miércoles, 14 de marzo de 2012

Se llega para esperar…



Esperando para llegar a la espera: ansiedades no errantes y si itinerantes; estas también evolucionan como las penas. Así como esas peleas entre comprar y tener y tener y usar, todas rebeldes al aprovechamiento; del cual ya no es temporal su amnesia. Las penas aprenden, como los seres, a no dejarse ahuyentar. Los placebos son cada vez más costosos y menos caros. El empeño sufre de insomnio, por eso la realidad no sueña; por eso la rutina ve con ojeras, por eso: a la espera se llega para esperar…

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