miércoles, 19 de mayo de 2010

Como otro reincidente...


En este quinto día para nosotros, los que contamos la semana a partir del día de la luna, concurren y se contraponen pensamientos y deseos, la mente baila; o tal vez navega por lo inexplicable del cuestionamiento, acaricio lo relativo al deber portando guantes de aburrimiento, al mismo tiempo que someto al placer con instrumentos de moral. De pronto, sin avisar; se anuncian con ensordecedor silencio algunos recuerdos acompañados de premoniciones carentes del equilibrio de la certeza, incorporándose así al ya mencionado cuestionamiento, este último detenta un extraño e interno poder que inmoviliza mis acciones de humano, esas que se evidencian ante ojos de terceros. Alguno se preguntará en que puedo estar pensando, ignorando por completo la casi batalla que ocurre a mis adentros.


Nace así una necesidad, un cómplice para compartir la pugna; tal vez un pretexto para satisfacer los combatientes; parcialmente…


El problema de lo parcial es su falta de plenitud en la tranquilidad. Seguramente, el próximo día de supuesta reflexión; vuelva a subsumirme en la complicidad de la coacción a medias, como otro reincidente.

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