Se dice que la interpretación es “buena” cuando se logra llegar con la intención del autor del argumento. A mi criterio resulta una acción de hecho arropada con la sábana de la subjetividad, en vista que se presenta como acto íntimo plasmar la intención con la formación de palabras.
Para un autor, su escrito o discurso es un espejo único, que refleja el recuerdo que alberga la razón de lo que ha escrito o dicho; y lo que leemos o escuchamos en el mismo es la proyección que se forma con nuestros propios pensamientos – pienso – y de ahí nuestra conexión con el autor y su argumento…
La “mala” interpretación se teje con hilos de contradicción, pero de los hilos logramos la tela que lleva el color de la conclusión…
El adjetivo a veces sobra a la hora de interpretar – Opino –
Para un autor, su escrito o discurso es un espejo único, que refleja el recuerdo que alberga la razón de lo que ha escrito o dicho; y lo que leemos o escuchamos en el mismo es la proyección que se forma con nuestros propios pensamientos – pienso – y de ahí nuestra conexión con el autor y su argumento…
La “mala” interpretación se teje con hilos de contradicción, pero de los hilos logramos la tela que lleva el color de la conclusión…
El adjetivo a veces sobra a la hora de interpretar – Opino –
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