Se desconocían las acciones porque conocían muy bien las intenciones. Su afán por formar un lado en un mundo sin cuadrados…
Un ambiente de trescientos sesenta grados, sin últimos ni primeros, sin vencedores ni vencidos. La noche siempre va a anunciar un nuevo día y por lo visto, se habrán de contar en grupos de veinte más cuatro. La Fe, como el Sol, es el centro que guía las tantas vueltas que se dan para llegar al horizonte de la vista y a la realidad de la imaginación…
Dormir,
soñar y despertar;
creer y volver a dudar…
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