Entre el vicio de querer ser distinto en los mundos virtuales, y lo imposible de anhelar ser uno mismo en las realidades; jugamos a aquello de “un mar de conocimientos con un centímetro de profundad…”
Usé, usaste(s); tal vez: hemos usado. O simplemente: se nos fue enseñado a usar y a creer que fue idea “nuestra;” que los adjetivos portan un color y que es más fácil explicar el color que los adjetivos. Al principio hubo mucha confusión, pero en estos días podemos casi instintivamente saber que una persona “honesta,” honesta será según el color con que se escriba y según el color de quien lo dice; sabiendo así pues que la “deshonestidad” de la persona en cuestión es un problema de colores y no de adjetivos…
Así nos hacemos átomos y nos movemos por las moléculas de la sociedad; con colores para juzgar y colores para sentir…
No obstante: los colores, a diferencia de los adjetivos; dan nuevos colores al mezclarse. Entonces empezamos de nuevo con una nueva idea “nuestra,” por supuesto…