Durante el diario juego entre el sol, las nubes, las estrellas y la luna; el tiempo se detiene unos instantes para que la mente recorra deseos y recuerdos:
- Al estar consciente de un parpadeo, citamos algún nostálgico pensamiento.
- En el instante antes de un soplo de aliento, la mente viaja para un anhelo.
- Al sonreír dispuestos, seguramente nos topamos una conclusión o precepto.
- Al mirar al cielo, invocamos versos.
- Con la vista al suelo, citamos lamentos.
Y de forma grata,
al perder la mirada;
la esperanza toma el momento del pensamiento y del tiempo…
Luego,
y como siempre;
nos incorporamos…
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