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viernes, 14 de diciembre de 2012

Dígame, ¿ya se jodió?



¿Cómo?

Como bien se sabe el ruido es el producto de la orgía de los sonidos, porque cuando hacen el amor hacen acordes, melodías: el ruido no sabe de quién nace pero sabe por qué lo sienten. Algo parecido ocurre en la conciencia (también se organizan fiestas de lujuria)

El irrespeto juguetea con la sinceridad para serle infiel a la hipocresía. Todos a la merced de la soberbia, que espera al ego para que podamos sentirnos victoriosos a la hora de argumentar; y ese es el punto: toda discusión alberga un debate en sí misma, y siempre hay que ganar, de lo contrario la conciencia se siente derrota y no da lugar a la reflexión. Toda reflexión, a partir de una derrota, toma posición cuando se asume como victoria (el aprendizaje) La razón, por puritana, se hace un enigma, como la virginidad sin inocencia. Por lo tanto se presume; y nos proclamamos presumidos. De ésta manera pues, poseemos la razón…

¿No han sentido el irrespeto de la sinceridad? Seguro la conciencia anda en una orgía…