lunes, 10 de octubre de 2011

Gemela, Compañera, Media Naranja o Soledad…



¡Qué problema con el autoestima para terceros! Si, el autoestima, aunque se marque como error en la conciencia... Murmuró Jacinto esperando al Alma por una respuesta. Quería cuestionarse, quería que le explicaran por qué insisten en que Alma Gemela y SoulMate son lo mismo. En mi interpretación la falta de camino no es una Calle Ciega, así como un Compañero de Alma no tiene porque habitar fuera de este cuerpo, y de ser así; tampoco tiene por qué ser Alma Gemela…

Tengo problemas con las naranjas a medias, nadie escucha cuando digo que el fruto se compone, en todo caso, de varias naranjas. Jacinto pensaba que el complemento de su ser no podía yacer en una mitad. Eso era, según él, una derrota anunciada. ¡Recibirás amor por la mitad! Le oyeron decir…


Un día el Alma, desprovista de nombre para llamar, le habló:
Ciertamente, no hay cuerpo alguno designado para mí. Algunas veces paso la noche en ti y al amanecer abro los ojos desde el despertar de tu mujer. Hay días en que te siento solo, ahí me gusta entrar en alguno de tus compañeros para hablarte; sabes que en compañía nunca me escuchas. A veces soy árbol, pero te cuesta entender el idioma de mis hojas. Cuando soy piedra me pones tus pasos encima. Suelo esconderme entre sorbos de vino y tragos de cerveza, pero cuando me encuentras me desconoces; la mayoría de las veces soy yo quien no te conoce…

Soy el humo de tus bocanadas, soy cada uno de los nombres de tus suspiros. No olvides que también fui esas personas de tu pasado y por algo aún sigo contigo de cuerpo en cuerpo…

Gemela, Compañera, Media Naranja o Soledad; soy todos tus pensamientos, pero seguimos sin aprender a discernir y sin lograr vernos…

Jacinto despertó y abrazó a su mujer…

Tennos…


Aquí nos tienes, 
buscando caricias en la oscuridad, 
en la luz del deseo 
y el temblor del silencio. 

Nos tienes ahí, 
en calor que no seca 
y en frio de ventanas no abiertas. 
Ahí donde no hay sombras para la unión de dos cuerpos…

Tienes y nos tienes: 
al placer, 
al soplo del aliento, 
el que nos busca al encontrarte; 
el que nos separa y nos atrae…

Tennos, 
tennos al entrar, 
al salir, 
al volver a entrar con fuerza y con lentitud, 
tennos al afianzarnos 
y también al cansarnos, 
la lucha ya libramos…

No dejemos de tenernos…