En la ley y en la vida, lo absoluto y lo relativo tienen vicios de nulidad. Dogmático quizás, por lo que acepta y rechaza. Parece una cualidad que el ruido insiste en silenciar. Se anuncian las réplicas sin originales y sin inquietudes aparentes: no hay necesidad a explicar. Unos creen lo que otros crean mientras se crea una nada creciente: una voz de texto que no se escribe o unas palabras mudas que tampoco se leen. Sólo tú sabes qué escondes cuando hablas y qué dices cuando callas. Tus valores son absolutos y tu vida un mundo de relativos…