Una carta aguanta a pesar de lluvia, a pesar de
la calma; una carta aguantaba letras y confesiones. – Habernos complacido a vernos sin placer. A ver, ¡Nos fue plácido! –
No estuvo en los pensares, la tinta se escurrió para dejar leer otros casos –
cosas que no escribí: nos las decíamos –
Mucho quiso quien no pudo y quien pudo no tuvo que querer. Condonados por
condenados; un deber que no se cumple con obediencia – Nos contentamos, sin
romper la carta – Las palabras deben vivir para quien las lea, la tinta se ha
de volver a secar…