Hoy,
como creo creer siempre,
las miradas concurren ante la intranquila calma de un ocaso,
para descansar,
y prepararse para cansarse;
ya que las obligaciones se alistan para exhibirse con el comienzo de una semana menos
(dependiendo de cómo se ve transcurrir el tiempo).
De momento me quedo con unas cuantas sonrisas que se hacen ver en la calamidad concebida; lo cual impulsa mis dedos a caminar las teclas que dirige mi delirio de este instante:
La sonrisa,
más que un reflejo,
que una prueba del retador ánimo;
también puede representar agradecimiento ante la bienvenida de la esperanza,
que ciertamente puede no cambiar presentes,
pero concede fortaleza para de nuevo levantarse…
Como siempre hermosos tus escritos. Un abrazo. @minincita
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