hasta “ellos” necesitan quien los mande, quien los haga obedecer.

Una mujer actúa como niña y desde esa pueril conducta se conduce a la madurez. Un hombre sabe más de destinos sin haber cruzado caminos suficientes. La voz del argumento y el tiempo de la experiencia andan jugando a no estar de acuerdo. Cosas de dioses, de acéfalos. Mitos para evocar la realidad…

Se paseaban los treintones por el Club de Los que Hacen Ahora lo que Debieron Hacer Antes. Se puso de moda el local y sólo exige mayoridad como único requisito para entrar. Dos décadas concurren y se mezclan voces y tiempos. Surgían comentarios; el que tiene la edad de Cristo, todavía estudiante, pero que trabaja durante el día; hablaba con la muchacha de diez por dos en años, ella le decía, en refranes y proverbios: yo siempre, [sic] así siempre ha sido. El muchacho de un cuarto de siglo (sin estudiar ni trabajar aún) hablaba de política y de políticos. Había una por ahí de diez años más que lo contradecía; era un buen lugar sin duda…


Quizás el tema de los géneros es un tema de los dioses, no se si será casualidad; pero Eco, mujer, ninfa, grande, hermosa, porta la voz y por ende los argumentos. Cronos, masculino, dios del tiempo, padre del rey de los dioses, destronó y fue destronado; ciertamente evoca a la experiencia. Entonces: ¿qué pasará en el Olimpo, que las voces andan a destiempo y la experiencia no aporta argumentos? ¿Qué pasará con Cronos y Eco?




Aclaratoria: no sé si en la mitología Eco tuvo algo que ver con Cronos. Creo que no, pero los junto para mi ficción. Saludos en letras…

domingo, 9 de diciembre de 2012

Papel arrugado


Fue cuando nos miraste que sentimos el ardor del miedo, ese temor de discutir sin argumentar. Fueron varios los insultos que elevaban el placer de herirnos, como si el desprecio evocara al deseo con ansias, como si la lástima sembrara semillas para copular. Gritaste, como un orgasmo, y así lo escribiste en sus ojos, y así lo describieron tus labios, te maldijo, y bien dicho. Fue bien mirar para el mal de ojo, para el morbo en sorbos; y se inevitó el sexo sin caricias para invitar. Fuerte fuiste, y fuimos; odiar un cuerpo que se macera en las aguas de la rabia, que brotan del paladar ansioso. Fue así como nos besaste y te mordiste para sucumbir mejor, para que te diera rabia convencerte, pues nunca a ambos aceptaste: mi tormento se calma a gritos gratos. Sólo tú puedes porque te disgusta, así siempre te ha gustado: un rato conmigo y un reto al halago: es así nuestro ego, contigo; y conmigo…


martes, 27 de noviembre de 2012

Momento


Has dejado salir al aliento que te delata, por estar a punto de mentir o porque estás por confesarte: seré recuerdo seré conciencia. He de poner mis labios con los tuyos, a fin de cuentas ya el suspiro se ha escapado. Cierras los ojos, no para imaginar si no más bien para dejarte guiar. Nos separamos, pero no por mucho, así que te beso de nuevo, se nos confunden el respirar y los rostros, ya somos algo más que labios y pactos. Se fueron el lugar y el tiempo, sólo quedamos atados: unidos por el placer de besarnos. Así empezamos a acariciarnos: a dedos, a bocas, marcando calor y dando color para sentir y también para sentar. Estamos inscribiéndonos en el otro. De ésta manera nos hacemos, nos tallamos y nos moldeamos a siluetas cálidas que prescinden de sus sombras. Tomamos la pausa y tememos del frío: volvemos a besarnos, volvemos a unirnos…




viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Cómo te atreves a quejarte!


