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lunes, 18 de agosto de 2014

Vi decir o alguien dijo




Alguien dijo que las palabras escritas fueron suspiros que se tuvieron que ahogar en el silencio. Claro que no debe aplicar para todo, pero sí, es posible; es posible que un deseo sin confesar haya yacido entre unas cuantas letras: no quisimos decirlo, nos grita y nos grita desde el pensamiento, nos enfermamos (de una u otra forma) hasta que lo plasmamos y, digamos, logramos mitigar el motivo: el mar y tú cuando no hablas (el maremoto y tú cuando no callas) 

Alguien dijo también que el exceso de sinceridad era otra forma de hipocresía: lo digo porque puedo, porque no tengo pelos en la lengua… yo tampoco los tengo, en otros lugares sí; por supuesto. Pero cuando sabemos que tenemos dagas, en lugar de palabras, sabemos también que no podemos decir lo que no podrá revertirse, entonces nos ahogamos… pero… nademos un poco: a ver, el abuso de la palabra para decir lo que no quiere ser escuchado responde, y aquí viene el delirio, a un tema de consumo, y de oportunidades, por el mero hecho de que nos sentimos atacados… 

Vi decir a alguien que estaba enfermo, vi también que no tenía ganas de sanar, vi cómo emitía juicios, y todos partían de su falta para consumir… así pues, ésta persona que ve a otros comprar puede bifurcarse en un obvio par de situaciones: progresar para también consumir o, envidiar a través del descrédito, para poder criticar al que progresa… puede resultar lamentable, sí, (alguien lo dijo y también lo vi) que el progreso se base en el consumo, y entiendo que si esto es una premisa va devengar múltiples vicios (vicios que se creerán virtudes)  Pero quien no está acostumbrado a producir difícilmente entenderá la diferencia entre invertir y gastar… juzguemos al gasto entonces, y entonces nos dirán envidiosos… progresemos, ¿gastando mejor? ¿Y entonces? Bueno, entonces seguimos escribiendo…

martes, 11 de diciembre de 2012

Por ende




El vicio es el placebo de quien no ha encontrado la pasión. Por otro lado la pasión es un encuentro, una cita con la plenitud. Podemos engañarnos una y mil veces, pero nunca podremos comprar la pasión…

Ergo

Sin pasión sólo nos queda el vicio; y por muy costoso y elitesco que nos establezca, no puede otorgarnos la plenitud…

viernes, 20 de abril de 2012

Nulidad y vicios…



En la ley y en la vida, lo absoluto y lo relativo tienen vicios de nulidad. Dogmático quizás, por lo que acepta y rechaza. Parece una cualidad que  el ruido insiste en silenciar. Se anuncian las réplicas sin originales y sin inquietudes aparentes: no hay necesidad a explicar. Unos creen lo que otros crean mientras se crea una nada creciente: una voz de texto que no se escribe o unas palabras mudas que tampoco se leen. Sólo tú sabes qué escondes cuando hablas y qué dices cuando callas. Tus valores son absolutos y tu vida un mundo de relativos…