jueves, 7 de abril de 2011

¡Cuidado con las consecuencias!



Sólo un segundo nos dura el mediodía que saluda a las horas de la tarde. El aroma del café adorna esa típica pereza que emana como consecuencia del banquete procurado al que llaman almuerzo. La ciudad se acompaña de todas sus regularidades que los tiempos han decretado rutinarias; ahí, los pensamientos y las emociones aprovechan para jugar con nuestras mentes y llevarnos los gestos al rostro, esos que a veces, por no poder salir al exterior; se manifiestan con la salud del cuerpo y con algunos sentimientos…

Una especie de ensalada toma lugar en la razón de la conciencia, la cual hace que alcancemos a la molestia en una cima muy alta impulsados por simples contratiempos. La risa puede escaparse cuando los chistes no parecen chistosos. La rabia se filtra por los calores del cuerpo que al fin y al cabo, todo lo recibe…

El amor, que no haya como evidenciarse ante lo avinagrado del sentir; se oculta (lo ignoran) pasa a esperar en la gran línea de elementos que ven vida en los sueños…

Así puede irse un día. Así pueden irse varios días…


¡Cuidado con las consecuencias!

miércoles, 6 de abril de 2011

Te escribo y me escribo con tu mirada


Saludos de antemano. 

No sé si nos hemos visto antes, no recuerdo haber visitado tus recuerdos. No estoy seguro de haber compartido tus deseos. Pero quizá debería decir nuestros deseos, en este momento no atisbo cuáles son los míos…


Soy un alma sin cuerpo, pues cada noche que te visito sueles expulsarme al despertar. Te escribo porque necesito un favor tuyo, una caridad de tu parte: me quieren robar los momentos. Tus conocidos buscan cambiar lo que has vivido con palabras intrusas que distorsionan mis presentes suspiros. Tú ya estás empezando a dudar qué nombres llevan mis suspiros. Por eso te escribo; te escribo y me escribo con tu mirada. Te hablo desde la voz que nos une cuando me paseo por tus líneas; cuando te leo, cuando me pronuncias…


Fuimos amantes, pero no lo sé porque te lo haya recordado, sino que brindé por ti aquella vez que sostenías la copa del olvido con la sonrisa del alcohol. Creo que tuvimos a la misma persona de amante, creo que sufriste cuando el amor hizo maletas y compró pasajes sin retorno a otra parte…


Ambos amamos en presente y amamos en pasado, ahora que te leo me doy cuenta que es mi despecho por lo que acariciaste su foto aquel día y recordabas nuestras canciones…

Caminábamos por la conciencia y despertabas sin esperanza. Ahí empecé a mentirte, ahí terminaste de creer y creernos…

Cambiaste tu vida, pero olvidé cambiar mis manías. La rutina no era la misma, pero yo quería llamarla rutina…

Te fuiste a otro lugar en mi cuerpo y yo me quedé entre cartas y textos. Me llamaste con el pensamiento, pero volviste a despertar…

Te buscaba entre rostros y me encontraba frente a tu espejo. Te hablaba con el silencio y tú despreciabas mi descontento…


Despertaste y yo seguía leyendo. ¿Dónde estamos? Este no parece tu cuerpo…