Un día me vi abriendo los ojos, como cualquier persona luego de un leve descanso, me encontraba solo, en mi cama para dos, había olvidado quitarme los zapatos; y al mover mis dedos, me di cuenta que tenía el control remoto del televisor en mis manos.
Me paseo cómodamente por los canales de noticias; para escuchar opiniones y contraposiciones, calamidades y reproches; todo con el aderezo de la Política: ingrediente vital para la pasión por el día a día…
Me detengo en el canal más intenso, ese que se esmera en alcanzar el premio de la tragedia. De pronto, y bajo la voz de uno de mis personajes favoritos; empiezo a escuchar que Julián ha sucumbido ante los encantos de Paula, que sus manos se tornaban trémulas con cada desabotonar de blusa de doncella en este cuento; el de ellos, que ardía como arden las piedras con el sol del mediodía. Luego ponen imágenes de un tal Ricardo, el cual comentaba el sabor de los labios de Patricia, y cómo encontraron las almas uno en el otro. Los invitados del programa eran una pareja de jóvenes que describían el placer de sus desnudos por primera vez, el muchacho decía que sentía el aroma de la muchacha cada vez que acariciaba su propio cuerpo con cada atardecer. El cintillo para los mensajes de texto de los televidentes, sólo mencionaba confesiones de sexo con amor y algunas búsquedas de sexo por placer. Todo avance noticiero sugería historias de amores correspondidos, y pasiones por corresponder…
Cambio el canal porque me sentía extraño, me ubico en mi otro canal favorito; el de la justificación de las acciones y la explicación de las contradicciones; era la hora de un buen programa de opinión, de hecho; había una discusión con invitados. Uno de los moderadores explicaba con orgullo que se había cumplido con la cuota de pasión del mes, que las degustaciones de besos: formaron nuevas parejas y reconciliaciones de antiguas separaciones. Otro moderador mostraba imágenes para mejorar la actividad sexual con la pareja, junto con los porcentajes de efectividad según el caso a requerir…
No entendía lo que pasaba, pero me dieron muchas ganas de hacer el amor. Llamé a mi novia, con la cual había tenido un problema antes de llegar a casa, pedí disculpas por mi mal comportamiento, el cual voy reservar para otro cuento; ella también se disculpaba, y me concedía el privilegio de escucharla entonar palabras con esa manera particular que me enloquece, y que dibuja sonrisas en mi rostro…
Un día me vi abriendo los ojos, como cualquier persona luego de un leve descanso, me encontraba solo, en mi cama para dos, había olvidado quitarme los zapatos; y al mover mis dedos, me di cuenta que tenía el control remoto del televisor en mis manos.
Me paseo cómodamente por los canales de noticias; para escuchar opiniones y contraposiciones, calamidades y reproches; todo con el aderezo de la Política: ingrediente vital para la pasión por el día a día…
Me detengo en el canal más intenso, ese que se esmera en alcanzar el premio de la tragedia. De pronto, y bajo la voz de uno de mis personajes favoritos; empiezo a escuchar que Julián ha sucumbido ante los encantos de Paula, que sus manos se tornaban trémulas con cada desabotonar de blusa de doncella en este cuento; el de ellos, que ardía como arden las piedras con el sol del mediodía. Luego ponen imágenes de un tal Ricardo, el cual comentaba el sabor de los labios de Patricia, y cómo encontraron las almas uno en el otro. Los invitados del programa eran una pareja de jóvenes que describían el placer de sus desnudos por primera vez, el muchacho decía que sentía el aroma de la muchacha cada vez que acariciaba su propio cuerpo con cada atardecer. El cintillo para los mensajes de texto de los televidentes, sólo mencionaba confesiones de sexo con amor y algunas búsquedas de sexo por placer. Todo avance noticiero sugería historias de amores correspondidos, y pasiones por corresponder…
Cambio el canal porque me sentía extraño, me ubico en mi otro canal favorito; el de la justificación de las acciones y la explicación de las contradicciones; era la hora de un buen programa de opinión, de hecho; había una discusión con invitados. Uno de los moderadores explicaba con orgullo que se había cumplido con la cuota de pasión del mes, que las degustaciones de besos: formaron nuevas parejas y reconciliaciones de antiguas separaciones. Otro moderador mostraba imágenes para mejorar la actividad sexual con la pareja, junto con los porcentajes de efectividad según el caso a requerir…
No entendía lo que pasaba, pero me dieron muchas ganas de hacer el amor. Llamé a mi novia, con la cual había tenido un problema antes de llegar a casa, pedí disculpas por mi mal comportamiento, el cual voy reservar para otro cuento; ella también se disculpaba, y me concedía el privilegio de escucharla entonar palabras con esa manera particular que me enloquece, y que dibuja sonrisas en mi rostro…
Un día me vi abriendo los ojos, como cualquier persona luego de un leve descanso, me encontraba solo, en mi cama para dos, había olvidado quitarme los zapatos; y al mover mis dedos, me di cuenta que tenía el control remoto del televisor en mis manos.
Es increíble como el televisor nos ciega y más increíbles somos nosotros, que nos dejamos cegar.
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