viernes, 22 de octubre de 2010

Un excelente poema de Miguel Otero Silva



Siembra

Cuando de mí no quede sino un árbol,
cuando mis huesos se hayan esparcido
bajo la tierra madre;
cuando de ti no quede sino una rosa blanca
que se nutrió de aquello que tú fuiste
y haya zarpado ya con mil brisas distintas
el aliento del beso que hoy bebemos;
cuando ya nuestros nombres
sean sonidos sin eco
dormidos en la sombra de un olvido insondable;
tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
como yo en el follaje del árbol
y nuestro amor en el murmullo de la brisa.

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
en las vibrantes voces de la mañana.

Yo quiero perdurar junto contigo
en la savia profunda de la humanidad:
en la risa del ñiño,
en la paz de los hombres,
en el amor sin lagrimas.

Por eso,
como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
te pido que nos demos al futuro del mundo…





Disculpen el atrevimiento, pero necesitaba tenerlo en el blog...

Tomado de: http://www.poemasde.net/siembra-miguel-otero-silva/


jueves, 14 de octubre de 2010

Anécdota de la noche, instante del día...


Un beso sentido,
a cortos pasos del borde de los escalones,
empezando una despedida;
puede resultar tan placentero
que con cada escalón que subo voy saboreando mis labios. Así llevo en el gusto el recuerdo de lo que albergo en mi corazón...


Un beso dado,
antes de quitar las luces para partir,

remueve una mano del volante
para acariciar los labios que siguen degustando la húmeda marca;

que llevan la emoción y la sonrisa
en el recuerdo del instante que se produjo...






Femenino de origen persa... ¡Princesa!
Masculino de origen Germánico... ¡La gloria de mi tierra!