Tengo todo un historial de tus faltas y ninguna ha prescrito. No se trata de tus errores, esa es una lista interminable que brilla desde el primer desacierto; es una condición ulterior: se trata de aquello que hemos esperado que hagas, y eso; para que lo sepas, sí tiene lapso de prescripción. No hay favores, la disposición sencillamente nos fue legada. Quien dispone, impone; así que en cada “puedes” ubica un “debes,” y sin signos de interrogación…


Podrás beneficiarte de las excusas, pero no escaparás del reproche, y sí, te hacemos débil para más pesar; no olvides que la razón no es un bien real, sea en la vida o en el Derecho; es más bien una balanza, y se inclina a favor de quien detenta mayor peso, el cual, ahora y sin ti, es nuestro. No confrontes si no piensas atacar, somos condenatorios y estamos firmes…

Se espera tu felicidad y que la aparentes, de lo contrario: ¿para qué te equivocas? Piensa bien tus decisiones, porque no estás a la altura de las exigencias y porque no tienes escapatoria. Te hemos suprimido los complejos y las ganas, así que no cuentes con la soledad ni el silencio, ajústate a tu vida de autómata y llena el vacío con lo que esté en venta, ya te inventaremos algo para que creas que te quejas. Renuncia si quieres tiempo y ataca si quieres respeto…

Hay quienes sirven para que otros se sirvan y se les aborrece cuando no lo hacen bien. Ahora, vuelve a tu vida; y que no nos perturben tus sueños otra vez. Puedes despertar si quieres, pero antes; dile al otro, al que viene después de ti, al envidioso; que encuentre poder porque la envidia, más que consecuencia, es un privilegio: hay tener con qué envidiar…

Espera, si te vas a poner triste, continuamos; y si no quieres escucharnos, no vuelvas a quejarte en los sueños, para eso se te ha provisto de bastante realidad. Ahora sí: despierta…


Y desperté sin entender mi tristeza: ¿por qué pensaré ahora que los demás tienen y yo no tengo? Bueno. A trabajar…


viernes, 21 de septiembre de 2012

Conversatorio de taberna…




Dos birras, por favor. ¡Qué! ¿No quieres? Sólo los tontos vuelven a la oficina un viernes de quincena. Si tú lo dices; me encanta tu epicúreo concepto, este sitio es hasta feo, pensé que nada más comeríamos. Epicúreo será tu madre, por si acaso…


Sin duda, el contendor por excelencia es la pareja. No si son equipo. ¡Equipo! Tu pareja celebra tus triunfos únicamente cuando los suyos están a la par o por encima, o cuando percibe algún beneficio por tu presunta victoria; la derrota ya está declarada, a todos les molesta el logro. A mí no. A ti también, viejo. El hecho que no lo digas no implica que no lo hagas, o peor; que no lo sientas así. El confort del progreso ajeno descansa en el hecho de que tengas logros propios. La comprensión estriba en la competencia. No te molesta que a otros les vaya bien porque no compiten contigo, porque tú compites con otros otros. Basta que hagas un opositor y verás que hasta te harás chismoso, cosa que, según tú, tanto detestas. Ahora que mencionas al chisme, fíjate que mucha gente confunde opuestos, sobre todo eso de peor mejor. Las comparaciones molestan, y molestan por lo que dan a entender. Estamos en lo mismo; otra ronda. ¡No y que no querías! Bueno, ya estamos aquí…


Como te decía, las comparaciones; tengo amigos constantemente emprendedores en la búsqueda de algo peor, es increíble; el hecho de que haya algo más desventurado justifica el infortunio propio. Hasta los políticos caen en eso. Si, compiten por los errores y no por los aciertos. Es que el acierto es encontrar el error. Exacto; tal como los amigos. ¿Dónde y quiénes no son así? No sé, nadie; en ninguna parte, supongo. ¿Qué te dijo tu mujer? A mí, nada, ¿Por qué? Bueno, empezaste diciendo que el contendor, que la pareja. No vale, pensé en voz alta, el resto es sólo un repertorio de pasto y miércoles que me provocó agregar. Por cierto ¿Qué es Epicúreo? Olvídalo. Mira, termínate esa birra que tenemos que regresar a la oficina. Siempre tan tú…



jueves, 6 de septiembre de 2012

Vendarse y venderse…


Sucumbir debería ser un tema de disposición y no de presión; hay mucha alegría enferma para saludables deprimidos. Vendarse y venderse, para horas ahorrar y orar ahora. Es interno el veneno que degrada silencios a verbos, por eso el pasto y el habla: paja; que se consume, que oculta las agujas para pincharnos y sabernos despiertos. Mucho sano es tóxico por antonomasia tal como la abstención: culpable por inocente









Saludos a los panas de SaneToxic