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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Menos mal y no mal menos…


Hemos convocado a esta distinguida audiencia para conmemorar, una vez más, a la excusa como dogma en el porvenir de nuestro norte, que como Galeano nos ha enseñado: da más pasos para alejarse que los que damos para acercarnos al mismo…

No sabemos cómo, no somos quienes estudian al comportamiento entre espejos: es propio de las primeras cosas que aprendemos el justificarnos en debilidades ajenas, así le damos permanencia a las nuestras. Se nos dice que es mejor sumarnos fortalezas, pero más place el lujo  del desacierto entre defectos ajenos…

Así que hoy, como en cada oportunidad, empezamos: 

A lo largo de estos tiempos, a diferencia de aquellos momentos; nos fue "menos mal" y no me refiero un mal menos, como bien lo saben: "menos mal"no es mejor pero tiene preferencia ante muchos; a los que sí les fue peor…

– ¿Qué podemos hacer para que ese "menos mal" llegue a mejor? – 

¡Hay un intruso en el recinto!

martes, 8 de noviembre de 2011

Pensando


El premio de la soberbia son malos ratos y malos recuerdos. No la impongas; que te la toleren no significa que te la acepten…

Haz del mundo eco de tu voz, no que la voz del mundo te haga su eco…

La virtud del discernimiento y la persistencia por la superación; también nos la dan los buenos malos momentos…
De vasos de sacrificio mejor se bebe el néctar del logro. No lo bebas de un vaso ajeno; más que un secreto, robas esperanza


La desproporción es el equilibrio…




lunes, 7 de noviembre de 2011

Términos sin terminal…


El secuestro de los términos está de moda, así lo hemos permitido. No se crea turista donde lo ven como inmigrante, no compare su visión de residente cuando usa anteojos de visitante. El significado de un término cualquiera va ligado al lugar y al momento de su pronunciamiento; más allá de la voz que lo dice, de las manos que lo escriben o de la piel que lo vive. Es más, va más allá incluso de los gestos, de las palabras; de las imágenes. Lo que somos y queremos ser es fruto del momento y del lugar...

Vale recordarlo…

jueves, 27 de octubre de 2011

Sentir y sentimiento…



Palabras: que se te formaban letra a letra lentamente, desde los labios, aun con labial y todavía por conocer. Un momento: esperando, alojado en las ganas de sonreír, en las ganas de tomarte una vocal con un primer beso; un primer beso que declare,  uno siguiente que proclame, y así: dejar al idioma del calor de los cuerpos hacer del lenguaje un sentir; un sentir que nos fluya a un solo cuerpo, y dé vida al sentimiento…



jueves, 13 de octubre de 2011

Así habla el Momento desde el otro lado de las ventanas…


Las perspectivas se alojan  con la ruta del agua y sin embargo se insiste en que las cosas se ven en seco. Mucha gente plástica se cree de papel y le huye a las ganas del cielo. Algunos no creen que en las nubes también se alberguen deseos…

 
La lluvia no ha perdido la costumbre de delatar al viento como lo hace con la intención de las calles. No por nociones de física, sino que todas las subidas fueron hechas para bajadas: un asunto de gravedad, presuntamente…




Así habla el Momento desde el otro lado de las ventanas…

jueves, 6 de octubre de 2011

La reunión no volvió a repetirse… #FE



Se reunían Los Escépticos a la orilla del mar. Era un culto a la realidad del Ser y Estar. Un momento que se describía con descontento para drenar y así entender a las ganas de vivir. Algunos consideraban que vivir consistía en aceptar; insistían que las dádivas del destino estaban representadas en las migajas que caían desde los banquetes del Poder. El sueño, para Ellos, era una especie de trastorno con el cual algunos podían hacer dinero a expensas de otros que creían soñar…

Una vez por semana, porque la realidad pesaba mucho en zapatos de rutina. Una vez por semana se escuchaban unos a otros, se lloraban el despecho y se gritaban la impotencia. Para concluir el evento, se practicaban un baño que vendría a representar el ahogo de la Fe. Se pensaba, según su extraña y escaza creencia, que Fe era esa mancha en el alma que incitaba al conformismo y producía una especie de esclavitud…

El tiempo, en complicidad con la realidad, solía regalarles sonrisas por separado; sonrisas que para cada uno de ellos, formaban parte de una rutina; una especie de placebo para seguir el día. Un día Nina, hija menor de Antonio, se sorprendió con alegría al ver que su padre había llegado temprano de su reunión de cada viernes. Este al llegar, sorprendido, le pregunta: ¿A qué se deben las sonrisas? Y Nina le dice: Papá, la felicidad es la recompensa de la Fe; acaban de pasar por las noticias que la playa donde tú vas con tus amigos se desbordó y acabó con las casas de todo el sector, mucha gente había ya evacuado, pero todos ustedes tenían el teléfono apagado…

La reunión no volvió a repetirse…

lunes, 3 de octubre de 2011

Eso de “predecir” no se entiende…


Esto. Sí, esto. ¿Por qué nos pasa?
No lo sé, pero alguien lo predijo.
¡Alguien lo predijo!
Si, alguien.
¿Alguien, o algunos?
No sé si fue uno, o unos.
¿Cuál es el plural de alguien, por cierto?
No sé, no sé otra vez.
A propósito: ¿Cómo alguien predijo? Te pregunto porque predecir, entiendo; ocurre antes de decir. Lo cual invoca indudablemente a un pasado; por eso lo dijo antes. ¿Cierto? Si lo predijo, entonces hablamos de un pasado del pasado. Mi pregunta es en presente.
No sé tampoco. También.
¿Tan bien?
No, también, también que no es tampoco.
Entiendo.
Menos mal.
¡Tan bien, también!
Lo predijo porque para el momento en que lo dijo no se pensó que ocurriría; pero ya ves.
Veo que fue predicho y dicho, porque cuando lo predijo lo dijo.
¡Qué enredo!
Si. Eso de “predecir” no se entiende. Ni “postdecir” tampoco…
¡También!
Tan mal