La expresión se aloja en la conciencia más por su costumbre que por las palabras que alberga. ¿Cuánto vale una pena nuestra y qué tanto más es el valor de la del vecino? Lo que nos preocupa, o nos entristece, sin duda puede ser un buen chiste en otra mente. A todos nos gusta quejarnos. Reclamar clamor reciclado. Reusable para volver a abusar y sin rehusarse (la “h” no es tan muda después de todo) Ay puede ser dolor y su existencia otra ache, casualmente los dolores en inglés terminan así: con ache, pero no vienen al caso; no son ni los mismos mudos ni los mismos modos; moda sí, tal vez bro (o brother) Sentimos que no vale la pena y en España se estila decir que la misma no es merecida. El idioma se pasea entre el mérito y el valor del infortunio… ahí quería llegar: ¿es el esfuerzo un problema? Al final ése es el mensaje de las letras, más no de la costumbre. Puede ser que cuando algo vale o merece la pena es porque nuestro esfuerzo está justificado… pero podemos seguirnos cuestionando, la pena no ha sido tarifada lo suficientemente bien como para que entendamos el alcance del esfuerzo. Quizás por eso nos quejamos, reusamos (sin “h”) y reclamamos. Todo en una buena crítica y si es despectiva mejor…
De alguna manera que aún no comprendo en profundidad, sus escritos me causan curiosidad. Pero como bien menciona en la entrada del Blog, cada quien le pone las razones, lo incómodo es no tener la certeza de saber si lo que entendí dentro de su divertido divagar, es lo que Ud. precisaba decir.
ResponderBorrarSaludos
Nos acostumbramos a pensar que algo no es digno del esfuerzo justo cada vez que decimos que "no vale la pena" pero y ¿cuánto vale la pena a la que nos referimos? más aún: ¿es la misma pena en cada uno de nosotros? pasa lo mismo con lo digno y con lo justo, pero estos últimos han tenido un poco más de consenso. De ahí mi delirio, de cuestionar por qué "no vale la pena" o por qué sí...
ResponderBorrarEs un honor saberte por estos lados. Gracias siempre por cada visita. Saludos en letras...